Probióticos para el tratamiento y prevención de la diarrea

Los probióticos son microorganismos vivos que confieren un beneficio a la salud cuando se los administra en cantidades adecuadas. Las especies de Lactobacillus y Bifidobacterium son las más utilizadas como probióticos, pero también se utiliza la levadura Saccharomyces boulardii y algunas de las especies E. coli y Bacillus. Entre los agentes nuevos también se incluyen Clostridium butyricum.

Si bien las bacterias ácido lácticas, como la especie Lactobacillus, que han sido utilizadas para la conservación de alimentos por fermentación durante miles de años, pueden actuar como agentes fermentadores de alimentos y, además, son potencialmente beneficiosos para la salud, estrictamente hablando, el término “probiótico” debería reservarse para los microbios vivos que han demostrado ser beneficiosos para la salud en estudios controlados en humanos.

De acuerdo a las Guías Mundiales de la Organización Mundial de Gastroenterología sobre Probióticos y prebióticos, publicadas en febrero de 2017, en el caso de los probióticos es importante usar las designaciones de las cepas, ya que el enfoque más robusto sobre la evidencia de los probióticos es poder atribuirle beneficios como por ejemplo los objetivos gastrointestinales específicos a determinadas cepas o combinaciones de cepas de probióticos a una dosis eficaz.

El documento además plantea que las recomendaciones del uso de probióticos, especialmente en la práctica clínica, deben vincular las cepas específicas con los beneficios declarados, basado en los estudios en humanos.

“Algunas cepas tienen propiedades singulares que pueden explicar ciertas actividades neurológicas, inmunológicas y antimicrobianas. Sin embargo, un concepto que surge del campo de los probióticos es reconocer que es probable que algunos mecanismos de la actividad probiótica sean compartidos entre las diferentes cepas, especies, o incluso géneros”, señala el texto.

Muchos probióticos pueden funcionar de manera similar con respecto a su capacidad de promover la resistencia a la colonización, regular el tránsito intestinal, o normalizar la microbiota alterada.

La Guía detalla que los probióticos “afectan el ecosistema intestinal al afectar los mecanismos inmunológicos de la mucosa, interactuando con microorganismos comensales o potencialmente patógenos, generando productos metabólicos finales, como ácidos grasos de cadena corta, y comunicándose con las células del huésped utilizando señales químicas”.

Estos mecanismos pueden conducir al antagonismo de patógenos potenciales, a un mejoramiento del ambiente intestinal, a un reforzamiento de la barrera intestinal, a la regulación negativa de la inflamación y a la regulación positiva de la respuesta inmunitaria a provocaciones antigénicas.

Se cree que estos fenómenos median la mayoría de los efectos beneficiosos, como reducir la incidencia y gravedad de la diarrea, lo que constituye la base de uno de los usos más ampliamente reconocidos de los probióticos.

Tratamiento y prevención de la diarrea
De acuerdo a las  Guías Mundiales de la Organización Mundial de Gastroenterología sobre probióticos, estos podrían contribuir en el manejo de la diarrea de las siguientes características.

Tratamiento de la diarrea aguda
Algunas cepas probióticas actúan reduciendo la gravedad y la duración de la diarrea infecciosa aguda en niños. La administración oral acorta la duración de la enfermedad diarreica aguda en niños aproximadamente un día. Se han publicado varios metaanálisis de ensayos clínicos controlados sobre otras cepas probióticas que muestran resultados consistentes, sugiriendo que los probióticos probablemente sean seguros y eficaces. Sin embargo, los mecanismos de acción pueden ser específicos para cada cepa.

Prevención de la diarrea aguda
En la prevención de la diarrea de adultos y niños, hay pruebas de que ciertos probióticos pueden ser eficaces en algunos contextos en particular.

Prevención de la diarrea asociada a antibióticos
Para la prevención de la diarrea asociada a antibióticos, existen fuertes evidencias de eficacia en adultos o niños que están recibiendo antibióticos.

Prevención de la diarrea por Clostridium difficile
Un metaanálisis de 2016 concluyó que los probióticos pueden reducir el riesgo de presentar diarrea asociada a C. difficile en pacientes que reciben antibióticos. Sin embargo, los autores advierten que se necesitan más estudios para determinar la mejor dosis y cepa.

Prevención de la diarrea inducida por la radiación
La microbiota intestinal puede desempeñar un papel importante en la diarrea inducida por la radiación, reforzando la función de barrera intestinal, mejorando la inmunidad innata y estimulando los mecanismos de reparación intestinal. Un metaanálisis de 2013 concluyó que los probióticos pueden ser beneficiosos en la prevención y posiblemente en el tratamiento de la diarrea inducida por radiación.

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