“Hay que tratar de darle mayor notoriedad a la especialidad”

Dedicada en forma importante a la práctica de la otorrinolaringología en el sistema público, la Dra. María Pía Vallejos, abordó la actualidad y desafíos futuros de una especialidad que cada vez cobra más importancia en Chile. Según la doctora, abrir mayores espacios, contar con más profesionales en regiones y aumentar la cobertura  de los últimos avances a la población son algunos de los aspectos claves para el desarrollo de la especialidad en el país.

¿Cómo califica el nivel de desarrollo que tiene la otorrinolaringología en el país?

La especialidad como tal en Chile, el desarrollo de la parte médica, de investigación y quirúrgica está bastante bien posicionada en lo que es Latinoamérica. Hay varios especialistas de Chile que los llaman para hacer charlas en el resto de Latinoamérica, hay algunos especialistas que han desarrollado ciertas áreas de la especialidad y que son de referencia.


A su juicio,  ¿existe una cantidad suficiente de especialistas?

La cantidad de especialistas es adecuada para lo que es Chile, pero el problema es que se tiende a acumular un mayor número de profesionales en la capital. En Santiago somos varios especialistas, pero no es una especialidad muy masiva, no son muchos los que se forman y la mayoría tiende a quedarse acá en Santiago. En el resto de las regiones, sé que la especialidad se desarrolla bastante bien, pero en sectores más aislados o rurales, tiende a haber un poquito más de falta. El especialista tiende a estar en los hospitales regionales y el resto de la gente que está más aislada tiene más demora en la atención.

Cuáles son las principales patologías que le toca enfrentar, especialmente en el sistema público

Por un lado es la parte de la audición, principalmente la sordera del adulto mayor que como está dentro del plan  Auge, es lo que tiene prioridad en este sentido. Lo otro que es bastante frecuente, sobre todo por los contaminantes en Santiago y las alergias, es la rinitis alérgica o las enfermedades de la nariz crónicas derivadas de alergias o de otras patologías de tipo ambiental.

¿Qué tipo de manejo realiza con estos pacientes?

Por la parte de la rinitis alérgica, hay que investigar primero y determinar cuál es el origen de esta inflamación crónica de la nariz. Se hacen exámenes para determinar si hay alguna alergia por ejemplo a los inhalantes ambientales que a veces salen sobre todo en la primavera, que es lo más frecuente, como polen o pasto y otras cosas que pueden provocar alergia también durante el resto del año y que habitualmente están presentes en el hogar, como los ácaros y hongos del polvo.  Hay gente que puede tener estos síntomas todo el año como los puede tener sólo en algunos periodos determinados. Tras investigar eso y ver si el origen es alérgico, se maneja fundamentalmente con antialérgicos y medicamentos inhalatorios directamente en la nariz para disminuir los síntomas nasales.

¿Qué avances avizora a futuro para el manejo de las patologías más frecuentes en la especialidad?

Por ejemplo para la sordera, en general o más accesible para la gente son los audífonos es un problema que no se puede operar. Lo que va más a futuro y que ya se está realizando en Chile y en el resto del mundo, es el implante coclear, que es un aparato eléctrico que al operar se pone directamente al nervio auditivo. Como lo que falla es el oído interno, la cóclea, entonces se hace un bypass y se estimula directamente el nervio auditivo para que la persona que tiene el receptor, pueda escuchar.

Qué tan extendida está esta solución en nuestro medio

Los aparatos cada vez son mejores, pero el problemas es que el equipo es muy caro, entonces sólo puede acceder gente que tiene capacidad para comprarlo. La mayor parte de la gente no puede, entonces se están implementando programas con el Ministerio para poder de a poco hacerlos más accesibles al resto de la gente, el costo todavía sigue siendo un límite. Por ejemplo, niños que uno los puede diagnosticar, a la larga no pueden comprar el aparto o se demora el asunto de las postulaciones, se pueden operar sólo 10 niños al año y la patología es mucho más frecuente de lo que uno piensa. Quizás a la larga desarrollar manejos, no sé si de Gobierno, que permitan tratar de hacer más accesible este aparato para el resto de la gente que lo necesita.

Cuáles son los desafíos más urgentes de la especialidad en Chile

Lo primero es superar la falta de especialistas en regiones. Además hay que tratar de darle mayor notoriedad a la especialidad dentro del ámbito médico, porque muchas veces la otorrinolaringología se asocia a “moco y tapones de cerumen” y ese es el concepto que tiene el resto de los especialistas para con nosotros, entonces ciertas enfermedades que nosotro vemos también, el resto de los especialistas no saben que podemos manejarlas.

Por ejemplo, cada día está aumentando más el tratamiento de la disfonía y el diagnóstico con los nuevos equipos que hay para observar y ver el funcionamiento de las cuerdas vocales.  Nosotros también vemos la terapia de la parte auditiva y pacientes oncológicos, sobre todo los que presentan cáncer de la vía aérea superior, en relación a lo que es el tabaco, por eso hay que ratar de que el otorrino se muestre como un especialista capaz de ver otras enfermedades mucho más allá de lo que es la sordera o la alergia.

Qué temas hay que superar en el sistema público

Es fundamental es implementar en el servicio público más espacio para resolver la patología con la que llega el paciente. Llega mucho paciente consultando y tenemos muchas listas de espera, no solamente en el hospital donde trabajo que es el San Borja, sino que también lo he visto con el resto de mis colegas en el Sótero del Río o en el Salvador, por lo mismo que no se ve como una especialidad que tenga mucha “importancia” o que hay especialidades que tienen más urgencias.

Entonces  queda de lado el cáncer laríngeo, queda de lado el niño que tiene un problema en el oído y que hay que operarlo, que si bien puede esperar, es de todas formas un problema que hay que resolver. Hay que tratar de conseguir más espacio para poder resolver las enfermedades de los pacientes, porque finalmente los pacientes terminan solucionando sus problemas en el área privada y sale de su bolsillo algo que también se puede manejar en un hospital, porque tenemos la capacidad profesional de hacerlo pero no hay espacio, no hay tiempo, ni pabellones.

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