La inactividad física supone más de 47 mil millones de dólares a los sistemas públicos de salud

El desarrollo tecnológico e industrial del último siglo ha cambiado por completo la forma en la que nos relacionamos con el mundo. De tener que movernos para sobrevivir hemos pasado a llevar una vida en abundancia sin la necesidad de movernos, y ello está teniendo consecuencias dramáticas para nuestra salud.

La inactividad física aumenta el riesgo de sufrir hasta 35 enfermedades crónicas, entre ellas el cáncer, el síndrome metabólico, las enfermedades cardiovasculares, la depresión o la degeneración del sistema nervioso.

Poco a poco se está creando un caldo de cultivo que tiene visos de convertirse en un problema de muy difícil solución, ya que esta realidad está haciendo que los índices de obesidad no paren de crecer y la forma física de la población se reduzca año a año.

Vivimos más años, pero la tendencia será que lo haremos con una elevada carga de enfermedad.

Un problema de salud y también económico

Si bien la economía no debería ser la principal razón a la hora de tomar decisiones en términos de salud, las consecuencias económicas derivadas de la inactividad física pueden acelerar los cambios políticos que se precisan para abordar esta cuestión.

Un estudio publicado recientemente en una de las revistas médicas más prestigiosas del mundo cuantificó el costo derivado de la inactividad física para los sistemas de salud a nivel mundial.

Si la tendencia de inactividad física se mantiene, el costo global de la inacción sobre este problema alcanzaría aproximadamente los 47.600 millones de dólares al año durante la próxima década.

Hay enfermedades menos prevalentes, pero que tendrían un enorme costo para las arcas públicas. Por ejemplo, la demencia representaría solo el 3% de los nuevos casos prevenibles, pero se llevaría el 22% de los costos (~10.107 millones de dólares al año); la diabetes tipo 2 representaría el 2% de los nuevos casos y alcanzaría el 9% del gasto (~4.255 millones de dólares al año); y al cáncer se le atribuiría el 1% de los nuevos casos prevenibles, pero se destinaría el 15% de todos los costes económicos (~6.476 millones de dólares al año).

¿Qué hacer?

Estos datos demuestran que si no se toman medidas de forma casi inmediata, el agujero para las arcas públicas sería mayúsculo.

Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de diciembre de 2021, el camino a seguir parece claro.

Los responsables del informe afirman: “Sabemos lo que hay que hacer. La OMS ha identificado importantes retornos económicos y de salud a través de la inversión en intervenciones y políticas clave para la prevención de enfermedades no transmisibles. El informe de la OMS de 2018 Salvar vidas, gastar menos, mostró que los países podrían salvar millones de vidas perdidas por estas enfermedades a través de intervenciones rentables. Por cada dólar invertido en intervenciones de mejora del estilo de vida, se podría generar un retorno de hasta 7 dólares a través de la reducción de los costos de salud y la mejora de la productividad”.

Fuente: Fissac Magazine.

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