Mario Villalobos, director de la Dirección Nacional de Odontología: “Nuestra prioridad es la lista de espera”

En diciembre de 2020 el Ministerio de Salud anunció la creación de la Dirección Nacional de Odontología, organismo que tiene como propósito “asesorar a la autoridad en la implementación de modelos de atención odontológica de alta resolutividad en las redes asistenciales”.

Según declaró el ministro de Salud, Enrique Paris, este hito es “un paso importante en mejorar la Salud Oral de los chilenos y se potenciará el trabajo que ha realizado el departamento odontológico de la subsecretaría de Redes Asistenciales a través de la participación completa del Ministerio de Salud y otros actores en pos de la calidad de vida de nuestros compatriotas”.

En Ciencia y Salud conversamos con director de la entidad, el cirujano dentista Mario Villalobos, para conocer en detalle el trabajo que está realizando la Dirección Nacional de Odontología para mejorar la atención y servicios odontológicos en el país.

¿Cómo está definido el rol de la Dirección Nacional de Odontología?

Esta dirección fue creada por el ministro Paris a solicitud del Colegio de Dentista por una aspiración muy antigua del gremio. La función básica tiene que ver con asesorar al ministro en las distintas actividades que tienen que ver con la odontología: políticas, planes de salud oral, la brecha de recursos humanos e infraestructura, asignación de los recursos y los modelos de financiamiento.

La Subsecretaría de Salud Pública es quien elabora los planes y la Subsecretaria de Redes Asistenciales es quien ejecuta los planes de salud. Por lo tanto, tenemos que asesorar en sus funciones al ministro y coordinar ambas subsecretarías para que conversen.

Considerando que la dirección es nueva ¿qué líneas están trabajando de forma prioritaria?

Nuestra prioridad es la lista de espera. Nosotros creemos que la generación de lista de esperas ha sido muy baja porque como no hay atención en los centros, no hay derivación hacia las especialidades, lo que no quiere decir que las enfermedades no hayan seguido avanzando, estas siguen el mismo curso natural que han tenido siempre, por lo tanto, cuando la pandemia termine, la demanda que va a haber por atención clínica va a ser tremenda. Por ello estamos adecuando y planificando qué vamos a hacer para poder afrontar ese desafío.

Al menos un 25% de la lista de espera estaba constituida por atención en odontología. Lo que estamos haciendo es limpiar esa lista. Digo limpiar porque probablemente muchos de esos casos -la endodocnia son casos bastante urgentes- los dientes se perdieron o los pacientes resolvieron su problema en un centro clínico privado. Tenemos que ver cuál es la situación real. Con ello listo, prepararnos para salir a solucionar los problemas de hoy, porque el problema más importante es solucionar la lista de espera que en la práctica, para ser bien honesto, no debería existir.

¿Cómo está la odontología en el escenario Covid-19?

La situación está súper compleja. Con el tema pandemia, la red, en su totalidad, está reconvertida a Covid-19. Hoy día no es un buen momento para hacer un análisis, porque la atención está a niveles muy bajos, por ejemplo, a nivel hospitalario rodea el 50%. En APS la atención está concentrada básicamente en urgencias y en el cumplimiento, cuando es posible, de los compromisos GES. Pero la verdad es que el resto de las atenciones se están trabajando a una velocidad muy baja porque hay una cantidad importante de profesionales y funcionarios que se han reconvertido para cumplir otras funciones que la pandemia exige. Hay muchos consultorios, Cesfam y centros de especialidades donde la capacidad de trabajo está disminuida porque no está la infraestructura adecuada para atender a pacientes en pandemia según la normativa emanada desde el ministerio.

Nosotros tenemos el grave problema en nuestra profesión que tiene que ver con la generación de aerosoles, por lo que se ha disminuido la atención al mínimo. Hay centros donde había tres o cuatro miembros en un box y hoy está funcionando con uno. Si no tenemos la capacidad de ventilar y separar los box, no se puede trabajar como se trabajaba antes. Esa es la verdad.

¿Qué medidas se han tomado para continuar con la atención y resguardar la salud de las personas y profesionales en el área odontológica?

Hemos instruido a los servicios de salud y de atención primaria a que adecuen la infraestructura para poder atender en pandemia. Hay que cerrar los box, hay que instalar equipos de ventilación adecuados en aquellos centros que lo requieran.

En el área de endodoncia hemos autorizado, si es necesario, que salgan a comprar servicios porque no podemos tener a los pacientes esperando más del tiempo prudente. Si hay que comprar, de acuerdo a la legislación vigente, pueden salir a hacerlo perfectamente.

Se ha aumentado el límite de edad para que los pacientes adscritos a Fonasa tengan acceso de libre elección a atenderse en el servicio privado, que antes era hasta los 19 años, lo que no era muy útil. Ahora se ha aumentado a 35 años, esto fue un tremendo paso.

En ortodoncia estamos trabajando en preparar un plan para que a través de la teleortodoncia un especialista ubicado en los centros de especialidades resuelva consultas emanadas desde la atención primaria, de carácter preventivo e interceptivo, para impedir que el daño sea mayor y la atención sea lo más precoz posible.

Yo creo que esos pasos son súper importantes. Si logramos implementar en todo el país yo me daría por satisfecho, eso sería un gran adelanto.

¿Hay algún proyecto relacionado con la formación de dentistas y técnicos?

Tenemos varias cosas. Una de las más importantes que estamos trabajando es reunirnos con todos los decanos de las facultades de odontología, tanto del sector público como del privado. La ventaja de esto es que nos permite coordinar acciones para trabajar y orientar la formación de los dentistas, de acuerdo a las necesidades que nosotros vamos identificando en la red.

Si logramos dejarlo definitivamente instituido, va a ser un hito muy importante porque la odontología necesita tener un trabajo más coordinado en la red pública de salud. Necesitamos recuperar los espacios y la preponderancia que nuestra profesión ha tenido durante décadas en este país.

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