Probióticos: Una herramienta segura y eficaz en el tratamiento de la diarrea por antibióticos

Un efecto adverso común del uso de antibióticos es la diarrea, sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que el uso de probióticos sirve para prevenir esta consecuencia al normalizar la flora gastrointestinal desequilibrada.

La diarrea asociada a antibióticos ocurre entre el 5% y el 39% de los pacientes, desde el comienzo y hasta dos meses después el final del tratamiento. Además, cualquier tipo de antibióticos puede causar este efecto.

En quienes la presentan, los síntomas varían desde diarrea leve y autolimitada (que se resuelve de forma natural en el transcurso de los días) hasta diarrea severa, esta última particularmente en infecciones por Clostridium difficile. Adicionalmente, la literatura señala que es en el sector de atención donde se produce la mayor parte del consumo de antibióticos en humanos.

Si bien los informes sugieren que una parte importante de este uso de antibióticos puede ser considerado como inapropiado, destinando grandes esfuerzos para reducir el mal uso, cuando se utilizan correctamente, resulta útil contar con un método fácil de usar, rentable y seguro, como los probióticos, para prevenir los efectos secundarios.

Sara Blaabjerg, autora principal de una revisión sistemática y metaanálisis que en 2017 evaluó los beneficios y daños de los probióticos utilizados para la prevención de la diarrea asociada a antibióticos en un entorno ambulatorio, reafirmó esta idea.

En entrevista con Ciencia y Salud la especialista danesa señaló que la principal conclusión de su estudio apunta a que el uso de probióticos para la prevención de la diarrea asociada a antibióticos reduce el riesgo en un 51%.

“Además, el uso de probióticos parece seguro”, comentó agregando que el objetivo principal de este estudio fue “evaluar los beneficios y daños de los probióticos utilizados para prevenir la diarrea asociada a antibióticos en un grupo de pacientes que representa más estrechamente a los pacientes de atención primaria”.

A su juicio, este tema es relevante pues el “sector de la atención primaria es responsable de la mayor parte del consumo de antibióticos en humanos, y muchos pacientes enfrentan efectos secundarios, especialmente diarrea.

No todos los probióticos son iguales

Los probióticos se definen como microorganismos vivos que cuando se administran en cantidades adecuadas confieren un beneficio para la salud del huésped.

La lógica detrás de la administración de probióticos en los trastornos gastrointestinales se basa en la hipótesis de que pueden ayudar a la normalización de una flora gastrointestinal desequilibrada. Existen muchos mecanismos propuestos por los cuales los probióticos mejoran salud intestinal, incluida la estimulación de la inmunidad, la competencia por los nutrientes, la inhibición de la adherencia epitelial y mucosa de los patógenos, la inhibición de la invasión epitelial y la producción de sustancias antimicrobianas.

“El uso de probióticos para la prevención de la diarrea asociada con antibióticos parece ser un método sencillo, inofensivo y eficaz. No digo que deba administrarse a todas las personas que toman antibióticos, pero puede ser relevante complementar un tratamiento antibiótico con probióticos si, por ejemplo, el paciente tiene tendencia a desarrollar diarrea por medicamentos, el paciente tiene mala salud o si el paciente tiene una fuerte deseo de prevenir este efecto no deseado”, afirmó Blaabjerg.

La investigadora además planteó algunos aspectos a tener en cuenta sobre la indicación de probióticos, sobre todo si se considera la gran proliferación de este tipo de compuestos que existe en el mercado nutricional y farmacéutico.

“Un análisis de subgrupos de cepas específicas mostró un efecto protector similar de los probióticos en la prevención de la diarrea asociada a antibióticos en comparación con el análisis agrupado general. La cepa probiótica más eficaz fue L. rhamnosus GG, seguida de S. boulardii. Hay mucho que todavía no sabemos sobre la eficacia de las diferentes cepas y aún menos sobre la combinación de diferentes cepas”, sostuvo.

Blaabjerg destacó que actualmente hay distintas investigaciones en curso pues el estudio de los probióticos es un área que se ha tornado muy interesante y popular, aunque hizo un llamado a tomar los resultados con precaución, evaluando la evidencia disponible.

 

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