La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como “pandemia” aquellas enfermedades de propagación mundial, y la obesidad es una de tipo no infecciosa. La situación en nuestro país es alarmante. Según cifras entregadas por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), el 74,2% de la población adulta en Chile tiene obesidad o sobrepeso, situándose en segundo lugar, después de México (75,2%) y superando a países como Estados Unidos (71%).
El Dr. José Amat, cirujano especialista en Cirugía Bariátrica de Clínica Dávila, señala: “La obesidad es una enfermedad que ha aumentado en todos los grupos sociales, en todas las sociedades, y constituye un factor de riesgo de otras enfermedades como diabetes, cardiopatías y accidentes cerebrovasculares”.
Sobre este punto, la Dra. Susana Velasco, especialista del Centro de Tratamiento de Obesidad de Clínica Ciudad del Mar, detalla que tener sobrepeso y obesidad “aumenta el riesgo de tener enfermedades metabólicas y cardiovasculares entre las que destacan: cardiopatía coronaria (infarto), hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, accidente cerebrovascular, dislipidemia, hígado graso, colelitiasis (cálculos en la vesícula), artrosis, apnea del sueño y varios tipos de cáncer».
Bernardita Vignola, nutricionista de Clínica Santa María, explica que la obesidad se determina mediante la medición del IMC (índice de masa corporal). “En el caso de los adultos si este índice está sobre 30 se trata de una persona con obesidad y esta se entiende como una acumulación excesiva de grasa que puede ser dañina para la salud, lo que puede deberse al desbalance energético, al consumo de algunos fármacos y a algunas patologías asociadas. Es una enfermedad crónica, recurrente y progresiva”.
Cómo prevenir la obesidad
Vignola agrega que es clave la educación para generar cambios en el largo plazo, partiendo desde la infancia. “Lo que se debe buscar es una educación en el paciente, que permita generar cambios en los hábitos, más que dietas específicas”.
Asimismo, es fundamental el compromiso individual y familiar para involucrar actividad física y otros hábitos saludables. En este sentido, Paulina Mella, nutricionista de Clínica Vespucio, entregó algunos factores importantes a considerar para prevenirla, como la lactancia materna prolongada. “Lo mínimo recomendado es hasta los dos años. Estudios aseguran que niñas y niños amamantados hasta dicha edad tienen menor riesgo de sufrir obesidad en el futuro”.
Otro elemento que destaca es el aprendizaje sobre alimentación saludable, donde las personas deben acudir a un especialista para que ordene su rutina de alimentación. En general, la mayor tasa de obesidad se da por grandes períodos sin comer, allí las personas se enfrentan a la comida de una manera mucho más voraz, más rápida, con mayores porciones y consumiendo alimentos que muchas veces tienen más calorías.
Al respecto, la profesional de Clínica Santa María entrega algunas recomendaciones como “disminuir el consumo de alimentos altos en grasas totales, grasas saturadas, de azúcares, aumentar el consumo de frutas y verduras, de legumbres, consumir frutos secos, preferir cereales integrales, leer los etiquetados de los alimentos y preferir aquellos sin sellos. Otro elemento importante, sobre todo ahora que comienza un nuevo año escolar, es considerar colaciones saludables como frutas, pan, huevo, evitando alimentos ultra procesados como golosinas o barritas de cereales”.
Junto con lo anterior, Paulina Mella agrega que la actividad física, por lo menos dos o tres veces por semana, es vital para poder protegernos de la pandemia de la obesidad.
Cirugía bariátrica: una forma para combatir la enfermedad
Esta intervención quirúrgica es utilizada como tratamiento para la obesidad. Por lo tanto, está indicada para aquellas personas que tienen más de 30 kilos de sobrepeso, ya que, como señala Amat, “pocas personas no operadas pueden hacer dietas tan radicales, salvo que se cambie el switch en la rutina de alimentación y en hacer deporte o ejercicio físico permanente. Esa es la única solución y la gran mayoría no lo hace”.
Para el especialista de Clínica Dávila, “al superar los 30 kilos de sobrepeso es prácticamente imposible volver a tener un peso saludable. Solo un 1% de los pacientes con obesidad mórbida se recupera con dieta y ejercicio”.
Dentro de la cirugía bariátrica existen dos opciones: el bypass y la manga gástrica. La primera se encarga de restringir el volumen de la alimentación y de mal absorber los nutrientes. La segunda consiste en reducir la capacidad (volumen) del estómago, cortándolo con una grapadora especial.
Ventajas de una operación bariátrica:
- Reducción de peso.
- Mejora de calidad de vida.
- Disminución o desaparición de enfermedades asociadas a la obesidad.
- Eliminación de diabetes tipo dos.
- Rápida recuperación postoperatoria.
- Pocas posibilidades de volver a ser obeso.
En Clínica Dávila, la más frecuente es la manga gástrica (70% de los pacientes), mientras que un 30% se realiza el bypass. Ambas tienen muy buen pronóstico y un máximo de un 25% de tratamientos fallidos. Esto ocurre cuando un paciente recupera más de un 20% del peso perdido después de un año de la operación.
¿Cómo evitar recuperar el peso perdido?
Si bien todos los pacientes que se someten a una operación bariátrica pierden peso, el desafío es poder mantenerlo.
Para lograrlo, las principales recomendaciones son mantener una vida sana, alimentarse con porciones moderadas y realizar actividad física constante.