Cáncer testicular: conocerse y examinarse es clave para su detección

El cáncer testicular es el más común entre hombres de entre 15 y 40 años. Sin embargo, el desconocimiento que muchas veces tienen los hombres de su propio cuerpo y el hecho de que los jóvenes no van al médico en forma preventiva hacen que no tenga la visibilidad que requiere.

El Dr. Pedro Recabal, cirujano urólogo oncólogo del Instituto Oncológico de la Fundación Arturo López Pérez (FALP), explica que “el cáncer testicular se desarrolla en su gran mayoría a partir de las células que forman los espermios, que comienzan a multiplicarse sin control y generan inicialmente un tumor en el testículo”.

“Esta enfermedad tiene una evolución bien conocida, una ramificación que es predecible y generalmente ordenada, a diferencia de otros tumores. Parte en el testículo y luego, cuando genera metástasis, inicialmente estas van hacia los ganglios linfáticos que se encuentran en la zona que está detrás de los intestinos, en un espacio que se llama retroperitoneo”, agrega.

Después, eventualmente sube a los pulmones y a otras zonas, pero es muy raro que haga una evolución distinta de eso, según plantea el Dr. Recabal.

¿Por qué es tan importante detectarlo a tiempo?

Principalmente, porque es una patología de rápido avance. Desde que surge hasta que hace metástasis pueden pasar solo algunos meses.

No obstante, es altamente curable, incluso en etapas avanzadas. Y muy predecible en su comportamiento también, lo que facilita la elección y los resultados de los tratamientos.

Aproximadamente, el 95% de los pacientes se sana, ya sea por extirpación del testículo -cirugía que es curativa cuando el cáncer está localizado- o a veces con quimioterapia o radioterapia.

Su predictibilidad hace que este cáncer sea muy tratable, pero el factor que hace la diferencia es la detección precoz.

“En general, uno se da cuenta de la presencia de un tumor en el testículo. La persona se puede hacer autoexamen, situación que no ocurre con el cáncer de próstata, por ejemplo. Los tumores testiculares habitualmente se pueden palpar antes de que haya metástasis”, remarca el especialista.

Desconocimiento

Según el Observatorio Global de Cáncer (Globocan), el testicular es el cáncer más frecuente en hombres menores de 40 años en Chile, con una incidencia aproximada de 500 casos nuevos al año en ese grupo etario.

Los números son pequeños, acota el médico, pero hay mucho por hacer en términos de información sobre cómo detectar una anormalidad a tiempo, y de seguir una ruta que lleve al paciente a centros especializados, sobre todo cuando el tratamiento se vuelve más complejo.

“Las mujeres han hecho un trabajo fabuloso de crear conciencia con el tema del cáncer de mama. Con el cáncer testicular no ha habido una campaña de esta envergadura. En parte, porque es infrecuente. Es un cáncer que tiene menos visibilidad y, además, en Chile es habitual que los hombres no vayan al médico, a menos que sean obligados o los lleve la pareja. Es algo cultural, porque no es así en otros países”, señala el médico.

Autoexamen

Campañas públicas y una buena educación en casa podrían conseguir que el autoexamen de testículos se haga una costumbre desde una corta edad.

El objetivo es tener una idea acabada de cómo es la anatomía normal, y en eso juega un papel preponderante el médico, quien en una consulta puede enseñar las características de los testículos sanos.

“Cualquier cambio en la consistencia en particular o cualquier síntoma de alarma, como dolor, hinchazón o sensación de pesadez, deberían ser evaluados por un especialista”, señala el Dr. Recabal.

La importancia de una rápida evaluación viene dada también por el hecho de que el cáncer testicular comparte algunos síntomas con otras patologías.

“El dolor testicular es muy habitual y no necesariamente implica que haya un cáncer. Puede haber una inflamación de otro origen, golpes, infecciones dentro del testículo o en el epidídimo (tubo que transporta los espermios). Incluso hay muchos pacientes con un dolor testicular que no tiene ninguna causa orgánica. Sin embargo, un dolor testicular que no ceda debería ser siempre motivo de evaluación, lo mismo que la sensación de pesadez”, resalta el cirujano urólogo oncólogo de FALP.

La mejor instancia para realizar el autoexamen es en la ducha caliente, cuando el escroto (bolsa que aloja los testículos) se relaja por la temperatura. Con una mano se sostiene un testículo y con la otra se buscan durezas o irregularidades. No hay que confundirse con la estructura normal del epidídimo, que va por fuera del testículo y que es por donde salen los espermios. Es habitual que el epidídimo contenga quistes o algunas lesiones que son duras, pero no corresponden al testículo.

Fuente: FALP.

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