Con 2.703 casos en 2022 según datos de Globocan, el cáncer de próstata es la enfermedad oncológica que más muertes provoca en Chile, situándose por sobre otros cánceres como el de estómago (2.643) y pulmón (2.348), por lo cual es relevante generar conciencia y cambiar la mirada que los hombres tienen respecto de las medidas preventivas.
El doctor Ernesto Maturana, oncólogo del Instituto del Cáncer Red Salud y del Hospital Sótero del Río, enfatiza la necesidad de que se instale en la sociedad chilena la importancia de que los varones se realicen un chequeo médico anual de la próstata, para descartar alguna anomalía o para obtener un diagnóstico oportuno, un mejor pronóstico y un control de la enfermedad.
Eliminar el tabú
Un tema relevante para detectar alguna anomalía es la realización del antígeno prostático como examen de base, procedimiento simple que considera la extracción de sangre. Con esos resultados se determinarán los pasos a seguir, con el tacto rectal solamente de ser necesario. Y, por último, como complemento se puede requerir la realización de una resonancia magnética.
El oncólogo detalla que la curabilidad de este cáncer “depende de la etapa de hallazgo en el paciente. En etapas tempranas hay una probabilidad de curarse muy alta, algunos hablan de más del 90%. Cuando se descubre el cáncer en etapas más avanzadas este porcentaje va disminuyendo hasta llegar a la etapa metastásica, que es incurable en teoría”.
Para llegar a esa mejor proyección de cura, el Dr. Maturana plantea que es importante generar un cambio cultural en el país.
“En Chile existe un tabú respecto del cáncer de próstata. Los hombres en general tienen poca cultura de prevención, no como las mujeres que se hacen su mamografía todos los años. A los hombres les cuesta hacerse exámenes de sangre, ir al médico y el problema del cáncer de próstata es que el paciente puede estar mucho tiempo enfermo sin darse cuenta”, señala.
Un reciente estudio de la revista The Lancet, advierte que el cáncer de próstata es el más común en hombres en 112 países, representa el 15% de los cánceres y se estima que se podría duplicar el número de pacientes con esta enfermedad al 2040, llegando a estar en esta condición 2,9 millones de personas y la mortalidad se podría elevar a 700.000 fallecidos.
Por ello, el doctor Ernesto Maturana subraya que “si hay una manera de curar esta enfermedad o de no llegar en etapas tan avanzadas es mediante la prevención, haciéndose estudios, el antígeno prostático, ir a ver al urólogo cuando se tenga síntomas. Ésta es la mejor medida que tenemos para luchar contra este cáncer”.
Una amenaza asintomática
El cáncer de próstata es una enfermedad que provoca la formación de células malignas en los tejidos de esta glándula del aparato reproductor masculino, que se encuentra bajo la vejiga y delante del recto.
El tipo más común es el adenocarcinoma, que se produce a partir de las células glandulares, encargadas de generar el líquido prostático que se agrega al semen. Pese a esto, también existen otros tipos para este cáncer como carcinomas de células pequeñas.
“Uno de los principales problemas que tiene este cáncer es que muchas veces es asintomático durante mucho tiempo, hasta que está en etapas más avanzadas”, afirma el experto.
Otra variable son los factores de riesgo que predisponen a la patología. Aquí se encuentran, entre otros, familiares cercanos que hayan tenido este cáncer, una edad avanzada y ser de raza afroamericana.
En cuanto a la edad recomendada para que los hombres se realicen los controles médicos, el especialista plantea que si hay antecedentes familiares se deberán efectuar entre los 40 y 45 años, mientras que para el resto la recomendación es entre los 45 y 50 años.
Agrega que las personas que tienen este cáncer “pueden tener síntomas principalmente urinarios, porque la próstata tapa la uretra, que es una especie de cañería por donde pasa la orina”.
“Es muy relevante el diagnóstico temprano de este cáncer porque la etapa temprana es potencialmente curable, con tasas sobre el 90%. Cuando la enfermedad es avanzada en etapas de metástasis, la enfermedad ya no es curable. En general, los datos globales indican que la patología se detecta en etapas más tempranas, pero en Chile las estadísticas son menos favorables, porque estamos detectando a los pacientes en etapas más avanzadas”, enfatiza el Dr. Maturana.