Gremios reaccionan frente a prohibición de efedrina y sus derivados

La decisión adoptada por el Ministerio de Salud respecto a prohibir la importación y comercialización de la efedrina, seudoefedrina y norefedrina como principios activos despertó reacciones en distintos gremios relacionados a la salud, quienes no comparten la medida decretada por la autoridad.

El presidente del Colegio Médico, Pablo Rodríguez, criticó el proyecto señalando que “el principio activo es útil, se ha utilizado por muchos años y es un aporte terapéutico», y que el problema es en realidad  «el uso malicioso que se hace de su materia prima». Según Rodríguez, el énfasis de la autoridad debiese apuntar a fortalecer «los controles que corresponden, en vez de hacer un retiro de los medicamentos que lo contienen», pues según afirmó el dirigente si bien existen elementos sustitutos para la efedrina y sus derivados, éstos no tienen la misma efectividad.

Esta última apreciación de Rodríguez fue desestimada por la directora del Instituto de Salud Pública, María Teresa Valenzuela, que mencionó «la fenilefrina, a modo de ejemplo, (como) un sustituto que realmente podría cumplir las funciones que hoy cumple la pseudoefedrina». Según Valenzuela, tanto la efedrina y la pseudoefedrina podrán seguir ocupándose para tratamientos intravenosos en algunos hospitales y clínicas privadas.

María Angélica Sánchez, vicepresidenta ejecutiva de la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos (Asilfa), entidad que agrupa a un número importante de las compañías que producen y comercializan medicamentos que contienen estos principios activos, también se mostró contraria a la medida impulsada desde el Ministerio de Salud.

Según explicó Sánchez, las empresas van «a acatar todas las disposiciones que la autoridad sanitaria estime», aunque a su juicio, la medida no surtirá los efectos esperados implicando además perjuicios para los pacientes. La ejecutiva destacó que la fenilefrina, compuesto que aparece como un reemplazo a los principios activos prohibidos por el decreto, «de acuerdo a revistas especializadas, tiene una muy baja efectividad».

La vocera de Asilfa afirmó que «la medida no solucionará el problema del desvío de este principio activo para fabricar drogas ilícitas. No es a través de la industria farmacéutica que se extrae la pseudoefedrina, pues se requerirían millones de comprimidos para extraer una cantidad suficiente para fabricar la metanfetamina. Por lo tanto la solución no es adecuada», declaró.

De acuerdo al argumento de Asilfa, una compra sospechosa de medicamentos que contengan por ejemplo pseudoefedrina, puede ser detectada gracias a las herramientas de información de mercado con las que cuenta la industria farmacéutica.  Sánchez destacó además que actualmente existen normas rigurosas hace muchos años que obligan a las empresas a informar tanto al ISP como al CONACE, quienes fiscalizan el uso de estos principios activos.

El Colegio de Químicos Farmacéuticos también mostró su insatisfacción por la medida, señalando que  actualmente no existe un compuesto tan efectivo como la efedrina y pseudoefedrina para el tratamiento de la gripe, la alergia y la congestión nasal. Mauricio Huberman, secretario del organismo, destacó que «la decisión es muy apurada y hay que estudiar más. Productos con efedrina como tal, prácticamente no hay ninguno”.

En relación a los sustitutos indicados por el Instituto de Salud Pública (ISP), la fenilpropanolamina y fenilefrina, Huberman indicó que «es un derivado de lo mismo, por lo que habría que suspenderla igual», agregando que «antes se eliminó de otros medicamentos, porque si uno usaba dosis muy altas, tenían efectos cardiotóxicos. La fenilpropanolamina, que era un descongestionante y antialérgico, también causaba una serie de males. Secaba mucho la boca, secaba la vista. Esa se dejó de usar justamente por el uso de la seudoefedrina porque antes provocaba otros efectos secundarios».

Según Huberman la medida no es correcta pues «lo que se ha hecho en los años es bajar la dosis de pseudoefebrina para que sea menos riesgoso el alza de presión”, añadiendo que en Chile «no tenemos algo que se llama farmacovigilancia, que es la que da datos duros de los problemas de medicamentos que no están funcionando. Creo que hay que reactivar eso, empezar a tener datos duros».

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