«El manejo de información que hemos observado en los últimos días, creemos ha generado confusión y preocupación en la población, al simplificar un problema reconocidamente complejo y con múltiples causas»
Clostridium difficile es el principal agente de diarrea asociada a antibióticos a nivel nosocomial, es una patología que va desde casos leves a severos y es un problema importante de salud pública, ampliamente reportado en los países desarrollados en las últimas décadas, y en menor medida en nuestro país.
El origen de su presencia en nuestro medio es una situación multifactorial que obedece a distintas causas como son el excesivo consumo de antibióticos en los ambientes ambulatorio y hospitalario, a la posibilidad de infecciones cruzadas y quizá en forma importante, al aumento de pacientes debilitados que la medicina actual ha logrado hacer sobrevivir a patologías que eran tremendamente letales, tan sólo 2 décadas atrás.
La experiencia de países extranjeros muestra que este problema ha ido en aumento y está lejos de ser erradicado debido precisamente a la expansión de la población vulnerable y susceptible, lo cual debe ser asumido en forma profesional y responsable, tanto en el ámbito público como en el privado. Esto involucra un uso adecuado de antibióticos, la pesquisa precoz de los casos, las precauciones de contacto y el tratamiento de los pacientes. Habitualmente, la mala evolución de los pacientes está relacionada a distintos factores de inmunodepresión, edad avanzada o enfermedad sistémica que le impiden controlar la infección.
La bacteria está presente en el intestino grueso sin provocar enfermedad en un porcentaje variable de pacientes hospitalizados. Esta condición se conoce como portación asintomática o colonización intestinal. Solo unos pocos de estos portadores desarrollarán diarrea. El pronóstico de la infección es favorable en la mayoría de los pacientes con bajo riesgo de letalidad. La letalidad se concentra en aquellos pacientes con los factores de riesgo ya descritos.
En estas condiciones podemos concluir que los hechos recientemente reportados no constituyen un hecho aislado ni en nuestro país ni en el mundo. Que este problema de salud emergente al igual que otros, formará parte de la práctica diaria de los médicos a nivel hospitalario y de los
posibles riesgos a la salud de nuestros pacientes. La abundante información científica generada en países desarrollados que han vivido previamente situaciones similares, es un referente al momento de seleccionar y aplicar medidas para su prevención y control.
El manejo de información que hemos observado en los últimos días, creemos ha generado confusión y preocupación en la población, al simplificar un problema reconocidamente complejo y con múltiples causas.
Se requiere, por lo tanto, la aplicación de un conjunto de medidas, las que deben ejercerse en diversos niveles, siendo la mayoría de ellas transversales a las instituciones e independientes de las características particulares de los pacientes.
La constante necesidad de una detección precoz y un manejo apropiado de estas situaciones epidemiológicas justifica la presencia permanente de grupos de profesionales dedicados a la atención de infecciones asociadas a la atención de salud, puesto que nuestro desarrollo futuro en el campo médico estará ligado al manejo de diversos problemas similares a éste, que debemos encarar en forma unitaria tanto los pacientes, como los diversos profesionales de la salud y las autoridades correspondientes.
Sociedad Chilena de Infectología
20 de Abril 2012