El agua es fundamental para casi todas las funciones de nuestro cuerpo, desde mantener los órganos correctamente hasta regular la temperatura corporal.
Un estudio del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI) de Estados Unidos descubrió que las personas que se mantienen hidratadas tienen menos probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas, e incluso tener vidas más largas y saludables.
La investigación formó parte del estudio Riesgo de aterosclerosis en las comunidades (ARIC), que investiga la salud cardíaca en adultos que viven en diferentes comunidades de los Estados Unidos.
Los investigadores rastrearon la salud de más de 11.000 adultos por un periodo de 30 años. Esto incluyó medir las concentraciones de sodio en la sangre, un electrolito que ayuda a regular los líquidos en el cuerpo. Cuando estamos deshidratados, nuestra concentración de sodio en la sangre tiende a aumentar.
Los investigadores descubrieron que las personas con concentraciones más altas de sodio tenían más probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas (como insuficiencia cardíaca, diabetes y demencia) más adelante.
También tendieron a presentar más señales de envejecimiento biológico avanzado, como presión arterial sistólica, colesterol y azúcar en la sangre elevados, signos que indican cuán bien está funcionando el cuerpo.
Estos participantes tenían más probabilidad de morir a edades más tempranas. Sin embargo, aquellos que se mantuvieron bien hidratados desarrollaron menos enfermedades crónicas y tendieron a vivir más tiempo.
¿Vivirá más si toma más agua?
Si bien estos hallazgos muestran un vínculo entre mantenerse hidratado y un envejecimiento saludable, no prueban causa y efecto.
“Se necesitan más investigaciones para saber si una buena hidratación realmente previene enfermedades o prolonga la vida. Mientras tanto, este estudio es un buen recordatorio de que mantenerse hidratado es una forma sencilla pero impactante de invertir en la salud y bienestar”, plantea el texto.
¿Cuánto líquido tomar?
Esto depende de factores como la edad, el nivel de actividad y el clima. Sin embargo, una buena regla general es tratar de tomar unos ocho vasos de líquido al día.
El agua es la mejor opción, pero los líquidos de otras fuentes (como jugos, infusiones de hierbas y frutas y verduras con alto contenido de agua) también pueden ayudarle a mantenerse hidratado.