“Uno procura enseñar y es muy difícil adjudicarse alguna técnica quirúrgica”

Dr. Carlos Benavides, Presidente Sociedad de Cirujanos de Chile

Desde noviembre de 2010 el doctor Carlos Benavides es presidente de la Sociedad Chilena de Cirujanos, entidad que agrupa a más de 900 profesionales. Cirujano digestivo con estudios en Chile y el extranjero, el doctor Benavides actualmente es profesor de la Universidad de Chile y director del Departamento de Cirugía de la misma casa de estudios, además de ejercer profesionalmente en el Hospital San Borja Arriarán y en la Clínica Alemana. En entrevista con Ciencia y Salud, el presidente de la Sociedad de Cirujanos explica cuáles son los aspectos en los que está trabajando la institución y revisa algunos temas de actualidad como la discusión del polémico tratado TPP.

Doctor, cuál es actualmente el estado de la Sociedad que usted dirige

Debe ser una de las más grandes del país porque es una sociedad madre, acoge a una serie de sociedades afiliadas y también a departamentos dedicados a áreas específicas. Por ejemplo se constituye por la Sociedad de Coloproctología, la sociedad de cabeza y cuello, de Cirugía Plástica, Torácica, entre otros y departamentos como el de Trauma, el de Hígado, Vías Biliares y páncreas, el de trasplantes, investigación y formación médica.

Esto hace que tengamos alrededor de 900 miembros activos que se componen en titulares y afiliados, dos formas de pertenencia. Se ingresa como miembro afiliado y se pasa a la categoría de titular ya sea mediante la presentación de un trabajo científico inédito o bien por la antigüedad en la Sociedad y la participación activa en los Congresos nacionales.

¿Cuáles son los objetivos fundamentales que persigue la institución?

Los fines de la Sociedad están destinados al desarrollo de la especialidad y a la promoción de la investigación científica, junto con la docencia en salud, la capacitación de los cirujanos y el desarrollo de la investigación aplicada en Chile. Tratamos de promover la investigación favoreciendo la integración y el encuentro de los distintos centros que se dedican a algún rubro en especial, de tal manera de generar conocimiento de las patologías que más nos afectan en Chile.

¿Qué tipo de patologías son estas?

Tenemos unas características epidemiológicas bien especiales y que dada la frecuencia nos permiten hacer investigación clínica al respecto. Por ejemplo, en Chile es muy propio el alto volumen de cáncer vesicular que tiene la población, somos uno de los más altos del mundo, de tal manera que salen bastantes líneas de investigación al respecto.

Somos de las segundas o terceras poblaciones en el mundo en frecuencia de litiasis biliar. Se ha planteado que los fenómenos inflamatorios crónicos generados por los cálculos, de alguna manera hacen que ocurra una modificación en la estructura de la vesícula hacia el desarrollo de cáncer. Esto ha sido uno de los aspectos que llevó a poner los cálculos vesiculares dentro de las patologías Auge, para extirpar la vesícula como una forma de reducir el riesgo de cáncer.

¿Cuál es el rol de la Sociedad por ejemplo en temas como éstos?

La Sociedad trata de generar encuentro y la posibilidad de hacer investigación conjunta, lo cual es siempre difícil pues desarrollar trabajos integrados no es algo simple. También damos la posibilidad y la tribuna para que se haga la discusión de temas específicos, que se presenten las experiencias clínicas desarrolladas, los aportes de investigación, etc.

¿Cuál es a su juicio el nivel de la cirugía nacional?

Nosotros tenemos un muy buen nivel en el plano quirúrgico. La media nacional es muy adecuada y esto está determinado porque la capacitación en el área quirúrgica ha sido bastante estricta, tenemos formación universitaria en general de al menos tres años de posgrado y eso es lo que capacita a un cirujano para trabajar en el país. Los cirujanos están adecuadamente instruidos y capacitados.

¿Y qué falencias puede observar?

Diría que la implementación quirúrgica que se ha hecho en el país diría es razonable, pero sí tiene algunas falencias por el déficit en algunas áreas de apoyo a la cirugía como por ejemplo las horas de anestesiólogos que en el país faltan, entonces el acto quirúrgico se ve limitado por factores colaterales. Sin embargo diría que los centros quirúrgicos nacionales tienen un desarrollo adecuado.

¿Y cómo es vista la cirugía chilena en el plano internacional?

En el concierto internacional tenemos polos de desarrollo interesantes, con un reconocimiento adecuado. En el plano de la cirugía digestiva tenemos una muy buena representación internacional, en el aspecto cardiovascular también.

Los desafíos de la Sociedad y la polémica del TPP

¿Qué diferencias ve en la cirugía a nivel público versus lo que ocurre en el mundo privado?

El problema y la gran diferencia que se produce entre el mundo privado y público es la latencia de la oportunidad. Cuando un paciente tiene una indicación quirúrgica en el mundo privado, ésta se ejecuta en un tiempo extraordinariamente adecuado, sin embargo en el sistema público existe una espera que atenta contra el sentimiento de oportunidad que la gente tiene, pero este es un problema que existe en todo el mundo. En todos los países que tienen medicina pública siempre los espacios y la oportunidad de responder quirúrgicamente son reducidos. Esta diferencia es la que el usuario la atribuye como una causa de desagrado por la atención que se le entrega, pero la realidad es que en todos los espacios públicos no permiten dar una oportunidad precisa de atención.

¿Cuáles son los aspectos en los que apunta a trabajar la Sociedad hacia el futuro?

Hemos enfocado este año hacia una transición de lo que eran los mecanismos de administración de la Sociedad por un cambio estatutario, pues es primera vez que la presidencia dura dos años. En segundo lugar nos hemos abocado a la necesaria orientación que la Sociedad debe tener sobre la formación de los cirujanos en Chile. La explosión de las universidades en el campo de la medicina, especialmente privadas, ha hecho que la formación en cirugía sea absolutamente heterogénea. Existen agencias acreditadoras actualmente, pero los criterios para la acreditación y los estándares de la formación de un cirujano debiesen ser competencia de la Sociedad. Acá se produce el encuentro de los docentes de las universidades públicas y privadas, por lo cual tenemos una voz autorizada y convergente. Esta es una necesidad inmediata.

Chile actualmente se encuentra negociando un polémico acuerdo comercial, el Trans-Pacific Partnership (TPP), y según una filtración, existe una propuesta de Estados Unidos en el área de propiedad intelectual que ha despertado gran inquietud pues amplía las materias patentables incluso a los métodos terapéuticos y procedimientos quirúrgicos, algo que claramente afectaría a los cirujanos.

Chile está en las negociaciones de un tratado de libre comercio con varios países, el TPP y ha generado bastante revuelo porque una de sus disposiciones en el área de la propiedad intelectual habla de patentamiento de procedimientos quirúrgicos y métodos terapéuticos, ¿cómo cree que afectaría a su especialidad la aprobación de un tratado en estos términos?

Lo veo como algo complejo, porque dentro de la especialidad y de la medicina en general, uno procura enseñar y es muy difícil adjudicarse alguna técnica quirúrgica que en definitiva es hacer algo con las manos y quedarse con algo que potencialmente es de beneficio para un gran número de personas. Esto hace del altruismo algo propio de la enseñanza y de la medicina porque la gente transfiere sus conocimientos como una necesidad de cumplir con el rol social que tiene el médico. De hecho nosotros todavía tenemos a nuestros conferencistas extranjeros estelares en cada uno de nuestros congresos y ellos no cobran por sus conferencias. A diferencia de lo que ocurre en otras áreas del conocimiento.

Imagino que para ustedes el traspaso de este conocimiento e información es parte fundamental para el aprendizaje. En este aspecto, existe una  discusión fuerte pues muchos expertos nacionales e internacionales sindican este acuerdo como una amenaza a la salud pública.

De ser así debiese existir una oposición muy fuerte del mundo médico. Las sociedades científicas debiésemos saltar para hacer una defensa porque esto raya en los bordes de la ética. Uno siempre está dispuesto a enseñar y cuando uno ha desarrollado una técnica, o la modificación de la misma, usualmente se comunica al exterior para hacer docencia y que así un porcentaje mayor de personas se vean beneficiadas. Omitir o bien acaparar este conocimiento para un usufructo personal no está dentro del código de ética. Esto es algo con lo que hay que tener cuidado y que hay que leer bien, porque muchas veces en el ámbito político salen algunos enunciados que limitan o dejan amarrados temas importantes y esto es algo que ya ha pasado en el área médica.

 

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