Estudio detectó “riesgos suicidas” en 20% de estudiantes universitarios de Chile

Durante la pandemia, un equipo de académicos y estudiantes de las universidades de los Andes y de Talca, e investigadores del Núcleo Milenio Imhay, se abocaron a la tarea de analizar cifras de problemas de salud mental en estudiantes universitarios, estableciendo que un 20,4% de los encuestados presenta tendencias de “riesgos suicidas”.

El estudio, publicado recientemente en Frontiers in Psychiatry, analizó las respuestas de 5.037 universitarios de pregrado mayores de 18 años, en Santiago, quienes fueron encuestados a mediados de 2020. Las preguntas buscaban conocer síntomas actuales y pasados de salud mental, historial familiar de problemas de salud mental, uso de sustancias, orientación sexual, victimización en la universidad sentido de pertenencia universitario y temor al contagio por el nuevo coronavirus, entre otros.

“Son cosas que no habíamos estudiado con tanta profundidad en Chile. Se habían reportado en el extranjero, y eso le da un valor de originalidad, de poder entender un poco mejor algunos de los factores relacionados”, explica el psiquiatra Jorge Gaete, Doctor en Epidemiología Psiquiátrica de la Universidad de Bristol (Inglaterra), profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, e Investigador Principal de Imhay.

En cuanto al riesgo suicida reportado (20,4 %), el investigador advierte que los resultados dependen de la forma en cómo se mida el factor.

El estudio consideró cuatro grados de riesgo:

Sensación de desesperanza o deseo de estar muerto pero sin tener la intención de concretarlo
Ideación suicida (pensamientos acerca de desear la propia muerte o de quitarse la vida)
Planificación suicida
Intento suicida.

“Uno puede pasar de una etapa a otra, o quedarse pegado mucho tiempo en una. Es un proceso complejo, difícil de predecir”, señaló el Dr. Gaete.

“Hay que tener una visión de la gradualidad, sin necesariamente considerar que todos están en un riesgo inminente”, agregó, aclarando que a quienes tenían algún nivel de ideación suicida automáticamente se les contactó para orientarlos a recibir atención psicológica.

Alta prevalencia de problemas

Lo primero que atrajo la atención del equipo investigador fue la alta prevalencia de problemas reportados, como estrés, ansiedad, depresión, insomnio y riesgo suicida.

“Hubo niveles más altos de los que uno puede ver en la literatura internacional, y que es una problemática que en general tenemos en Chile con los temas de salud mental”, dice el Dr. Gaete. Y agrega que “muchos de nuestros indicadores son peores que lo que uno encuentra en otros estudios internacionales”.

Ayudar a los recién llegados

Otro de los hallazgos del estudio es que -como encuestaron a estudiantes de primero a quinto año de distintas carreras- se pudo comprobar que los principales problemas se dan en el segundo año y luego entre los recién ingresados.

“Nuestros estudiantes están llegando con una carga de problemas de salud mental bien importante y, en ese sentido, se requiere establecer cuáles son las mejores acciones de ayuda con esta población de primer año, y evaluar esas acciones. Hay pocas experiencias evaluadas con ensayos controlados, que nos digan lo que está funcionando, en particular en estudiantes universitarios. Y eso genera más preguntas acerca de lo que debemos hacer para ayudarles, porque tenemos que hacerlo cuando llegan”, plantean.

Factores protectores

Al cruzar los datos obtenidos, los investigadores determinaron que junto con los factores de riesgo, también hay elementos protectores para la salud mental juvenil. El principal de ellos resultó ser el sentido de pertenencia con la universidad.

“Es un factor que raramente se estudia, y que es muy importante para los jóvenes, porque cuando uno va desarrollando su vinculación desde el punto de vista social, uno parte en la infancia desde el apego inicial hacia sus cuidadores; luego en la adolescencia viene el incorporarse al mundo social; y luego la adaptación al mundo del adulto. Todos esos son elementos importantes para proteger la salud mental de cada uno”, afirma el Dr. Gaete.

“En la medida en que yo me siento parte de una comunidad, de que tengo sentido de apoyo, y de que las personas que están a mi alrededor son parecidas a mí y siento que mi voz es escuchada, probablemente tenga mayores oportunidades de encontrar ayuda cuando la necesite y eventualmente reducir sintomatología de salud mental”, agrega.

Luego de terminado este estudio, se realizó una intervención para enseñar mindfulness a un conjunto de estudiantes, y contrastar variables con un grupo de control. La intervención tuvo buenos resultados, según comenta el Dr. Gaete, y el equipo ya está preparando una nueva publicación científica para darlos a conocer.

Fuente: imhay.org

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