Utilizan realidad virtual para mejorar la salud mental de la tercera edad

La realidad virtual inmersiva (IVR-SRB) es un sistema de tecnologías virtuales humano-computadora que permite la inmersión sensorial sincronizada, para el aumento de la percepción de la sensación de realidad y la creación de diversos ambientes y escenarios.

“Utiliza la autopercepción del individuo y los estímulos ambientales como una redefinición tanto en la salud mental como física” comenta Héctor Brito, director de la Unidad de Investigación de Ciencias de la Rehabilitación en Salud de la Universidad Autónoma de Chile y autor de un estudio que busca su aplicación para mejorar la autopercepción como herramienta de solución no farmacológica de trastornos depresivos.

La investigación experimental contó con una muestra de 111 adultos mayores entre 60 y 88 años a los que se les aplicó IVR-SRB en cuatro escenarios virtuales diferentes durante 6 semanas. Se utilizaron dos tipos de estrategias: la primera constó en aumentar los estímulos sensorimotrices en situaciones extremas, “buscando mayor intensidad y variabilidad de experiencias que seguramente no hubiesen vivido, con el fin de fomentar el aumento en las habilidades de adaptación” complementa el investigador perteneciente a la carrera de kinesiología de la sede Talca.

Se estimuló el vértigo, simulación de caída libre, y exploración de diversas ciudades del mundo, mientras se daban tareas de entrenamiento de memoria en un contexto de tiempo y espacio con el objetivo de entrenar sus habilidades de adaptación con un enfoque evolutivo, entendiendo que: a mayor adaptación a nuevas experiencias, menor deprivación de los procesos del envejecimiento.

La segunda estrategia se enfocó en la autocrítica y autocompasión, variable asociada a la depresión, en la cual el usuario entregaba palabras de compasión a distintas personas dentro de la realidad inmersiva y esta entrega era reflejada en una segunda sesión hacia él mismo, en donde el escuchaba la compasión que le dio a un tercero, pero esta vez siendo el receptor de sus propias palabras e imagen.

«Se buscaba disminuir la autocrítica, factor de riesgo en la depresión, y aumentar la autocompasión, utilizando el aumento de la percepción de la realidad como una herramienta de calibración de las capacidades del usuario», complementa Héctor Brito.

Uno de los resultados más relevantes, destaca el investigador, son los efectos en la disminución de la expresión de los síntomas de depresión y ansiedad en los adultos mayores. “Los puntajes de ansiedad mostraron moderación al inicio, identificando que, a mayor presencia de síntomas, mayor efecto de IVR-SRB en la reducción”.

Actualmente se utilizan en Chile sistemas de realidad virtual, pero no enfocados específicamente en los «modelos de realidades», ni específicamente en trastornos mentales; son más bien utilizados como sistema de juegos con retroalimentación, para entrenamientos motores o como sistemas complementarios, existiendo solo pilotos o trabajos exploratorios.

En este sentido la investigación de la Universidad Autónoma de Chile se dirige de forma más específica a la creación de «modelos conductuales» en la IVR-SRB que permitan, por ejemplo, aumentar la expresión de síntomas en los posibles trastornos mentales, para objetivar los diagnósticos psiquiátricos.

Se espera así la estandarización de ésta y otras herramientas de los mundos virtuales en otros grupos poblacionales, otros tipos de trastornos mentales, estableciéndolas como nuevas opciones de tratamiento para la población general. “Que la tecnología comience a ser también parte de la solución, comprendiendo que la autopercepción de nosotros mismos y como esta se refleja a la sociedad”, finaliza el investigador.

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