Científico chileno crea método para detectar la válvula aórtica bicúspide

El investigador Julio Sotelo, de Ingeniería Civil Biomédica de la Universidad de Valparaíso, creó un mapa tridimensional para detectar la Válvula Aórtica Bicúspide (VAB). Este permite detectar de forma temprana afecciones cardíacas, las cuales contribuyen a la primera causa de muerte en el país, cercano a un 30%.

La válvula aórtica del corazón se divide, normalmente, en tres valvas que se abren para dejar pasar el flujo de sangre. En ocasiones, dos de ellas pueden fusionarse y provocar que salga una mayor cantidad de sangre desde el ventrículo izquierdo. Algo similar a como cuando se aprieta una manguera manteniendo el flujo de agua; en un momento colapsa y ésta sale con mayor fuerza.

“Esa sangre choca contra la pared arterial y comienza a generar un efecto llamado ‘remodelamiento vascular’, que comienza a interactuar con las células endoteliales que están en el interior del vaso, dilatando la aorta ascendente”, explica Sotelo. La arteria se dilata a tal punto que corre el peligro de romperse.

Hasta ahora, la forma de detectar una válvula aórtica bicúspide es precisamente al presenciar una dilatación del vaso sanguíneo. Sin embargo, hasta el momento no han sido muy claros los parámetros para interpretar esto. “En 10 años se han cambiado dos veces los criterios para saber cuándo la dilatación de la aorta es propia de esta afección”, agrega. A los pacientes se le realizan exámenes anatómicos, como tomografías computarizadas donde solo se puede apreciar el aspecto y tamaño del diámetro de la aorta.

El método que propone el investigador del Núcleo Milenio Cardio MR se centra en realizar mediciones tridimensionales del flujo sanguíneo, a través de resonancia magnética en la aorta ascendente. El científico detectó que cuando se presenta una válvula aórtica bicúspide, la sangre suele fluir con cierta turbulencia que permite detectar la afección cardíaca con mayor precisión, aparte de la dilatación del vaso sanguíneo.

“Los pacientes con VAB tienen la característica de que el flujo en la aorta ascendente tiene un movimiento helicoidal, que se propaga hasta el arco aórtico, lo cual no se observa en los voluntarios sanos o en alguna otra patología”, asegura el experto.

El diseño de Sotelo se realizó luego de cuantificar una serie de parámetros a partir de imágenes de resonancia magnética anatómicas y de velocidad del flujo sanguíneo. “No basta el uso y análisis de la anatomía, sino que necesitamos concentrarnos en lo que está sucediendo de forma dinámica dentro de todo el sistema cardiovascular. Esta investigación busca entregar un mapa completo al médico especialista, para que pueda ver qué es lo que está sucediendo dentro del sistema cardiovascular del paciente”, explica.

Este instrumento significa un gran aporte para los especialistas en cardiología, puesto que si bien, la detección de rotación de fluido se ha visto con anterioridad, este nunca se había cuantificado. “Los cardiólogos o radiólogos miraban las imágenes y seleccionaban la región de interés para ver en qué dirección estaba rotando el fluido y por cuanto tiempo”, precisó el investigador.

Sotelo, quien trabaja en conjunto con médicos e investigadores de la Universidad de Leeds en Inglaterra, cuenta que “existe una relación directa entre la dilatación de la aorta ascendente y la circulación. A futuro pensamos realizar estudios longitudinales que nos permitan poder estandarizar la magnitud de este parámetro con respecto a la progresión de la enfermedad y de esa forma poder eventualmente predecir cuándo es adecuado operar a un paciente, no solo basándonos en la anatomía, sino en cómo se está comportando el fluido dentro del vaso sanguíneo”.

“Estamos tratando de automatizar todos nuestros métodos de cuantificación, segmentación automática, detección de fases cardíacas y adquisición para que posteriormente el médico especialista sólo deba apretar un botón y mirar los mapas 3D verificando si está en un rango normal o anormal. Pero para eso son necesarios estudios de estandarización en una población grande”, indica. El fin de este método es que sirva como instrumento de apoyo para los médico tratantes, realizando una mejor evaluación de diagnóstico junto con imágenes anatómicas.

 

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