Encuesta: Más de la mitad de los chilenos duermen peor que antes producto de la pandemia

La pandemia está afectando negativamente la calidad de vida. Una encuesta realizada en Chile indicó que la ansiedad, estrés y las preocupaciones son las principales razones que explican el mal dormir de los chilenos en los últimos tres meses.

Razones como los miedos, preocupaciones y la sensación de vulnerabilidad ante un virus que no está controlado son algunos de los factores que explican el deterioro en la calidad del sueño de los chilenos, aspecto que repercute en la salud física y mental de las personas afectadas.

La encuesta realizada por Corpa Estudios de Mercado, determinó que el 51% de los chilenos tiene una peor calidad de sueño si lo compara hace tres meses.

Según los datos, los más afectados por el mal sueño son las personas de clase media y baja, quienes declaran en un 54% que el sueño ha empeorado, mientras que en el segmento ABC1C2, el empeoramiento reportado alcanza el 44%.

Las diferencias también se dan a nivel de género: los hombres son los que dicen que más ha empeorado su sueño (58%), en comparación con las mujeres (44%). Sin embargo, cuando se consulta por cuánto afecta la situación país producto de la pandemia y el encierro, las mujeres creen que esto les afecta más (21%); en los hombres, esta explicación del mal dormir llega al 10%.

Al preguntar sobre las razones de ese mal dormir, el 41% de los encuestados señaló que se debe a las preocupación o situaciones propia de la pandemia. En el 15% que afirmó haber mejorado su sueño, la explicación se relaciona con el teletrabajo, una modalidad que permite levantarse más tarde por la mañana.

Inseguridad e inquietud

En el informe presentado, el Dr. Fernando Schifferli, neurólogo y uno de los fundadores de la Sociedad Chilena de Medicina de Sueño, explicó que en general, los habitantes de la Región Metropolitana, entre quienes se realizó la encuesta no duermen bien y con la pandemia, esto empeoró.

“Existe preocupación por el trabajo, la inseguridad, la situación económica. Todo eso influye en que las personas pese a que duermen la misma cantidad de horas que antes, sientan que no durmieron lo suficiente, que no se recuperaron durante la noche y eso es signo de que el sueño no fue eficaz. Otros se despiertan varias veces durante la noche o dormirse más tarde que antes, son signos de un mal dormir”, señaló.

Para el especialista, el tema es complejo. “En la medida en que las personas duermen bien tienen mejor calidad de vida y mejor salud. Bienestar y salud están estrictamente asociados a la calidad de sueño de las personas”, enfatiza.

Una de las preguntas consistió en evaluar con una nota de 1 a 7 la calidad del sueño, escala en la que 1 corresponde a un sueño de muy mala calidad y 7 a un sueño de muy buena calidad: el 57% de los chilenos calificó su sueño de mala calidad (entre 1 y 4).

Entre quienes evaluaron con nota menor a 5, el 26% argumentó ansiedad, estrés, preocupaciones; el 17% dijo que le costaba conciliar el sueño y un 15% dijo que se debía a la situación país, pandemia, encierro.

El economista y gerente general de Corpa, Pavel Castillo, señaló que no esperaban resultados tan negativos. “La calidad del sueño es un factor que se relaciona de forma importante con la salud física y mental, y ver esos números es preocupante. Es más, un 84% dice dormir mal 4 días a la semana en promedio en los últimos 3 meses, y un 63% presenta ansiedad por la dificultad para dormir”, indica.

Respecto de la diferencia entre los estratos altos y bajos, Castillo dice es esperable por cuanto existen condiciones de mayor vulnerabilidad y cantidad de personas por metro cuadrado dentro del hogar en este último grupo. A eso se suma “un estrés importante producto de la pandemia y la pérdida de empleo/salario que ello conlleva”.

En cuanto a la diferencia de género, Castillo dice que, como se ha demostrado en otros estudios, “esta pandemia significó una sensación de vulnerabilidad más acentuada para los hombres, además de un cambio de hábitos muy abrupto para el cual no estaban preparados como la adquisición de nuevos roles. Para las mujeres trabajadora también significó una sobrecarga el cuidar del hogar, hijos, y trabajo”.

 

 

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