Mucho tiempo ha pasado desde que el 21 de octubre de 1931, por iniciativa del profesor Carlos Charlín Correa, se creara la Sociedad Oftalmológica de Chile, entidad que agrupó a los especialistas de ese entonces que residían en la capital. Actualmente y bajo el nombre de Sociedad Chilena de Oftalmología (Sochiof), esta asociación gremial sin fines de lucro que reúne a los médicos oftalmólogos a nivel nacional con la misión de promover el perfeccionamiento, la protección, el desarrollo y la organización de la especialidad, cautelando también por su prestigio y su buen ejercicio ético.
En entrevista con Ciencia y Salud el presidente de la Sochiof, doctor Pedro Bravo, revisa el momento actual de la Sociedad, los desafíos futuros y el rol que ésta cumple en el desarrollo de la oftalmología nacional.
Doctor, cuál diría usted que son los pilares fundamentales del funcionamiento y existencia de la Sociedad
La Sociedad Chilena de Oftalmología se fundó hace muchos años con un fin netamente científico. Aproximadamente por los años 1950, se fue transformando además en una sociedad de tipo docente realizando actividades importantes como por ejemplo la fundación del Curso de Formación y Perfeccionamiento de Oftalmólogos, que actualmente es el curso al que se suscriben muchas universidades. La parte teórica la damos nosotros como Sociedad, a través de nuestros socios.
Cómo ha ido evolucionando este rol con el transcurso de los años
Durante mucho tiempo nos dedicamos básicamente a lo científico, realizando reuniones, congresos, cursos y ese tipo de actividades, sin embargo de un tiempo a esta parte y por el cambio que ha tenido el mundo, la Sociedad se ha ido transformando también en una entidad de tipo gremial. Actualmente diría que somos una Sociedad científica, gremial y docente.
¿Cómo desarrollan el aspecto científico?
La parte científica no tiene muchas variaciones. Como Sociedad tenemos contacto con otras sociedades a nivel mundial, somos parte de la Sociedad Panamericana de Oftalmología y tenemos contactos académicos con Europa, Estados Unidos, Asia. Nuestros congresos son importantes en el concierto americano, hemos sido organizadores de congresos panamericanos en varias oportunidades y nuestros colegas han ganado premios en el extranjero, entonces el ámbito científico es muy importante en el desarrollo de la especialidad. La oftalmología chilena es muy reconocida a nivel mundial.
¿Cuáles son los temas importantes para la especialidad desde el punto de vista gremial?
Dentro de lo gremial nos hemos tratado de relacionar con los sistemas de salud del país y en este último tiempo hemos hecho grandes esfuerzos para ayudar al Ministerio de Salud para resolver listas de espera de oftalmología y para atender pacientes. Debo reconocer que esto no es nuevo, es algo que se ha hecho siempre, de hecho nuestros maestros, los viejos oftalmólogos, tomaban su cajita de lentes en la década de 1940 y 1950 y se iban a entregar lentes a distintos lugares del país. Hay un espíritu de colaboración con la sociedad que sale del quehacer médico y que se mantiene. Hemos ayudado también a los cuerpos legislativos a sacar leyes que protejan la medicina. En estos momentos la medicina está con un serio problema de “desmedicalización” de algunos actos médicos.
¿Qué caracteriza esta situación que comenta?
Por ejemplo actos que eran exclusivamente médicos como el dar algunas recetas o actividades de anestesia, han ido pasando a otras profesiones que si bien pueden estar en el ámbito de la medicina, no son médicos. Hemos estado presentes tratando de que esto se haga en forma adecuada para que no aparezcan pseudomédicos por todos lados, especialmente en estos momentos donde hay tanta libertad para todo.
¿Cuántos socios tienen actualmente y cómo podría describir la participación de los especialistas?
La Sociedad ha ido creciendo y actualmente contamos con cerca de 600 oftalmólogos socios en un universo de 800 especialistas que existen en el país aproximadamente. Durante un tiempo todos los oftalmólogos de Chile estaban en la Sociedad, pero después que a los colegios profesionales y sociedades científicas se les quitó la tuición ética, hay gente que no está dentro de la sociedad.
¿Cuál es el rol que a su juicio debe jugar la Sochiof a nivel de difusión no solo hacia los especialistas?
Como sociedad científica no hemos hincado el diente a la difusión de nuestra Sociedad. Estamos convencido de que es necesario que el conjunto nacional sepa que existe una sociedad que agrupa a los oftalmólogos y que es la que fija un piso mínimo para las cualidades médicas de ese profesional. La Sochiof toma exámenes a todos sus asociados, les enseña y los mantiene permanentemente informados. Además, hacemos mucho hincapié en la parte ética, tenemos un comité que se encarga de regular la actividad oftalmológica y al que puede recurrir la gente en general. Sin embargo no tenemos mayores actividades de difusión de la oftalmología, contamos con un sitio web que está dedicado principalmente a los profesionales. Sabemos que tenemos que preocuparnos de esto y en este sentido una medida pronta es que vamos a publicar el listado completo de los socios de la Sociedad Chilena de Oftalmología para que la gente pueda consultarlo y saber que el médico que va a visitar es reconocido.
Cuáles son a su juicio los desafíos que enfrenta la especialidad
Hay dos elementos principales: la formación y los avances tecnológicos. En la formación de los oftalmólogos seguimos teniendo la mayor injerencia a nivel nacional y no queremos perderla porque creemos que nos avalan 50 años de experiencia con muy buenos resultados, la salud visual en Chile es una de las mejores en Latinoamérica y no nos gustaría que hubiera otra manera de formar oftalmólogos que no cumpliera con ciertos requisitos. Estos requisitos deben ser lo más exigente posible y en eso estamos trabajando con el ministerio, aunque aún faltan algunas cosas.
¿Qué ocurre con el advenimiento de la tecnología?
En el aspecto tecnológico, tenemos que reconocer que somos un país con recursos limitados entonces en los servicios públicos no se puede tener todo lo que uno quisiera o como lo tienen algunos centros privados, de tan buen nivel como los países desarrollados. En este sentido la idea es ir tratando de racionalizar el desarrollo de la medicina en el más alto sentido, no solo en el ámbito del GES que puede ser una trampa para los médicos porque decimos claro, vamos a operar muchas más cataratas, estrabismo y retinopatía del prematuro, pero ¿qué pasa con los tumores de órbita o de párpado o por ejemplo con el estrabismo en adultos? Hay que ir balanceando esto del GES porque ha significado ciertos trastornos. Entiendo que ahora el ministerio va a preocuparse de los casos no GES que habían sido dejados de lado por dos años para resolver los GES. Pero nosotros no queremos perder de vista la salud visual completa.
¿Cuál sería el mensaje que pudiese enviarle a los oftalmólogos que no participan de la Sochiof?
El oftalmólogo siempre se pregunta qué hace la Sociedad para mí y la verdad es que hace bastantes cosas. Entrega un curso de formación todos los años, un congreso cada dos años, tiene la mejor biblioteca de oftalmología de Chile y a la que nuestros socios tienen acceso. A través de la Sociedad Panamericana, de la cual también somos parte, pueden tener intercambios de perfeccionamiento, viajar a conocer otras realidades de nuestro ámbito profesional, etc. Para la gente a la que le interesa mantenerse en un nivel adecuado dentro de la oftalmología, creemos que somos una muy buena herramienta.
Además hay momentos de crisis donde el trabajo oftalmológico se ve atacado por distintos frentes y nosotros somos un buen respaldo en este sentido para que no se vea afectada la labor oftalmológica.
Y si uno se plantea la pregunta a la inversa, ¿qué puede hacer un médico por la Sociedad?
Nuestra gente es muy colaboradora, de hecho logramos hacer operativos en todo el país. Aunque suene bien antiguo, participar es una forma también de servir al país. La nuestra es una profesión de servicio y acá los médicos pueden encontrar una forma de servir.