Las células CAR-T pueden armar a las células T transeúntes con moléculas CAR en el microambiente tumoral

Las células inmunes modificadas, llamadas células CAR-T, se utilizan en el tratamiento del cáncer. Investigadores de la Universidad de Uppsala han descubierto que las moléculas CAR pueden transferirse desde las células CAR-T a otras células T en el microambiente tumoral.

Los investigadores también han señalado cómo se regula esta transferencia, lo que podría utilizarse para mejorar la eficacia de la terapia con células CAR-T. El estudio ha sido publicado en la revista Science Immunology .

Las células inmunitarias tienen la capacidad de intercambiar moléculas de la superficie celular entre sí. Este intercambio se denomina trogocitosis y puede afectar potencialmente la respuesta inmunitaria, ya que permite que se transfieran diferentes proteínas entre células.

Las células T con receptor de antígeno quimérico (CAR) son células inmunitarias modificadas genéticamente que se utilizan en terapias contra varios tipos de cáncer. Las moléculas CAR, que median el efecto terapéutico de las células T CAR, se encuentran en la superficie de las células. En el estudio actual, los investigadores descubrieron que las moléculas CAR pueden transferirse desde las células modificadas genéticamente a otras células T a través de la trogocitosis.

El proceso que se produce tras la trogocitosis se conoce desde hace tiempo, pero no se sabe con certeza cómo se regula. La hipótesis propuesta es que una proteína de membrana integral se intercambia mediante trogocitosis si se une a un receptor correspondiente en la superficie de otra célula inmunitaria.

«Nuestro estudio refuta esta hipótesis y demuestra que, aunque es necesario el contacto entre células, una molécula específica no necesita un receptor correspondiente en otra célula para ser trogocitosizada. En cambio, es la región de la membrana que rodea la molécula de la superficie celular la que determina si puede ser transferida o no», afirma Stefano Barbera, investigador postdoctoral en el Departamento de Inmunología, Genética y Patología, que es el primer autor correspondiente del estudio.

«El hecho de que las moléculas CAR no tengan un compañero de unión en otras células T refuta aún más la antigua hipótesis sobre cómo se regula la trogocitosis. Estamos muy entusiasmados de poder contribuir con nuevos conocimientos biológicos a este proceso», afirma Anna Dimberg, una de las autoras principales del estudio.

Aún se desconoce el papel biológico de la trogocitosis CAR durante la terapia con células CAR-T para el cáncer. Una pregunta abierta es si el aumento o la reducción de la trogocitosis puede conducir a una mayor eficacia y/o a una reducción de los efectos secundarios.

«Ahora, cuando sabemos cómo regular la trogocitosis, podemos diseñar moléculas CAR con y sin capacidad de trogocitosis y evaluar las diferentes moléculas CAR en sistemas modelo avanzados y, con suerte, en una etapa posterior en un ensayo clínico», dice Magnus Essand, el segundo autor principal del estudio.

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