Cerca del 2% de la población chilena padece de Psoriasis, enfermedad que se produce por el rápido crecimiento de las células de la piel, la cual se manifiesta con manchas rojas y escamosas que pican, generalmente, en las rodillas, los codos, el tronco y el cuero cabelludo.
En el Día Mundial de la Psoriasis, se busca crear una mayor conciencia respecto a esta enfermedad y un mayor acceso a sus tratamientos, que en pueden llegar a costar un millón de pesos mensualmente.
En 2014 fue reconocida como una enfermedad crónica por la Organización Mundial de la Salud (OMS), dado que genera la inflamación de la piel por una alteración del sistema inmune. Además, está asociada a cuadros como la artritis psoriática que puede llevar a que las articulaciones de manos, pies, muñecas, tobillos, cuello y columna lumbar se deformen y causen discapacidades importantes.
Esta enfermedad pude estar asociada a otras patologías, tal como lo explica el dermatólogo y académico de la Universidad de Chile, Fernando Valenzuela “hay pacientes que van a desarrollar una enfermedad un poco más difícil de tratar y esto tiene que ver con inflamaciones sistémicas. Por ejemplo, está demostrado que la obesidad o la diabetes, el aumento del colesterol en la sangre, el hábito de fumar y la vida sedentaria hacen que se tenga un estado proinflamatorio”. También se puede desarrollar junto a las morbilidades psicosociales como el estrés crónico, la depresión, ansiedad y baja autoestima.
Sobre los antecedentes que pueden originar esta enfermedad, el Consenso Latinoamericano de Psoriasis establece que la incidencia familiar puede aumentar a más de un 40% la probabilidad de padecer la patología en el caso en que ambos padres tengan el cuadro y a un 14% si solo uno de los dos papás es el afectado.
Al respecto, la dermatóloga de la Red de Salud UC Christus, Natacha Quezada, explica que “uno hereda la predisposición a tener la enfermedad y se activa por factores ambientales, traumáticos o psicológicos”.
Tratamientos actuales
Hasta el momento no existe una cura total para esta afección. Por ello, los tratamientos se basan en el control de los síntomas y la prevención de infecciones. “La mayoría de los pacientes tienen brotes y pasan periodos, entre comillas, de remisión: hay momentos que están bien y hay momentos que están mal, pero también hay casos que permanecen estáticos durante años. No tenemos cómo saber cuál va a ser la evolución natural de la enfermedad en cada paciente”, asegura el doctor Valenzuela.
Por ello, el especialista considera que el tratamiento que se adopte sea una “estrategia mancomunada con el paciente” que se base en tanto en “la extensión de la enfermedad, pero también en la ubicación; porque nuestro corte en general es que 10% o más de la superficie corporal es una psoriasis moderada a severa y, por lo tanto, tiene un tratamiento especial. Pero si compromete un 2% de la superficie y se presenta en la cara, los pacientes tienen un detrimento en su calidad de vida y constituye por sí solo un agravante en la enfermedad y puede acceder a terapia más compleja”.
Con eso determinado, se comienza a escalar el tratamiento el cual “comienza desde cosas simples como la sobrehidratación de la piel en casos leves, hasta el uso de agentes biológicos a través de inyecciones que regulan el sistema inmune en casos más graves”, detalla la doctora Quezada.
Producto de la pandemia y del estrés que genera esta situación, el doctor Valenzuela asegura que han aumentado los casos de esta enfermedad y que también se han agravado. “Además de aumentar el número de consultas en este tiempo, yo diría que en mis pacientes ha aumentado la gravedad de la enfermedad. Pacientes que veo hace años, ahora están más graves que antes de la pandemia”, detalla.