El Dr. Jorge Ramírez, académico de la Escuela de Salud Pública e investigador del Centro Especializado para la Prevención del Consumo de Sustancias y el Tratamiento de las Adicciones (CESA) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, valoró la implementación de la nueva Ley de Etiquetado de Alcoholes a partir del 7 de julio.
El especialista destaca la normativa, que se suma a otras medidas recomendadas como el aumento en el valor de las bebidas alcohólicas, la regulación del consumo de alcohol al conducir, la implementación de intervenciones psicosociales y la regulación de botillerías y sus horarios de funcionamiento.
Su implementación tiene una larga data que se inicia cuando la Ley N° 21.363, promulgada el 6 de agosto de 2021, introduce significativas modificaciones en la regulación de bebidas alcohólicas en Chile. Esta nueva legislación establece normativas en cuanto a la comercialización, etiquetado y publicidad de estos productos, enmendando la Ley N.º 19.925 y otras disposiciones relacionadas.
Según explica el doctor Jorge Ramírez, el principal objetivo de esta nueva ley es regular la publicidad respecto del alcohol, “que incluye los elementos de marketing y etiquetado y va dirigido a la población general, pero en específico a la población más joven que es la más vulnerable”.
Su propósito final es enfrentar las consecuencias sociales y sanitarias del consumo de alcohol “como factor de riesgo para múltiples enfermedades y problemas de salud, además de los problemas sociales”.
Según la evidencia científica reciente, implementar medidas poblacionales efectivas y de costo razonable es crucial para abordar el consumo de alcohol.
El asesor del Ministerio de Salud en políticas nacionales sobre el impacto del alcohol, señala que una de las recomendaciones principales de la Organización Mundial de la Salud es regular y, en algunos casos prohibir, la publicidad relacionada con el consumo de bebidas alcohólicas.
“Estas acciones tendrían un impacto significativo en las consecuencias sociales y sanitarias del consumo de alcohol, incluyendo accidentes de tránsito, violencia, intoxicaciones agudas, así como enfermedades crónicas como la cirrosis hepática, problemas cardiacos y el aumento del riesgo de cáncer”, señala.
Nueva ley
La nueva normativa señala que será obligación que todas las bebidas alcohólicas iguales o mayores a 0.5 grados que se encuentran comercializadas en Chile, cuenten con las siguientes etiquetas:
• “No beber al conducir” (con un dibujo tachado de un automóvil).
• “Riesgo para tu bebé” (con un dibujo tachado de una mujer embarazada bebiendo).
• “No beber menores de 18 años” (con un dibujo tachado que indica “-18?).
Además, cada producto debe tener la frase “el consumo nocivo de alcohol daña tu salud” e incluir el valor energético de la bebida.
Todas estas advertencias tienen que estar en las acciones publicitarias asociadas, no sólo en la botella propiamente tal. Esta nueva normativa es especifica también que la publicidad de bebidas alcohólicas solo podrá realizarse entre las 10 de la noche y la y las 6 de la mañana.
“También se extiende la prohibición a los artículos deportivos como camisetas y uniformes, así como objetos promocionales relacionados con actividades deportivas. Además, queda establecido que cualquier actividad dirigida exclusivamente a menores de edad no puede asociarse con marcas ni incluir publicidad de ningún tipo” detalla Ramírez.
Efectos beneficiosos
Esta política pública se suma a la “Ley de Etiquetado” que rige en Chile desde 2016, advirtiendo sobre los productos alimenticios “Altos en”.
Para Jorge Ramírez, la evidencia sugiere que, dentro de un marco de medidas complementarias, los etiquetados de alcohol podrían tener efectos beneficiosos para la población, similar a lo observado con el consumo de tabaco y más recientemente con la ley de etiquetado de alimentos.
“Sin embargo, estas medidas por sí solas no son suficientemente efectivas y deben ser parte de estrategias integrales que incluyan otras acciones”, sostuvo.
“La evidencia indica que este enfoque podría tener efectos positivos a largo plazo al influir principalmente en las generaciones más jóvenes, lo que podría generar cambios significativos a lo largo de sus vidas”, remarcó.
Fuente: Universidad de Chile.