Entre abril y mayo se ha visto un aumento considerable de enfermedades respiratorias que han afectado a niños y adultos. De los virus que se han detectado, el de mayor circulación ha sido la influenza A.
Ante este escenario, el Dr. Carlos Pérez, infectólogo de la Clínica Universidad de los Andes, hace un llamado al autocuidado y a vacunarse, sobre todo para quienes conforman el grupo de riesgo:
• Embarazadas, desde cualquier semana de gestación
• Niños de entre 6 meses hasta quinto básico
• Adultos mayores, desde 60 años
• Enfermos crónicos desde los 11 hasta los 59 años
• Personal de salud
De no hacerlo, aumentan las probabilidades de sufrir un cuadro grave de la patología, que puede llevar a la hospitalización.
Qué es la influenza
También conocida como gripe, es una infección viral que ataca al sistema respiratorio. Las epidemias anuales son causadas por la influenza tipo A y B, y sus diferentes subtipos, como H1N1 y H3N2, que son las que más se han notificado en lo que va del año.
Los virus de la influenza están cambiando constantemente, con nuevas cepas que aparecen de manera regular. Si una persona ha tenido esta enfermedad en el pasado, su cuerpo ya produjo anticuerpos para combatir esa cepa específica del virus.
Así, si un nuevo virus de la influenza es similar al que se contagió anteriormente o al de la vacuna que recibió, esos anticuerpos pueden prevenir la infección o reducir su gravedad. Sin embargo, los niveles de anticuerpos tienden a disminuir con el tiempo y pueden no proteger contra nuevas cepas que pueden ser muy diferentes de las anteriores, de ahí la importancia de la vacunación anual.
Principales síntomas
La influenza afecta principalmente nariz, garganta y pulmones. Al comienzo, puede parecer un resfriado común, pero sus síntomas suelen aparecer de súbito y son mucho más intensos y molestos:
• Tos persistente o seca
• Dolor de garganta
• Congestión nasal
• Fiebre
• Dolor general o musculares
• Escalofríos y sudoración
• Cefalea o dolor de cabeza
• Fatiga, cansancio y debilidad
• Falta de aire al respirar
• Ardor en los ojos
• Diarrea y vómito (más común en los niños)
La importancia de vacunarse
Se ha demostrado científicamente que la vacuna reduce la aparición de enfermedades relacionadas con influenza y el riesgo de sufrir complicaciones graves a causa de la patología, que puede dar lugar a consultas de urgencia, hospitalizaciones o incluso la muerte. Asimismo, ayuda a proteger a los grupos más vulnerables de contagiarse.
Otras medidas para evitar el contagio
• No estar en contacto con personas enfermas
• Evitar lugares con aglomeración
• Lavarse las manos frecuentemente, sobre todo si se ha estado cerca de personas enfermas
• Al toser o estornudar, cubrirse la boca y nariz con el antebrazo y codo.
Fuente: Clínica Universidad de los Andes.