En Chile, el cáncer de mama es la primera causa de muerte oncológica. Se estima que en 2020 se diagnosticaron 5.331 nuevos cáncer y 1.679 muertes, pese a que en el mismo año el porcentaje de mamografías bajó en un 60% producto del confinamiento, el temor a contagio y suspensión de consultas médicas en pandemia.
Si bien, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha indicado que para 2024 se espera que se produzcan 2.600 decesos anuales en el país, la Sociedad Chilena de Mastología, ha manifestado que esta cifra podría ascender producto de las mamografías retrasadas por causa del Covid-19.
“No es que haya aumentado el cáncer de mamá, sino que el diagnóstico fue mucho menor en el tiempo en que no se hicieron los exámenes. Entonces, como los diagnósticos se están retomando, se estima que encontraremos más casos de cáncer en etapas más avanzadas”, explica la Dra. Marcela Amar, directora de la Sociedad Chilena de Mastología.
¿Cuál es la prevalencia de cáncer de mama en Chile?
Los datos que existen en Chile son estimados porque no hay un Registro Nacional de Cáncer todavía, pero nosotros sacamos un cálculo aproximado por consultas y casos confirmados en el GES. La proyección indica que en 2020 se diagnosticaron 5.300 casos de cáncer al año. A julio de este año llevábamos 2.450 y esperamos que esta cifra se doble un poco más al finalizar el año. Un dato importante a destacar es que dentro de los cáncer en Chile, este es la primera causa de muerte en mujeres.
¿Cómo afecta a la salud pública el aumento de este cáncer, sobre todo en etapas avanzadas?
Un cáncer con diagnóstico avanzado significa que va a necesitar mucho más tratamiento y por lo tanto, aumentan sus costos. Probablemente un cáncer en etapa temprana puede que prescinda de quimioterapia, pero uno más avanzado, va a necesitar quimioterapia, radioterapia u otros tratamientos adyuvantes
Desde el del punto de vista de la paciente, también es un costo muy alto, porque se somete a estos tratamientos agresivos que duran mucho más tiempo y, además, la sobrevida es menor, pues un punto importante es que al encontrar el cáncer en estado más avanzado la sobrevida disminuye. Incluso pueden llegar a algunos con metástasis, llegar tan avanzados que incluso pasaron la barrera de la mama y de los ganglios axilares y llegan con alguna metástasis en otra parte del cuerpo, entonces ahí ya el tratamiento no sería curativo, sino que sería un tratamiento paliativo, de control de la enfermedad.
Respecto al diagnóstico, ¿cómo ha funcionado la política pública de implementar mamografías para un sector de la población?
Hay que considerar que en Chile no hay una política de screening mamario, es decir, no se le hace a todas las pacientes asintomáticas, ya solo se aplica a pacientes sobre los 50 años y aquellas menores que tengan síntomas. Sin embargo, a pesar de tener la cantidad disponible para atender a la población objetivo, siempre han sobrado mamografías; hay menos personas que se hace la mamografía de las que están disponibles. Nunca se ha llegado a ocupar todas las mamografías disponibles.
¿Cómo ha funcionado el sistema GES para control de este cáncer?
El GES partió en 2014, pero antes en 2004 inició el programa de cáncer de mamá. El GES ha ayudado a que los tratamientos y diagnósticos sean mucho más oportunos. Además, se ha logrado tener medicamentos que antes no estaban considerados dentro del sistema público gracias a la Ley Ricarte Soto. Recientemente el Ministerio de Salud anunció la creación de la Ley Nacional del Cáncer, el cual está avanzando respecto a su definición y posterior aplicación.
¿Cómo se están abordando los tratamientos para el cáncer de mama?
El cáncer de mama se basa en cuatro puntos fundamentales: la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia y la hormonoterapia. No todos los cáncer van a necesitar los cuatro tipos de tratamiento. La cirugía se utilizará siempre y, dependiendo del estado del tipo de tumor, se agregarán las otras terapias.
También hay algunas mujeres que van a necesitar o no hormonoterapia y otras que nunca porque tienen receptores negativos (no son dependientes de estrógenos), por ejemplo, o a las pacientes que se le hace una cirugía conservadora que se conserva la mama siempre va a ir asociada a radioterapia, puede ser con o sin quimioterapia, pero si queda la mama siempre va a ir a radioterapia y eso los pacientes lo saben desde que inician el tratamiento.
Respecto a las causas, ¿qué puede provocar el cáncer de mama, tanto en mujeres como en hombres?
Primero voy a abordar el cáncer de mama en hombres, el cual es muy poco frecuente. Hasta la fecha se han diagnosticado 7 casos de cáncer en hombres este año, lo que equivale, más o menos, al 1% de la población. En general el cáncer de mama en hombres está ligado a una mutación genética.
Ahora, en cuanto a mujeres, hay factores de causas que son modificables y otras que son no modificables. Dentro de la no modificables son el ser mujer, pues eso implica que nosotras tenemos una fuente rica de estrógenos, que son los ovarios cuando jóvenes, y posteriormente hay otras fuentes de liberación de estrógenos. Otro factor no modificable es la edad, porque a medida que esta aumenta, también lo hace el riesgo a padecer cáncer, sobre todo en pacientes mayores de 55. Otro factor propio de la mujer son los ginecobstétricos, por ejemplo, tener una menopausia tardía y el no haber tenido hijos aumenta un poco el riesgo de hacer un cáncer de mamá porque una está más tiempo sometida a los estrógenos.
Dentro de los factores modificables, el que más se vincula con el cáncer de mamá es el alcohol en las pacientes jóvenes, específicamente en el inicio de consumo puesto que antes de su primer parto, el alcohol puede alterar el tejido mamario. Además, el alcohol favorece la liberación de estrógenos por otro mecanismo. Entonces hay distintos en distintas causas que el que el alcohol puede aumentar el riesgo, un factor de riesgo. Otros factores son el sedentarismo y el consumo de tabaco.
¿Qué desafíos tiene el país respecto a este cáncer?
Sobre prevención, tenemos el desafío de mejorar y concientizar sobre todos aquellos factores modificables para evitar este cáncer. Hay que cambiar la política pública de concientizar a las niñas y mujeres a disminuir el consumo de alcohol y los otros factores modificables de riesgo y a incentivar que las mujeres sobre los 40 años se realicen la mamografía. Las campañas deben estar enfocadas en el autocuidado de las mujeres, no en una acción que deben hacer por otros, que es un foco que las campañas han seguido. Hay que empoderar un poco a las mujeres.
Otro desafío es disminuir la mortalidad, la que hoy llega a un 11,3% sobre 100.000 habitantes. A pesar de todas las campañas y todos los diagnósticos tempranos, la mortalidad se ha mantenido, no ha disminuido drásticamente y lo que se espera a largo plazo es eso que disminuye la mortalidad por cáncer de mamá.
Como especialista en mastología, ¿Qué llamado haría a las mujeres respecto al diagnóstico temprano de este cáncer?
El llamado es que acudan a realizarse la mamografía. Lo que esperamos es que las pacientes vuelvan a hacerse su mamografía; la pandemia está relativamente controlada y en todos los centros de salud, tanto públicos como privados, están todas las medidas para disminuir el riesgo de contagio. No hay justificación para postergar el control de screening con la mamografía. Es una medida de autocuidado para detectar a tiempo tumores pequeños que sean tratables con tratamientos menos invasivos y costosos para las mujeres.