¿Existen los problemas de salud mental asociados al cambio climático?

La incertidumbre que genera el cambio climático genera problemas de salud mental. La Asociación Americana de Psicología de los Estados Unidos, define como “ecoansiedad” o “ansiedad climática” al “miedo crónico al destino trágico del ambiente”.

Según explican los expertos, este trastorno crece a medida que aumentan las noticias sobre crisis climática. Puede afectar a personas de cualquier edad, pero se suele ver más afectadas las personas jóvenes.

A diario surgen nuevos antecedentes que demuestran que el cambio climático empeora. En abril de este año la concentración de dióxido de carbono (CO2) superó las 420 partes por millón (ppm). Por otro lado, ese mismo mes se desarrolló la Cumbre de Líderes sobre el Clima donde 40 jefes de Estado presentaron nuevos compromisos que, a pesar de ser mejores que los anteriores, continúan siendo insuficientes para mitigar los daños.

De esta forma, se ve difícil poder revertir el cambio climático y así ver de forma positiva el futuro de la tierra y de la especie. Desde 1988 que el James Hansen expuso ante el Senado de Estados Unidos un hallazgo alarmante: las actividades humanas eran las responsables del aumento de la temperatura global, principalmente por un sistema de producción basado en la explotación de combustibles fósiles que generaba emisiones contaminantes.

Con toda esta información surge la preocupación sobre como enfrentar los problemas como sequías y altas temperaturas que vivimos y el panorama que a futuro parece empeorar. El psicólogo clínico Dr. Patrick Kennedy-Williams y la psicóloga coaching Megan Kennedy-Woodard reconocen que, si bien hay un debate sobre esa definición, la ansiedad climática es una respuesta emocional apropiada a una crisis existencial.

“La ansiedad climática es una respuesta muy normal a una amenaza muy real y presente. No estamos patologizando las respuestas de las personas al cambio climático o sugiriendo que esto es necesariamente una condición de salud mental grave y debilitante para las personas”, explican los profesionales.

Ambos dirigen el proyecto Climate Psychologists, el cual busca ampliar la comprensión de los procesos psicológicos que ocurren en respuesta al cambio climático. Gran parte del trabajo que realizan está asociado a cómo se comunica sobre el cambio climático, ayudando a las personas a sentirse empoderadas para actuar y no abrumadas.

“La forma en que hablamos y comunicamos sobre la crisis climática es un aspecto tan importante al igual que cómo nos sentimos sobre el tema y de cuán empoderados nos sentimos como individuos y comunidades para tener un impacto positivo”, sostienen ambos psicólogos.

Sin embargo, la crisis climática incide en la salud mental de quienes se ven directamente afectadas como eventos catastróficos intensificados por el cambio climático. Según un registro de la Asociación Americana de Salud Pública, entre el 25 y el 50 % de las personas expuestas a eventos climáticos extremos corren el riesgo de sufrir efectos adversos para la salud mental.

Sostienen que los impactos ante estos eventos pueden incluir traumas y conmociones, trastorno de estrés postraumático, trastornos en el sueño, cambios en la digestión, estrés, ansiedad o depresión.

Los expertos sostienen que es importante identificar cuándo estamos experimentando ecoemociones y aceptar que es un tema angustioso y normal tener esos sentimientos. Es importante planificar una acción ante esas situaciones, como hablar con alguien y/o involucrarse en una actividad colectiva local.

“Cuando no tomamos medidas ante lo que nos genera la crisis climática, nos sentimos impotentes. Psicólogos, investigadores y personas que han experimentado ansiedad climática coinciden en que tomar medidas y buscar soluciones puede resultar en una sensación positiva”, explican Kennedy-Williams y Kennedy-Woodard.

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