anticuerpo de alpaca

Dr. Alejandro Rojas: “Humanizamos los anticuerpos de alpaca para tratar el Covid-19”

Desde distintas partes del mundo se están realizando esfuerzos para combatir el Covid-19 y Chile no es la excepción. En la Región de Los Ríos, específicamente en el Laboratorio de Biotecnología Médica de la Universidad Austral, se encuentran investigando sobre anticuerpos para tratar la infección por SARS-CoV-2 con células de alpacas.

Es una terapia innovadora en Chile, pero hace 20 años un investigador de origen egipcio, junto a sus estudiantes, descubrieron que los anticuerpos de los camellos (del grupo de los camélidos) eran distintos a los de otros mamíferos. Según relata el Dr. Alejandro Rojas, investigador principal del proyecto, “se puede extraer la información genética necesaria de los genes de los camellos y puede ser producido de forma limitada en el laboratorio en sistemas sistémicos, dentro de tubos de ensayos, con bacterias, levaduras, etc.”.

Conociendo esta tecnología, Rojas pensó en implementar el mismo sistema, pero con camélidos de la región latinoamericana. Para ello, escogió a la alpaca, mamífero doméstico que habita, principalmente, en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo. “Estos mamíferos tienen la misma naturaleza que los camellos”, sostiene Rojas.

Los anticuerpos de Buddha (la alpaca escogida en el proyecto y que puedes seguir en Instagram), son humanizados para luego desarrollar una terapia que sirva para contrarrestar el virus de Covid-19.

¿Desde cuándo en el Laboratorio de Biotecnología Médica están trabajando en anticuerpos con alpaca?

Implementamos esta tecnología para resolver problemas de salud en el país. Partimos trabajando en el virus hanta en 2017. Ese año el gobierno local de la región tomó el riesgo y nos financió la creación de la primera plataforma para la “lucha de virus emergentes”. Cuando apareció la pandemia, tomamos nuestra plataforma y empezamos a comenzar a identificar anticuerpos para el SARS-CoV-2.

¿En qué cosiste esta terapia?

Primero, pedimos prestado un anticuerpo (o secuencia de un gen) a una alpaca que había sido vacunada con coronavirus inactivado. Ese anticuerpo logra unirse al virus, lo neutraliza y bloquea su capacidad de acción. Una vez que el anticuerpo se une al virus, este no puede infectarse, se inactiva.

Para que funcione como terapia, “disfrazamos” el anticuerpo de alpaca en un anticuerpo de humano. Esto permite que se comunique con el sistema inmune del ser humano para gatillar una respuesta inmune. Se identifica la célula infectada el virus circulante haciendo que el sistema inmune elimine el virus. Esto puede ser utilizado cuando una persona, por ejemplo, llega a un hospital y tiene dificultad respiratoria o también para personas con comorbilidad que pudiesen complicar la infección. Se les podría poner una inyección directa de este anticuerpo para que pueda defenderse en ese mismo instante. Es una suerte de terapia, de antídoto; esa es la teoría que trabajamos.

¿Qué resultados han concluido hasta el momento?

Hemos logrado demostrar que nuestra terapia es capaz de neutralizar, de forma muy eficiente, la variante sudafricana y la variante británica. Con la brasileña aún no hemos realizado pruebas.

¿En qué fase se encuentra el proyecto?

Logramos hacer una alianza con gente de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia de Estados Unidos. Con estos investigadores estamos haciendo los ensayos preclínicos para probar que somos capaces de revertir o proteger a un animal de agravarse por coronavirus.

El paso siguiente es fabricar las dosis. Para eso, hemos estado trabajando con el quipo clínico del Instituto de Salud Pública (ISP), centrándonos en los protocolos que debemos seguir para la realización de estudios clínicos.

Necesitamos alrededor de 3 millones de dólares para costear las dosis, probar que no sean tóxicas, pagar seguros a los pacientes que participen en el estudio y medir qué tan tóxico puede ser para un ser humano. Es importante tener las mejores condiciones para tener todos los medios posibles para, efectivamente, no llegar a hacerle daño a una persona con esta nueva terapia.

¿Cómo están barajando el financiamiento que necesitan para seguir adelante con el proyecto?

Contamos con el apoyo de Pro-Chile, organización del Ministerio de Desarrollo Exterior, además del apoyo de la mí institución, la Universidad Austral. No hemos recibido respuesta del Ministerio de Ciencias y estamos buscando financiamiento privado o público, cualquier opción con la finalidad de avanzar con una terapia que sea de acceso público, al que la gente pueda optar de forma directa.

 

 

 

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