Nuevos tratamientos y cambios simples en el estilo de vida ayudan a quienes sufren de Parkinson

En medio de los efectos que la enfermedad de Parkinson genera en las personas, hay un rayo de esperanza: nuevos tratamientos y cambios simples en los hábitos y conductas están marcando una diferencia significativa, permitiendo a los pacientes llevar una vida más plena y vibrante.

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurológico progresivo que afecta profundamente el movimiento y otras funciones. Casi un millón de personas en Estados Unidos viven con ella y se espera que esta cifra aumente a 1,2 millones en 2030.

“La enfermedad de Parkinson, en los términos más simples, es una condición neurodegenerativa que afecta las neuronas que producen dopamina en el cerebro. Entonces, no tienes suficiente dopamina en tu cuerpo, y eso se manifiesta con algunas de las características de la enfermedad de Parkinson”, explica el Dr. Prashant Natteru, profesor asistente de neurología y neurólogo del Sistema de Salud de Mayo Clinic en La Crosse.

La dopamina es esencial para regular el movimiento y las respuestas emocionales.

“Imagínese llevar a sus nietos a tomar un helado y ver la sonrisa en sus rostros: eso es la dopamina en acción. Se necesita dopamina para emocionarse mejor, trabajar mejor y hacer mejor ejercicio. En los pacientes de Parkinson, esta ‘hormona de la felicidad’ es principalmente baja en cantidad”, agrega el Dr. Natteru.

Si bien actualmente no existe cura para la enfermedad de Parkinson, los tratamientos pueden mejorar significativamente los síntomas y brindarle una mejor calidad de vida.

Según el Dr. Natteru, los medicamentos suelen ayudar a controlar los síntomas al aumentar o sustituir la dopamina. En algunos casos, se pueden recomendar procedimientos quirúrgicos como la estimulación cerebral profunda para regular ciertas regiones del cerebro y mejorar los síntomas en pacientes que no obtienen el beneficio de los medicamentos o que tienen efectos secundarios.

Además, el ejercicio juega un papel vital en el manejo de esta patología.

“Mantenerse activo puede ralentizar el proceso de neurodegeneración. Un estudio piloto de la Facultad de Medicina de Yale demostró que el ejercicio estructurado de alta intensidad no sólo desaceleró la neurodegeneración sino que posiblemente también causó neuroregeneración, lo que significa que las reservas de dopamina que se estaban perdiendo se estaban regenerando”, subraya el Dr. Natteru.

Síntomas de la enfermedad de Parkinson

Los síntomas de la enfermedad de Parkinson pueden variar de persona a persona y, a menudo, comienzan gradualmente.

El Dr. Natteru compartió algunos signos clave a los que hay que prestar atención, entre ellos:

• Temblor: rítmico, que a menudo comienza en una extremidad, como la mano o los dedos. Esto se conoce como “temblor al rodar la pastilla”.

• Bradicinesia (movimiento lento): las tareas simples pueden volverse difíciles y consumir mucho tiempo. Es posible que experimente pasos más cortos o arrastre los pies al caminar.

• Rigidez muscular: los músculos rígidos pueden limitar su rango de movimiento y causar dolor.

• Postura y equilibrio deteriorados: esto puede provocar una postura encorvada y un mayor riesgo de caídas.

• Pérdida de movimientos automáticos: disminución de la capacidad para realizar movimientos inconscientes, como parpadear o sonreír.

• Cambios en el habla: puede hablar en voz baja, rápida o dudar antes de hablar. Su discurso también puede volverse monótono.

• Cambios en la escritura: puede volverse más pequeña y más difícil de leer.

“También hay síntomas no motores que pueden preceder a los síntomas motores entre 20 y 30 años, como estreñimiento, problemas para dormir, pérdida del olfato o incluso depresión. Es importante comprender que no es sólo un síntoma en sí mismo, sino una combinación de síntomas lo que conduce a un diagnóstico”, señala el Dr. Natteru.

“La enfermedad de Parkinson es más bien un diagnóstico clínico”, afirma el Dr. Natteru. “Si tiene un familiar o amigo que sufre temblores, camina lentamente o tiene una expresión en blanco, es importante consultar a un neurólogo o a un especialista en trastornos del movimiento para obtener un diagnóstico adecuado”, remarca.

Factores de riesgo y prevención

Los hombres tienen 1,5 veces más probabilidades de padecer la enfermedad de Parkinson que las mujeres. Otros factores que podrían aumentar el riesgo de desarrollarla incluyen:

• Edad: el riesgo aumenta con la edad y suele afectar a personas de alrededor de 60 años o más.

• Herencia: tener un pariente cercano con Parkinson aumenta ligeramente el riesgo.

• Exposición a toxinas: la exposición continua a herbicidas y pesticidas puede aumentar ligeramente el riesgo.

Fuente: Mayo Clinic.

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