Con motivo del Día Mundial del Donante de Sangre, que se celebra cada 14 de junio y este año celebra su 20° aniversario, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) hizo un llamado a que más personas se motiven a realizar este acto altruista, con miras a aumentar la disponibilidad de reservas esenciales para salvar vidas.
Las donaciones voluntarias y no remuneradas constituyen la base de un suministro de sangre seguro y suficiente. Además, desempeñan un papel crucial en el apoyo a pacientes con una amplia gama de problemas crónicos de salud, como la hemofilia y las deficiencias inmunitarias.
Patricio Manzárraga, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, resalta que “donar sangre es un gesto de humanidad y amor, porque para el que recibe la donación es porque la necesita, generalmente en condiciones de vida o muerte, por lo que se dice que donar sangre es donar vida”.
Cuando se realiza una donación de sangre, se pueden obtener componentes que se utilizan en diferentes condiciones, para beneficiar hasta a tres pacientes.
“Los glóbulos rojos sirven para tratar anemias agudas en pacientes que han perdido sangre, las plaquetas se utilizan cuando los pacientes tienen problemas de coagulación sanguínea, el suero que se utiliza para mejorar las condiciones de osmolaridad de la sangre o hipotensión, el crioprecipitado que se suministran a pacientes con enfermedades de la sangre como las hemofilias”, detalla Manzárraga.
Estándar de donación
Al efectuar una donación, la extracción es de 450 mililitros aproximadamente, lo que sería alrededor del 10% de la sangre del cuerpo.
Este es un estándar internacional, ya que se estudió como una cantidad segura para quienes cumplan los requisitos.
Al llegar al centro de donación, la persona voluntaria pasa por una entrevista y examen físico para descartar cualquier problema, explica el docente de Tecnología Médica de la Universidad de Concepción, Froilán Quintana Milchio.
Una pequeña muestra de la sangre extraída pasa por análisis para detectar virus o bacterias, como forma de evitar el contagio de hepatitis, sífilis o VIH, entre otros.
Luego, la sangre pasa por un procedimiento llamado fraccionamiento, que permite separar sus componentes por tamaño y densidad.
De esta manera obtienen cuatro componentes: “concentrado de glóbulos rojos, concentrado de plaquetas, el plasma fresco congelado o puede ser crioprecipitado, uno de esos dos productos”, señala el académico.
Cada uno tiene distintas utilidades dependiendo de los requerimientos del paciente. Por eso las campañas siempre apuntan a que una donación puede salvar hasta tres vidas.
“Los glóbulos rojos se mantienen durante un máximo de 42 días, mientras las plaquetas, que son clave en el manejo de hemorragias y en tratamientos oncológicos, duran sólo cinco días”, resalta el subdirector Médico del Centro de Sangre Concepción, Dr. Miguel Ángel Muñoz Acuña.
Los hombres pueden donar cada tres meses y las mujeres cada cuatro, por lo que resulta relevante la incorporación permanente de nuevos donantes.
Requisitos para ser donante
• Tener una edad entre 18 a 65 años
• Peso mínimo de 50 kilos
• Haber dormido mínimo cinco horas y haber comido en las últimas cinco horas previo a la donación
• Pareja sexual estable durante los últimos seis meses
• No tener nuevos tatuajes o perforaciones durante los últimos seis meses
• No haber viajado a zonas endémicas de algunos agentes infecciosos como la malaria o el dengue
• No tener alguna enfermedad cardíaca grave o cáncer
• No estar embarazada.
“Los pacientes O negativos son los generalmente más escasos en los grupos. Actualmente, de acuerdo con lo que ha emitido el Centro de Sangre, estamos bajos en la donación de ese grupo, entonces nos están haciendo hincapié que ojalá la gente O negativo pueda acudir”, comentó Quintana.