Un grupo de científicos del Centro de Envejecimiento Cerebral Saludable de la Universidad Estatal de Sidney (Australia) llevó a cabo una investigación y determinó la relación entre el consumo de frutas y el desarrollo de la depresión.
En el estudio, que duró nueve años, participaron 7.801 personas mayores de 45 años que no sufrían de depresión y procedían de distintas regiones del mundo, entre ellas Estados Unidos, Brasil, Suecia, Nigeria y Malasia.
Los encuestados declararon cómo era su ingesta de fruta y verduras por sí mismos a través de cuestionarios, mientras que los síntomas de la depresión se evaluaron mediante medidas y umbrales validados.
Según los resultados, los investigadores descubrieron una provechosa asociación entre un mayor consumo de fruta y un menor riesgo de padecer depresión a lo largo del periodo estudiado.
Sin embargo, a pesar de que los resultados para verduras también sugirieron un beneficio para la salud mental, los datos no fueron estadísticamente significativos.
“La razón por la que encontramos una relación beneficiosa para la fruta, pero no para la ingesta de verduras, es muy posible que sea porque las verduras se consumen normalmente cocinadas, lo que puede afectar a su contenido en nutrientes, mientras que la fruta se consume generalmente cruda”, explicó Annabel Matison, becaria postdoctoral y la autora de la investigación.
Los científicos consideran que estos alimentos contienen altos niveles de antioxidantes, fibra dietética y vitaminas, que pueden ejercer una influencia beneficiosa sobre la depresión a través de numerosos mecanismos, como su papel en la inflamación, el estrés oxidativo y la microbiota intestinal.