Reforzar las capacidades de salud pública es esencial para garantizar la resiliencia y la equidad en las Américas, según nuevo informe de la OPS

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) presentó el informe Implementación de las funciones esenciales de salud pública en las Américas: Evaluación y fortalecimiento de capacidades, destacando la necesidad urgente de reforzar las capacidades institucionales de salud pública en la región para garantizar el acceso universal a la salud y responder eficazmente a los desafíos sanitarios actuales y futuros.

El informe, basado en evaluaciones realizadas entre 2021 y 2023 en 14 países de las Américas, subraya el rol crítico de las Funciones Esenciales de Salud Pública (FESP) como marco estratégico para mejorar los sistemas de salud. Estas funciones abarcan once áreas clave, incluyendo la vigilancia y evaluación de la salud poblacional, el desarrollo de políticas y planes de salud, y el acceso equitativo a la atención. Su implementación busca fortalecer la gobernanza sanitaria, reducir desigualdades y aumentar la resiliencia frente a crisis como la pandemia de COVID-19.

“Al priorizar las FESP, los países pueden mejorar significativamente las capacidades de sus sistemas de salud de responder a las necesidades de las poblaciones y obtener resultados más equitativos y efectivos”, afirmó el doctor Jarbas Barbosa, Director de la OPS. “Su fortalecimiento no solo refuerza la capacidad de respuesta ante emergencias, sino que también asegura una base sólida para enfrentar los retos de salud a largo plazo”, agregó.

Evaluación de capacidades: Progresos y desafíos pendientes

El análisis muestra avances importantes pero desiguales en la región. De los 14 países evaluados, diez han utilizado las evaluaciones de las FESP para identificar prioridades y desarrollar planes de acción estratégicos. En general, los países presentan una capacidad moderada en la implementación de las FESP, con un cumplimiento que va del 40% al 59% de los estándares establecidos.

Sin embargo, hay diferencias entre subregiones: los países del Caribe muestran una capacidad más limitada, mientras que los de América Latina alcanzan niveles moderados. El promedio regional de cumplimiento sigue por debajo del 60%, lo que refleja desafíos persistentes como la fragmentación de los sistemas de salud, la falta de recursos financieros y humanos, y la ausencia de sistemas integrados de información. Estas limitaciones dificultan la capacidad de los países para monitorear la salud, planificar acciones y coordinar respuestas entre distintos sectores.

La pandemia de COVID-19 puso de manifiesto la relevancia de las FESP. Los países con mayores avances en su implementación demostraron una mejor preparación y respuesta durante la crisis, lo que refuerza la necesidad de integrar estas funciones en un modelo de atención primaria de salud sólido.

Recomendaciones para la acción

La OPS insta a sus Estados Miembros y socios a priorizar las siguientes medidas:

  1. Inversión sostenida: Incrementar el financiamiento para las FESP, con énfasis en el desarrollo de recursos humanos y tecnologías de la información.
  2. Sistemas de datos robustos: Establecer plataformas integradas para la recolección, análisis y uso de datos de salud.
  3. Cooperación intersectorial: Fortalecer mecanismos de coordinación entre sectores públicos, privados y la sociedad civil.
  4. Gobernanza sanitaria: Mejorar el liderazgo y la rectoría en salud pública para garantizar políticas inclusivas y efectivas.

En septiembre de 2024, los países de las Américas aprobaron la Estrategia para Fortalecer las Funciones Esenciales de Salud Pública 2024-2034, un marco regional que combina las FESP con la atención primaria de salud para transformar los sistemas sanitarios. Esta estrategia apoyará a los países en la elaboración de políticas nacionales y la capacitación de equipos locales, promoviendo un enfoque integral que aborde tanto las enfermedades como sus determinantes sociales.

Un llamado a la colaboración regional

La OPS reiteró su compromiso de proporcionar asistencia técnica y estratégica a los países de la región para evaluar y fortalecer sus capacidades de salud pública. “Las FESP ofrecen una hoja de ruta clara para avanzar hacia sistemas resilientes que protejan a las poblaciones de hoy y del mañana”, señaló el doctor Barbosa.

Como parte de este esfuerzo, se está creando una red regional sobre gobernanza y FESP. Este espacio colaborativo busca impulsar sistemas de salud más resilientes y equitativos en las Américas, facilitando el intercambio de experiencias y soluciones para superar los desafíos comunes.

El informe completo está disponible en el sitio web de la OPS, junto con recursos adicionales para apoyar su implementación. La Organización invita a gobiernos, instituciones de salud y socios internacionales a unir esfuerzos para fortalecer la salud pública en toda la región.

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