Encuesta Casen: el 4,3% de la población no cuenta con cobertura de salud

La crisis sanitaria ha tenido un impacto en la economía de los países y el mercado laboral y, con ello, en la seguridad social de las personas. Según los resultados de la última encuesta Casen, el porcentaje de la población sin ningún tipo de cobertura de salud pasó de un 2,8% a un 4,3% durante el 2020.

La mayoría de las personas que se encuentra en esta situación pertenecen a los dos primeros quintiles de ingresos (62% del total entre ambos), los más vulnerables, y solo 6,5% en el quintil más rico, pese a que estas pueden afiliarse a Fonasa en el tramo A, donde se pueden atender de forma gratuita en la Red Pública de Salud.

En esta línea, la afiliación a Fonasa llegó a un 76,5% del total nacional, su nivel más bajo desde el registro de la edición 2003 de la encuesta Casen. Sin embargo, la entidad afirmó que el número de beneficiarios ha ido en aumento. “Ha crecido en forma constante en los últimos años. Si en 2018 la población asegurada era de 14.102.709 personas, en 2020 la cifra creció en más de un millón, llegando a 15.142.528?, aseguraron desde Fonasa.

Respecto a los datos registrados en Cansen y Fonasa, una explicación para el aumento de personas sin cobertura de salud estaría en la inmigración, donde por desconocimiento parte de esa población podría no estar inscrita en el sistema. De hecho, según la Casen, el 11% de los inmigrantes no está en ningún sistema de salud, los que a su vez representan el 15% del total de personas en el país sin cobertura.

La pobreza en inmigrantes subió con fuerza, desde 10,8% en 2017 a 17% en la versión actual del sondeo. Mientras, la población nacida en Chile tiene una tasa de pobreza de 10,4%. El porcentaje de pobres entre inmigrantes es la mayor desde 2011, cuando alcanzó a 19,6%. Sin embargo, en ese momento aún no se registraba el fuerte aumento del flujo migratorio que se comenzó a evidenciar con más fuerza a partir del año 2015. Esta misma situación estaría redundando en más personas fuera del sistema.

Respecto a las personas afiliadas a Isapres (sistema privado de salud), esta llega al 15,4% de la población, manteniendo un nivel similar al registrado en la versión 2017 de la encuesta.

Según la Casen, el 49% de las personas inscritas en Fonasa pertenece a hogares del primer y segundo quintil de ingresos, y solo 8,2% está en el quinto quintil, el de más altos recursos. Esto contrasta con los porcentajes en Isapres, donde el 60% de los afiliados corresponde a hogares del quinto quintil y otro 21% al cuarto. Solo 4,3% de los afiliados al sistema privado está en el quintil de menores ingresos.

Por grupo de edad, la Casen muestra que en las personas de 60 años o más el porcentaje en Fonasa es el más alto, con 83,7%. Mientras que en el segmento de entre 30 y 44 años el porcentaje en Isapres alcanza su mayor nivel, con 21,5%.

Compartir este artículo

Artículos relacionados

Los resultados de una investigación preclínica del Centro Oncológico Integral Lineberger de la Universidad de Carolina del Norte han identificado un cóctel de tres medicamentos diferentes que se pueden utilizar para generar células T CAR (células T con receptor de antígeno quimérico) más robustas para combatir el cáncer. Este hallazgo puede tener un impacto significativo en la mejora de la producción de células T CAR para uso clínico.
Una 'huella dactilar' vascular en la capa de tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo (la retina) puede predecir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular con tanta precisión como los factores de riesgo tradicionales por sí solos, pero sin necesidad de múltiples pruebas de laboratorio invasivas, según un estudio de la Universidad Politécnica de Hong Kong, publicado en la revista 'Heart'.
Un equipo de investigación del Departamento de Farmacología y Farmacia de la Facultad de Medicina de Hong Kong (China) ha descubierto que las fracturas de cadera pueden desencadenar eventos cardiovasculares adversos, y que aquellos pacientes con afecciones cardíacas preexistentes tienen cinco veces más riesgo de sufrir este tipo de eventos, lo que se traduce en un peor pronóstico y un mayor uso de los servicios sanitarios.