Un estudio realizado por la neuróloga Dra. Claudia Lazcano, publicado en la revista International Review Of Neurobiology, detecta un aumento en los síntomas de depresión, ansiedad y delirium en pacientes con la enfermedad de Parkinson afectados por el Covid-19.
La especialista del Servicio de Neurología de la clínica Indisa e integrante de la Agrupación de Médicos de la misma clínica (AMCI), es experta en Trastornos del Movimiento y también se desempeña en el Centro de Excelencia-Parkinson’s Foundation, King’s College Hospital de Reino Unido, siendo parte de esta investigación que busca identificar los síntomas no motores afectados por la infección por Covid-19 en pacientes con esta patología.
«El propósito de este estudio fue realizar una revisión de la evidencia disponible acerca del impacto de Covid-19 en los síntomas no motores de la enfermedad de Parkinson, ya sea en la fase aguda o crónica de la infección, con especial énfasis en la esfera neuropsiquiátrica, donde síntomas como depresión y ansiedad empeoraron significativamente en los pacientes infectados por el virus», explica.
La neuróloga también destaca la manifestación del síndrome confusional o delirium, una de las complicaciones más frecuentes en personas con enfermedad de Parkinson y Covid-19, comparado con pacientes no infectados por el virus.
En el espectro cognitivo se observó un declive, afectando principalmente la capacidad de atención, y que esta disfunción podría permanecer en el tiempo, aspecto que recomienda abordar en futuros estudios y seguimiento de los pacientes.
«Otros síntomas como fatiga, dolor, hipotensión ortostática y síntomas gastrointestinales, también se han visto exacerbados por la infección. La disminución del olfato o hiposmia, un síntoma descrito ampliamente en la enfermedad de Parkinson y Covid-19, sin embargo no se ha demostrado que la aparición de este síntoma durante la infección sea un factor de riesgo para desarrollar parkinsonismo en el futuro», añade la especialista.
En cuanto a los desafíos que abren los resultados del estudio en el cuerpo médico, la especialista sostiene que «muchas veces, cuando examinamos pacientes con enfermedad de Parkinson, instintivamente tendemos a preocuparnos por sus síntomas motores (caídas, temblor, fluctuaciones motoras, etc.). No obstante, con el mismo cuidado debemos indagar sobre sus síntomas no motores, dado al gran impacto negativo que producen sobre la calidad de vida, tanto de los pacientes y como de sus cuidadores”.
“Asimismo, es importante considerar un manejo multidisciplinario de las manifestaciones motoras como no motoras, con apoyo de distintos equipos como fonoaudiología, kinesiología y terapia ocupacional, logrando con este enfoque global un manejo integral que permita a los pacientes tener su funcionalidad e independencia preservada el mayor tiempo posible», concluye la Dra. Claudia Lazcano.
La enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson tiene una prevalencia en el mundo que bordea el 1 al 4% de la población mayor de 65 años, aumentado progresivamente a mayor edad (hasta 4% en mayores de 80 años), siendo más frecuente en el sexo masculino.
En Chile, su incidencia es similar a la población mundial, sin embargo durante los últimos 20 años ha aumentado significativamente, pudiendo ser una explicación a este fenómeno que se encuentra dentro de los países más longevos de Latinoamérica y que su número de habitantes también se ha incrementado.