A fines de marzo se desarrolló en Chile el Impact Cell and Gene Therapy Meeting organizado por el grupo Impact, junto al International Society for Cell & Gene Therapy (ISCT) y la Clínica Universidad de Los Andes, que reunió a los principales investigadores, médicos y especialistas en terapia celular e inmunoterapia.
El Dr. Martin Bonamino, investigador del Instituto Nacional del Cáncer de Brasil y representante del Comité de Asuntos Legales y Regulatorios de América del Sur y Central de la Sociedad Internacional de Terapia Celular y Génica (ISCGT), expuso sobre la experiencia de su país en el desarrollo y regulación de estas terapias.
En entrevista con Cienciaysalud.cl, el experto profundizó sobre los avances que presenta Brasil en el tratamiento con linfocitos T con receptor quimérico para el antígeno (CAR-T, por sus siglas en inglés), que es una de las terapias más prometedoras para ciertos tipos de cáncer de sangre.
“En Brasil tenemos tres productos CAR-T aprobados por la agencia reguladora local y dos de ellos están siendo comercializados por compañías farmacéuticas. También hay desarrollos académicos de CAR en diferentes instituciones, algunos de los cuales ya están en fase de ensayo clínico”, comentó.
• ¿Cuánto se ha avanzado desde el caso del primer paciente que registró una remisión completa del linfoma a mediados de 2023?
“En Brasil tenemos algunas iniciativas importantes de desarrollo de terapias CAR-T en instituciones públicas. Este proceso representa un desarrollo para el campo, ya que está en marcha el establecimiento de un ecosistema para la producción de células CAR-T y posiblemente otras terapias celulares relevantes”.
• ¿Por qué Brasil es el único país de América Latina que ha desarrollado estas terapias celulares?
“Probablemente sea una combinación de un marco regulatorio maduro, capacidad instalada, inversión gubernamental y una comunidad científica con perfil innovador”.
• ¿Qué representa esta técnica para la oncología actual y del futuro?
“Las células CAR-T han roto un paradigma al demostrar de forma inequívoca que la terapia celular puede utilizarse para inducir la remisión tumoral. A partir de este acontecimiento, la revolución de la terapia celular y génica en el tratamiento del cáncer se ha consolidado sin duda como un campo que se perfecciona progresivamente”.
La revolución del CAR-T
El Dr. Bonamino lideró una investigación que en 2021 concluyó que “la terapia con células CAR-T ha supuesto un cambio de paradigma en las enfermedades oncológicas y tiene el potencial de provocar un efecto similar en las enfermedades crónicas, con una reducción significativa de la morbilidad y la mortalidad y una mejora de la calidad de vida de los pacientes y sus familias”.
Se trata de una técnica en que al paciente se le extraen las células T y se modifican genéticamente para que produzcan receptores quiméricos para el antígeno, que se reintroducen en el torrente sanguíneo, donde se dirigen a las células cancerosas y las destruyen.
Actualmente está aprobada para tres patologías: linfoma no Hodgkin de células B, leucemia linfoblástica aguda B y mieloma múltiple, aunque su desarrollo proyecta avances para el tratamiento de otras patologías, incluso no oncológicas.
“De momento hay indicios de que se pueden obtener buenos resultados en tumores sólidos (además de los excelentes resultados en tumores hematológicos). Hay evidencias muy sólidas del potencial uso de CAR-T para el tratamiento del lupus. Y también existe un horizonte potencial para su uso en enfermedades infecciosas y degenerativas, así como en otras enfermedades autoinmunes”, planteó el especialista.
“La terapia celular CAR-T corona décadas de desarrollo en inmunología y biotecnología. Es un acontecimiento relevante, pero sólo representa el inicio de una revolución en curso. El futuro será sin duda muy apasionante, con un gran potencial para tratar y curar las enfermedades que hoy nos afligen”, manifestó.