La contaminación atmosférica en las ciudades por carbono negro se asocia a un mayor riesgo de padecer cáncer de pulmón, producto de sus componentes nocivos para la salud de las personas.
El estudio publicado en la revista internacional Environmental Health Perspectives, analizó los datos de unas 20.000 personas, consideando su lugar de residencia en los últimos 30 años y los niveles de contaminación en esos lugares.
“Este contaminante se asocia a un aumento de 30% del riesgo de cáncer de pulmón”, indicó a la AFP Bénédicte Jacquemin, del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia (INSERM) y coautora del estudio.
“Sabemos que las partículas finas, las PM2,5, que penetran profundamente en los pulmones, son cancerígenas. Quisimos determinar si el carbono negro tenía un efecto cancerígeno independientemente del de las partículas finas totales”, aseguró Jacquemin.
Durante el estudio 3.711 personas fueron diagnosticadas con algún tipo de cáncer, de los cuales 349 fueron de pulmón. Los datos fueron correlacionados con los niveles de exposición que tenían las personas al carbono negro, también conocido como “black carbon”.
Dentro de los principales resultados, los investigadores resaltaron que las personas más expuestos a este componente tenían un riesgo 20% mayor de desarrollar algún tipo de cáncer y de +30% de sufrir uno de pulmón.
Tras realizar análisis estadísticos, los investigadores concluyeron que es “muy probable que su efecto sea independiente del efecto de las partículas totales”, asegura la especialista, advirtiendo de que son necesarios más estudios para confirmar esta tesis.
Para el estudio se tomaron en cuenta los factores de riesgo de cáncer como el tabaquismo, el consumo de alcohol y las exposiciones profesionales, como al amianto.
Respecto a este tema, en 2013 el Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (CIRC) clasificó el conjunto de partículas finas como cancerígenas para el hombre. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció al carbono negro, procedente de combustiones incompletas que producen hollín, como un impacto negativo en general para la salud.
“Los contaminantes climáticos de vida corta, como el carbono negro, son poderosos forzadores del clima con posibles consecuencias negativas sobre el calentamiento global y su impacto en la salud”, asegura el organismo en su página web. Sin embargo, hasta el momento, el carbono negro no cuenta con ninguna reglamentación para disminuir su nivel de contaminación en la atmósfera.