El Dr. Alex Bustos Leal, Profesor Titular, se encuentra ejerciendo su quinto periodo como Decano de la Facultad de Odontología de la Universidad de Concepción, su alma mater. Se formó como cirujano dentista en esa casa de estudio penquista, cuenta con una maestría en salud familiar y una especialidad en salud pública reconocida por Conaceo. Además, tiene un doctorado en Odontología otorgado por la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
El Profesor tiene una mirada crítica e integral respecto al desarrollo de la odontología en el país. Sus diez años de experiencia trabajando en el servicio público, específicamente en el Departamento de Salud de la comuna de Santa Juana, Región del Biobío, más sus 30 años de experiencia como docente universitario, marcan claramente su visión social de la disciplina donde, como el mismo recalca, el profesional antes de ser cirujano dentista, es persona.
Pensando en términos generales respecto de la salud bucal: ¿Cuánto ha mejorado Chile en los últimos años?
Si yo tomara hoy una fotografía le diría que estamos relativamente bien. No somos un país con buenos indicadores, pero tampoco con los peores. Uno tiene que mirar la odontología chilena con una perspectiva de tendencia histórica y en ese sentido hemos evolucionado y mejorado.
Por ejemplo, en el año 1994 inicié un estudio epidemiológico COPD (indicador de daño por caries) en la comuna de El Carmen, en ese momento teníamos como indicador 7.8 en promedio, porque siempre la población rural está más dañada que la urbana. Si vamos hoy a medir a El Carmen, el indicador ha bajado a 2 o 3.
En Chile tenemos una alta tasa de daño por caries, pero las políticas de salud bucal que ha establecido el Estado desde 1978, fecha en que se implementó el primer plan de salud bucodental, es muy importante. Hoy la salud bucal es prioritaria y están orientadas a un mejoramiento continuo.
¿Cómo se refleja esa diferencia de salud bucal en Chile?
Decimos que la salud bucal ha mejorado, pero también hay una gran inequidad. Yo no puedo comparar una comuna rica del país, como algunas comunas del gran Santiago, donde hay un 20% de daños por caries, con algunas zonas rurales en donde el daño llega a un 60-70%.
Por ello, si lo miramos y focalizamos por comunas y sectores vamos a encontrar una gran inequidad con respecto al estado de la salud bucal de niños y niñas del país. Sin embargo, se ha hecho un esfuerzo en el plan nacional bucodental para intervenir las brechas y poner ahí mayor énfasis en la promoción, prevención y tratamiento.
Un ejemplo de ello es el trabajo que el Ministerio de Salud ha realizado para disminuir las brechas de especialistas a nivel país y también para mejorar la cobertura de atención primaria.
¿Qué otras políticas o miradas se deben incorporar para mejorar la salud bucal de los chilenos?
Un gran aliado para mejorar la salud bucal es la familia, pues es un actor relevante en el desarrollo del mejoramiento de la salud bucal de nuestro país.
También, las escuelas a nivel básico deberían tener planes de salud bucal incorporado. La educación en Chile tiene que ser un actor que eduque en cosas básicas que requiere una persona para desarrollarse en la vida y una de ellas es tener una buena salud bucal. Desde mi perspectiva personal, el desarrollo de la salud y la vida deberían ser contenidos curriculares para que los niños y niñas aprendan a vivir sano. La promoción de la salud es promover la vida para el bienestar familiar y para alcanzar comunidades sanas. Creo que ahí el Estado y el Minsal deben poner un mayor énfasis.
¿Cómo describiría al odontólogo egresado de la UdeC?
La malla curricular de nuestra carrera está orientada según las necesidades del país. Por ello, el Cirujano/a Dentista de la Universidad de Concepción está enfocado en cómo mejorar la salud bucal. Nuestros estudiantes tienen una formación en el área de lo comunitario y lo público, con un gran interés y compromiso social que se ha desarrollado a través de muchos años en la Facultad, con un Departamento de Salud Pública muy potente que entrega competencia a los estudiantes para salir y solucionar los problemas que el país tiene a nivel comunitario y a nivel territorial.
Nuestros estudiantes tienen esa mística, esa impronta UdeC. También lo puedo decir de otras universidades del país que forman parte de Acheo (Asociación Chilena de Enseñanza de la Odontología), puesto que es un trabajo permanente que realiza la organización sobre cómo nosotros también debemos colaborar en el mejoramiento de la salud bucal en Chile desde los procesos formativos.
Y desde esta perspectiva, ¿cuáles son los desafíos en la formación hoy?
La formación tiene que ser de acuerdo con las necesidades que tiene el país. Se necesitan odontólogos para trabajar en el mundo público y el mundo comunitario y ahí viene la respuesta que debe tener el Ministerio de Salud. Si el ministerio les pide a las universidades que las mallas curriculares estén orientadas a las necesidades que tiene nuestro país en términos de competencia para poder ir a trabajar al mundo público, también hay una tarea que tiene el Estado chileno de aumentar progresivamente el número de cirujanos y cirujanas dentistas que trabajen en la atención primaria y además disminuir la brecha que existe hoy día en la necesidad de especialistas en el país.
Por ello Acheo mantiene reuniones permanentes con el ministerio para tener una mirada en conjunto y señalar para dónde podemos caminar, cómo nosotros podemos apoyar la gestión política del Estado y que este vea cómo puede orientar la necesidad formativa de odontólogos. Estos son planes de aquí a diez años, son planes estratégicos de larga data y eso traspasa los gobiernos porque es una política de Estado.
¿Cómo las universidades, en general, se van adaptando al nuevo conocimiento científico respecto a enfermedades bucodentales y sus tratamientos?
Los académicos e investigadores de nuestra universidad están revisando la literatura actual respecto a enfermedades, tratamientos no invasivos y probióticos, por ejemplo. Estamos cada año ofreciendo cursos de actualización a los servicios de salud y profesionales del país para entregar nuevo conocimiento que mejore la salud en el país.
Un ejemplo de ello es que estamos formando profesionales en el área de los pacientes con necesidades especiales: todas aquellas personas en situación de discapacidad y/o medicamente comprometidas de cualquier edad, que necesitan una atención especial y/ o de mayor cuidado. No podemos dejar de lado estos grupos que requieren de toda nuestra atención y de nuestro respeto. La ética de nuestra profesión dice que nosotros no podemos discriminar a ninguna persona. Por tanto, también hemos fortalecido competencias en esta área. Para eso la Facultad de Odontología tiene un equipo altamente competente formado en Europa y que luego han formado discípulos acá en Chile.
Otro ejemplo de ello es que este año, producto de la pandemia un grupo de investigadores en docencia para el área odontológica, ha desarrollado un modelo clínico a distancia para pregrado, una práctica clínica simulada inédita en el ámbito de la formación en odontología.