El uso de la artroscopia para tratar problemas en la cadera se ha convertido en un importante aporta para la traumatología, ya que permite resolver una amplia serie de patologías de una forma poco invasiva lo que resulta en menor tiempo de recuperación para el paciente, entre otros beneficios. En entrevista con Ciencia y Salud, el doctor Mariano Pérez Yáñez explica el desarrollo de esta técnica en Antofagasta y cómo ha contribuido en la práctica traumatológica en la zona.
Doctor, ¿cómo surge su interés por la artroscopia de cadera?
Principalmente por el interés en el tema de cartílago articular, donde comencé a desarrollarlo como especialidad acá en Antofagasta, principalmente en articulaciones de cadera y rodilla. Además a través de los cursos que uno va realizando, tanto nacional como internacionalmente, uno va viendo temas más específicos.
¿Y qué fue lo que le atrajo de la artroscopia de cadera?
La artroscopia de cadera es un tema que empezó a gustarme bastante por lo novedoso, ya que lleva muy poco tiempo desarrollándose, pese a que en el año 1980 ya se empezó a trabajar artroscópicamente la patología de pinzamiento de cadera.
¿Cómo ha sido la evolución de esta técnica en Chile?
El desarrollo en Chile lleva poco tiempo y la formación es compleja porque requiere de una curva de aprendizaje bastante larga. Este motivo hace que no mucha gente se meta en el tema, sin embargo me gustó esta idea y comencé mi formación a través de un contacto que tenía con el doctor Rodrigo Mardones, un médico traumatólogo de vasta experiencia, que trabajaba en el Hospital Militar de Santiago, en el Hospital de la Universidad Católica y en la Clínica Las Condes.
¿Cómo fue su proceso de formación?
Partí esta formación en el Hospital Militar de Santiago y en la Clínica Las Condes, donde estuve aproximadamente un año y medio viajando todos los meses a Santiago y después comenzamos a desarrollar definitivamente el procedimiento en Antofagasta, específicamente en el Hospital Militar hace unos tres años.
¿Qué pasos fueron necesarios para iniciar la técnica a nivel local?
Empezamos a desarrollar el diagnóstico clínico imagenológico y también tuvimos que empezar a enseñar a algunos centros cómo obtener algunas radiografías especiales que se toman para este tipo de patología. De acuerdo a esto, hemos empezado a tener una derivación más importante de los colegas porque saben que uno está dedicado al tema de la patología de cadera.
En la experiencia local, en qué pacientes o en qué casos se realiza principalmente este procedimiento
Se da principalmente en pacientes jóvenes que empiezan con dolores muchas veces lumbares, que llevan meses o años con esta molestia, se les hacen exámenes y tratamientos de columna, pero no mejoran. Hay que tener cuidado con esto porque mucha gente que tiene estos síntomas, en realidad presenta otro problema que aparece cuando por ejemplo les tomamos una radiografía de pelvis. Todas las patologías pueden dar dolores referidos o que pueden simular otras enfermedades.
Y en términos de pacientes atendidos, cuál es la realidad actual
Hemos logrado tener un grupo de pacientes más o menos continuos en el último tiempo ya sea derivados por otros colegas, o bien por referencias de otros pacientes que se han tratado conmigo. Es un volumen importante de pacientes.
¿Y cómo es la forma de trabajar en este tipo de artroscopia?
Primero diagnosticamos e identificamos bien la patología, luego se le comunica al paciente de qué se trata y que lamentablemente es un problema mecánico que hay que intervenir quirúrgicamente. Esto lo hacemos con el doctor Mardones y actualmente con otra doctora que se ha sumado al equipo. Operamos a los pacientes de la zona además del personal institucional militar y esto ha sido un avance porque le ha permitido al personal militar no tener que viajar a Santiago para resolver esta patología.
¿Cuáles son los inconvenientes que tienen en este momento para hacer este tipo de cirugía?
El problema de esta patología es que por el momento no todos los pacientes la pueden resolver por la vía artroscópica, por el alto costo de los insumos que se requieren, el instrumental y el equipamiento. La alternativa que estos pacientes tienen es más que nada resolver el dolor, por medio de un procedimiento de infiltración de cadera donde se pone un medicamento para aliviar el dolor por un tiempo, pero esto no resuelve la patología.
¿Cuáles son las ventajas para el paciente de este tipo de cirugía?
Al diagnosticar bien esta patología de cadera y descubrir de dónde viene el dolor, podemos resolver el problema del paciente por vía artroscópica, mientras que antes solo podíamos hacerlo en forma abierta lo que significaba una intervención que provocaba mucha injuria. Ahora podemos hacerlo por portales pequeños, la cirugía puede durar una hora y media o dos horas, el paciente se va de alta al otro día con bastones, pero puede deambular tranquilamente e incluso lo mandamos a hacer bicicleta al día siguiente, el paciente empieza a hacer ejercicio de forma inmediata.
¿Qué ocurre con la recuperación del paciente luego de la intervención?
La recuperación es mucho más rápida. Dentro del protocolo operatorio, además estamos incorporando una sustancia de concentrados plaquetarios, que si bien es cierto no hay evidencia científica de que mejore sustancialmente la cicatrización o el daño que pudiera obtenerse a través de esta patología, sí hemos observado y objetivado que disminuye mucho el dolor postoperatorio y el sangramiento. Estéticamente, especialmente para las mujeres, el tema también es mucho mejor porque se realiza por portales pequeños y esto es importante también si consideramos que es una patología que no se da por un problema de degeneración de la articulación por los años, sino que también se da en pacientes jóvenes deportistas, donde el tema estético sí puede influir.
¿Y cómo ha sido la evolución de la artroscopia de cadera en la zona?
Como todas las cosas nuevas, al principio cuando partimos teníamos poca casuística, pero con el tiempo ha ido aumentando gracias a las derivaciones de colegas y a la recomendación de nuestros mismos pacientes. En este momento todas las semanas tenemos pacientes con esta patología, por lo tanto la proyección a futuro es cada día mayor. Hemos ido mejorando los tiempos, afiatando el equipo humano y optimizando los detalles. Ahora la gente sabe que este procedimiento se hace en Antofagasta y no tiene que viajar a Santiago, lo que es una ventaja para la gente de la ciudad y de todas las personas de la zona norte.