¿Le parece que posterga más las cosas durante la pandemia del Covid-19? Si lo hace, no es la única persona. Cuando surgió el Covid-19, la gente no tuvo tiempo de adaptarse ni de procesar el nuevo estilo de vida. A consecuencia de los cambios bruscos respecto a cómo vivir la vida, el Covid-19 abrió el camino para una crisis de la salud mental porque provocó más estrés, ansiedad y depresión, todo lo que puede aumentar, con el tiempo, el riesgo para enfermedades crónicas como problemas cardíacos, diabetes y obesidad.
Para complicar más las cosas, cuando la gente siente temor, estrés o depresión, es más susceptible a procrastinar y postergar o posponer deberes y quehaceres. Pero ¿qué ocurre exactamente al procrastinar?
En la procrastinación, intervienen varias partes del cerebro. El sistema límbico se compone de estructuras cerebrales que participan en las respuestas tanto conductuales como emocionales y, básicamente, añade una óptica emocional a las experiencias de la vida diaria. Por lo tanto, muy bien se puede culpar al sistema límbico por todas aquellas experiencias emocionales de la vida. El sistema límbico también participa en la gratificación instantánea, en la búsqueda de placer y en las reacciones de supervivencia.
La corteza prefrontal participa en la gestión de comportamientos más complejos, como planificar y tomar decisiones. Cuando hay que escoger entre ver una película en Netflix y llamar al proveedor de atención médica a fin de programar una cita para un examen físico, el sistema límbico puede postergar la programación de la cita porque ver Netflix posiblemente suene más divertido y menos angustiante.
El sistema límbico puede impulsar el retraso de la programación de la cita y favorecer la participación en algo más fácil y gratificante; es decir, lleva a que la llamada telefónica para programar una cita mentalmente se convierta en algo complicado y la persona decida postergarlo para más adelante. Cuando salir de la casa sin peligro produce ansiedad debido al Covid-19 y ponerse mascarilla o desinfectarse las manos es motivo de estrés, puede ser que la persona continúe postergando día tras día las citas con el proveedor de atención médica.
Cambios en el comportamiento
Antes de la pandemia, los horarios y planes diarios permitían mantenerse al día, garantizar el cumplimiento con ciertas metas específicas y terminar las tareas pendientes; pero la pandemia cambió los horarios, las actividades y la planificación diaria. Algunas personas que por primera vez en la vida trabajan a distancia desde la casa, ahora, notan cuán difícil es separar el espacio laboral del correspondiente al hogar y al descanso. No están acostumbradas a permanecer en casa todo el día, pero su casa se convirtió también en su lugar de trabajo.
El cerebro tiende a asociar las cosas y, de esa forma, se crean los hábitos. Si usted asocia su habitación con el sueño, le es más fácil quedarse dormido cuando se acuesta en la cama. Si usted asocia comer papitas fritas con sentarse a ver un juego de básquetbol, tendrá la tendencia a buscar algo para comer cuando vea otro juego. De manera similar, si su trabajo es estresante y lo hace desde casa, quizá haya notado que relaciona el estrés con la casa o con el cuarto desde donde trabaja a distancia.
Ese cambio en el estilo de vida provoca la procrastinación y aquel pensamiento de «primero, voy a tomar una taza de café y, luego, terminaré el proyecto». Esto podría tratarse de la llamada procrastinación productiva, que ocurre cuando se evita una tarea para completar otra que no tiene ninguna relación. Otro ejemplo es: «primero, voy a limpiar mi habitación y, luego, me encargaré de este proyecto del trabajo».
¿Qué se puede hacer para superar la procrastinación?
El Dr. Yaser Dorri, psicólogo en Psiquiatría y Psicología del Sistema de Salud de Mayo Clinic en Austin, Minnesota, menciona que, como primer paso para superar la procrastinación, puede hacer una lista de cosas por hacer, priorizando los más importantes. Después identificar el tiempo a invertir en cada tarea y, a medida que se vayan concretando, puede añadir más tareas repitiendo el procedimientos.
También es importante que tome conciencia de cómo se siente en cada tarea, pues, los pensamientos, los sentimientos y los comportamientos están relacionados entre sí. Es importante identificarlos porque, por ejemplo, si siente ansiedad frente a alguna labor, “valdría la pena explorar a un nivel más profundo los pensamientos y las emociones que se relacionan con esa sensación de ansiedad. Al principio, quizá sea difícil identificar los pensamientos y las emociones que provocan la ansiedad; sin embargo, a medida que transcurra el tiempo, será más fácil nombrar y moderar esos pensamientos, así como sentir para sanar las emociones”, detalla el Dr. Dorri.
La procrastinación suele hacernos pensar que las tareas son gigantes y que no se completarán o que se requiere gran cantidad de tiempo para terminarlas. Al descomponer las tareas en otras más pequeñas, se ve que la tarea a cumplir no es tan difícil como parece. Por ejemplo, “si debe programar una cita con el proveedor de atención médica, una tarea más sencilla sería ver su calendario para saber cuáles días está disponible. Otra tarea más sencilla sería ver si necesita que alguien lo transporte hasta la cita y, en ese caso, quién sería esa persona”, detalla el psicólogo.
El paso siguiente suele ser difícil, porque consiste en empezar. Para ganarle a la procrastinación, hay que obligarse a empezar una tarea, independientemente de cuán sencilla sea. Por ejemplo, si debe hacer ejercicio, pero tiene pavor de empezar, comience con una caminata de 10 minutos. ¿Le resulta demasiado? Entonces, camine 5 minutos. Recuerde, hay que empezar de a poco.
Por último, “si puede conseguir a un compañero para realizar estas tareas, hágalo”, indica el Dr. Dorri y agrega “es fundamental responsabilizarse por las acciones. Trabaje con un familiar, un amigo o un colega para ayudarse mutuamente. Comuníquese con ese compañero a diario o, al menos, una vez por semana, mediante una llamada telefónica, un mensaje de texto o un correo electrónico. Planifique sus días y semanas, hable acerca de las prioridades y revise las cosas para saber cómo va la situación”.
Lo recomendado por especialistas es establecer una rutina de trabajo y tareas, dedicando tiempo al trabajo, estudio, ocio y labores varias. Además, añada descansos saludables como caminatas breves, ejercicios de estiramiento o relajación profunda y acuéstese todos los días a una misma hora.
Por último, el Dr. Dorri comenta que es importante recompensarse por los objetivos logrados, como, por ejemplo, ver una película, leer un libro, salir o comer algo de su agrado. Además, no hay que ser duro con uno mismo. “Somos seres humanos y no máquinas humanas y, en algún punto, fallamos. Fallar una o dos veces no significa que siempre fracasamos. Si falla, continúe intentando, piense positivamente y mantenga un diálogo interno, positivo y de motivación porque eso le ayudará a alcanzar sus metas”, precisa el psicólogo de Mayo Clinic.