En el último número de ‘Archives of General Psychiatry’, un grupo de investigadores ingleses, arrojó nueva evidencia sobre la importancia de proteger a los no fumadores del humo del tabaco tras relacionar de forma objetiva la exposición al humo ambiental en no fumadores con el riesgo de patología mental.
Según los resultados de esta nueva investigación, este humo ambiental eleva el riesgo de estrés psicológico y de enfermedades mentales en adultos sanos. La relación humo del tabaco y patología mental ha quedado ‘registrada’ en estudios previos tanto en ratones como en humanos. De hecho, es conocido que el humo eleva el riesgo de hiperactividad en menores y en animales, por ejemplo, se ha demostrado que genera un estado anímico negativo.
Para llevar a cabo el estudio, el grupo de investigadores utilizó un análisis de saliva que estableció los niveles de cotinina (metabolito de la nicotina). «Que nosotros sepamos éste es el primer estudio que demuestra de forma prospectiva y objetiva una relación entre el humo ambiental y la salud mental en una muestra representativa de la población general», comentan los autores en su estudio.
La investigación contó con la participación de 5.560 adultos no fumadores y con 2.595 fumadores (todos con una media de edad de 50 años) sin historial previo de patología psiquiátrica. Los autores establecieron la salud mental de los participantes a través del Cuestionario de Salud General, que permite establecer el estrés psicológico, además de ‘medir’ los síntomas de depresión y ansiedad y los problemas con el sueño, entre otros problemas.
Los ingresos por trastornos psíquicos a lo largo de los seis años de seguimiento también se incluyeron en la investigación, así como los niveles de cotinina en saliva. Los datos revelan que el 14% de la muestra tenía estrés psicológico. «Los no fumadores o ex fumadores con niveles elevados de cotinina en saliva eran más jóvenes, tenían un peor estatus social, más índice de masa corporal, presencia de enfermedades crónicas, poca actividad física y mayor consumo de alcohol que los que presentaban menores niveles».
Pero, además, el riesgo de estrés psicológico fue más elevado en los participantes más expuestos al humo ambiental en comparación con aquéllos cuyos niveles del metabolito de la nicotina no eran detectables. Se encontró también que, en los seis años de seguimiento, 41 de los sujetos del estudio fueron admitidos en un hospital psiquiátrico. «Los adictos al tabaco y los no fumadores muy ‘contaminados’ por el humo tenían más posibilidades […] a ser ingresados por culpa de una depresión, esquizofrenia, delirio u otros trastornos mentales», explica el trabajo.
Los investigadores creen que se deberían llevar a cabo más ensayos con el fin de «establecer los posibles mecanismos biológicos por los que la exposición al humo ambiental influye en la salud mental».