La diabetes mellitus es una enfermedad crónica, que se caracteriza por una elevación anormal del azúcar en la sangre (glicemia). Esto se debe a que el páncreas produce menos insulina, que es la hormona que regula los niveles de azúcar, o a que el cuerpo no es capaz de utilizarla de manera correcta, aunque haya la cantidad necesaria circulando.
En Chile, el 12% de la población tiene diabetes según cifras del Ministerio de Salud. Ello hace que sea considerada como un grave problema de salud pública.
Más grave aún es la realidad de dos de los factores de riesgo de esta enfermedad, como son la alta prevalencia de sedentarismo junto a sobrepeso y obesidad, tanto en adultos como en niños. A ello hay que agregar que, producto de la pandemia, el sedentarismo y la obesidad aumentaron de forma considerable.
El Dr. Aníbal Donoso, diabetólogo y nutriólogo del Programa de Obesidad y Diabetes de la Clínica Universidad de los Andes, explica que existen distintos tipos de esta enfermedad:
Diabetes mellitus 1: el páncreas deja de producir insulina, esto se debe a un fenómeno autoinmune, por lo que no es posible evitar su aparición. Es la más frecuente en niños y adolescentes. Quienes tienen este tipo de diabetes, debe inyectarse insulina todos los días para vivir.
Diabetes mellitus 2: está asociada al sobrepeso, obesidad, mala nutrición y sedentarismo. Asimismo, tiene que ver con antecedentes familiares de diabetes 2. Es la más habitual en adultos y es la que más ha aumentado en los últimos años.
Los factores que elevan el riesgo de desarrollar diabetes mellitus 2 son: obesidad y sobrepeso, tener sobre 40 años, tener antecedentes familiares de diabetes, sedentarismo, hipertensión arterial, mujeres que hayan tenido diabetes gestacional y un peso al nacer mayor de 4 kilos, o que la madre haya tenido diabetes gestacional.
Diabetes gestacional: es considerada como una diabetes transitoria, inducida por el embrazo. Es cada vez más habitual, tanto por una mayor edad de la mujer al embarazarse, como por alta tasa de obesidad y sobrepeso en la mujer.
Además de ser una patología crónica, excepto el caso de la diabetes gestacional, esta es una enfermedad que puede producir graves complicaciones si no es tratada a tiempo y de manera adecuada.
“El alza permanente del azúcar en la sangre puede dañar el corazón, los riñones, la retina y el sistema nervioso. Para eso es importante prevenir la diabetes con una alimentación saludable, bajo consumo de azúcar y derivados, sal y grasas de origen animal. También tener una abundante ingesta de verduras y tres porciones de fruta al día como mínimo”, afirma el Dr. Donoso.
Con respecto al tratamiento, el especialista indica que se basa en tres pilares:
• Alimentación saludable y disminuir el consumo de hidratos de carbono, de sal y de grasas saturadas; además del aumento del consumo de verduras, pescados y alimentos ricos en fibra.
• Realizar un mínimo de 30 minutos de actividad física deportiva diaria.
• Llevar a cabo una terapia farmacológica indicada por el médico especialista. Asimismo, es fundamental no abandonar los controles médicos.
“Es importante que todas las personas que presenten algún factor de riesgo de desarrollar diabetes se realicen un chequeo preventivo de salud para un diagnóstico precoz”, concluye el Dr. Donoso.
Fuente: Clínica Universidad de Los Andes.