Se pensaría que son las comidas ultra procesadas son las responsables del aumento en el IMC de los universitarios, pero un nuevo estudio realizado en estudiantes chilenos concluyó que es el consumo de bebidas y no los snacks los que están vinculados con la obesidad en este grupo.
“Una ingesta igual o más de 1 porción de bebida azucarada al día se asoció con mayores probabilidades de obesidad, no así el consumo de snacks dulces ni salados, los que no mostraron diferencias o impacto significativo en su IMC” describe estudio publicado en la revista internacional Journal of American College Health.
El estudio se realizó en estas tres categorías de productos ultra procesados porque son los más consumidos entre los universitarios “debido principalmente a que son fáciles de conseguir; están en todos lados y son de bajo costo. Factores que ayudan ya que los estudiantes tienen escaso presupuesto” analiza Andrés Godoy, investigador de la Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Chile y uno de los autores.
Para medir se realizó un estudio descriptivo multicéntrico entre 2.039 estudiantes de 6 universidades chilenas. Para obtener un panorama del país, se seleccionaron instituciones de diferentes regiones geográficas: norte, centro y sur. La muestra estuvo conformada por las universidades: Antofagasta, Playa Ancha, San Sebastián (sede Santiago), Bernardo O´Higgins (sede Santiago), Autónoma de Chile (sedes Temuco y Santiago) y Católica de Temuco.
El consumo de alimentos se evaluó mediante una encuesta validada la que se comparó con la altura y el peso corporal para calcular el IMC. También se midió el consumo de tabaco y la cantidad de actividad física.
“Casi el 50% de los estudiantes refirió una ingesta de 1 o más vasos de bebidas azucaradas al día y el 10% tuvo una ingesta de tres o más vasos al día, mientras que casi el 20% de los estudiantes consumieron una o más porciones de bocadillos salados en el mismo plazo. Casi el 40% de los estudiantes consumían bocadillos dulces a diario” detalla el investigador.
Además, el 89% de la muestra estudiada, reportó ser inactivo o no cumplir con las recomendaciones mínimas de práctica de actividad física para su edad. Según Andrés Godoy, “en general, los estudiantes universitarios disminuyen la cantidad de ejercicios debido a la rutina universitaria, la que según ellos no les deja tiempo”.
La obesidad es un problema global; 1.900 millones de personas en todo el mundo tienen sobrepeso y 650 millones son obesos, pero además Chile es el país con mayor prevalencia entre los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Según la Encuesta Nacional de Salud 2010 en el grupo de edad de 20 a 29 años el 24,6% son obesos y el 35,8% tienen sobrepeso, siendo uno de los múltiples factores que contribuyen a la obesidad una ingesta calórica excesiva, especialmente las que provienen de alimentos ultraprocesados, los que tienen un alto valor energético, son altos en grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos-
La mayoría de los estudiantes que participaron (74,6%) tenían un peso saludable, 21,8% tenían sobrepeso y el 3,6% eran obesos. “Las instituciones de educación superior deben promover entornos saludables, en donde se incluya entre otras cosas, educación sobre la dieta y fomentar la práctica de actividad física” finaliza el investigador de la Universidad Autónoma de Chile.