Verano y altas temperaturas son sinónimo de temporada de piscinas, que representan un espacio de recreación en contacto con el agua que, para que no represente riesgos de sufrir infecciones o lesiones físicas, deben contar con una adecuada limpieza y mantenimiento.
Infecciones urinarias, gastrointestinales u oculares, otitis o incluso esguinces o fracturas a causa de caídas son algunos de los riesgos que debemos controlar para que una jornada recreativa en el agua no termine con alguna afección a nuestra salud.
La Dra. Gema Pérez, broncopulmonar infantil de la Clínica Dávila Vespucio, explica que “en vacaciones ocurren infecciones urinarias, gastrointestinales y otitis, que tienen relación con el uso incorrecto de piscinas, y es importante saber que deben estar cloradas, limpias y en buen estado para evitar cualquier complicación con los niños”.
Como consejos para evitar estas complicaciones, la especialista recomienda que -por ejemplo- quienes padecen de otitis a repetición o sinusitis recurrentes “usen tapones para sumergirse en el agua, para prevenir el desarrollo de infecciones. Por otro lado deben usar sus inhaladores de corticoides nasales y antialérgicos si así lo tienen indicado”.
Respecto de las infecciones urinarias, la Dra. Pérez plantea que “no se deben quedar con el traje de baño húmedo, sobre todo las niñitas que tienen una vía urinaria mucho más expuesta, y deben enjuagarse los genitales para luego ponerse ropa directa de algodón, ojalá que no sude y que esté limpia y en buen estado”.
“También es importante tener un consumo de líquidos adecuado para favorecer la diuresis e ir limpiando la vía urinaria y el intestino, así como tener una dieta rica en fibra para evitar la constipación, que es otra causa frecuente de infecciones urinarias”, agrega.
Infecciones oculares
Respecto de las infecciones oculares que pueden ocurrir en piscinas, la Dra. Cecilia Von Bischhoffshausen, oftalmóloga de la Clínica Ciudad del Mar, da a conocer cuáles son los síntomas que debemos tener en cuenta para reaccionar adecuadamente si hay algún problema con los ojos.
“¿Cómo sé que tengo una infección? Lo típico es el ojo rojo, la secreción, ardor, sensación de cuerpo extraño, pero hay otras infecciones que son un poco más peligrosas en que el dolor es fundamental, y en otras aún más peligrosas, la disminución de la visión”, señala.
“Si ya nos estamos dando cuenta que tenemos una infección, cuando ya el cuadro es sintomático, hemos hecho aseo con infusión y, en vez de ir mejorando voy empeorando, habitualmente se necesita recurrir a antibióticos”, agrega.
Cuidado con resbalones y caídas
“Una fractura es una pérdida de continuidad del hueso a diferencia de un esguince, que es una lesión, estiramiento o desgarros de los ligamentos (bandas de tejido fibroso) que conectan los dos huesos en las articulaciones”, explica la Dra. Mireya Mellard, traumatóloga de Clínica Ciudad del Mar.
La experta señala que las piscinas presentan un factor de riesgo por múltiples causas:
• Andar descalzo predispone a mayor riesgo de caídas.
• El uso de chalas para correr da menor estabilidad, aumentando el riesgo de lesiones.
• Realizar piruetas o tirarse piqueros aumenta el riesgo de traumatismo encéfalo craneano y trauma medular, lesiones con alta morbimortalidad.
“Además, los niños no son conscientes de los riesgos que suponen ciertas conductas, de ahí la importancia de la vigilancia permanente de un adulto”, remarca, enfatizando como medidas de protección el uso adecuado de calzado, evitar correr y realizar piruetas que puedan generar peligro.