Investigadores chilenos publican sobre uso de antioxidantes para el tratamiento de Chagas

La enfermedad de Chagas es causada por el parásito Trypanosoma cruzi. Por lo general, se transmite a través de insectos infectados, también puede propagarse a través de alimentos contaminados, transfusión de sangre o de la madre al bebé durante el embarazo.

Uno de los órganos más afectados durante la etapa aguda es el corazón, debido que al interior de las células del músculo cardíaco (cardiomiocitos) aumenta el nivel de estrés oxidativo (EO). Este aumento ocurre principalmente porque durante la infección, las mitocondrias producen un exceso de especies reactivas del oxígeno (ROS), las cuales generan múltiples daños en proteínas y otras moléculas importantes para el funcionamiento de estas células. A la larga, estos daños generan alteraciones en el funcionamiento.

“En este contexto, los antioxidantes representan una excelente alternativa para la reducción de los niveles de ROS circulantes y, por ende, una disminución del EO”, indica Diego Rojas, del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Autónoma de Chile. Y agrega; “si se realiza una terapia anti-Chagas suplementada con antioxidantes, se prevendría el daño cardíaco observado en la etapa crónica”.

El estudio, publicado en la revista Antioxidants, identifica los mecanismos moleculares involucrados.  “Hasta ahora se han logrado resultados positivos en modelos animales, principalmente modelos murinos, en donde se observó una clara disminución del EO y lo más importante, es que se pudo observar que las fallas cardíacas asociadas al Chagas crónico no se desarrollaban” explica el investigador, quien es uno de los autores.

En pequeños grupos de pacientes chagásicos también se han logrado buenos resultados, pero preliminares. “Lamentablemente aún no se han podido traspasar todos estos excelentes resultados a terapias en pacientes reales, ya que se requiere la realización de más estudios clínicos con cantidades grandes de pacientes participantes, los cuales son complejos de llevarse a cabo” analiza Diego Rojas.

Actualmente el manejo de la enfermedad es a través de la utilización de las drogas Nifurtimox y Benznidazol, las que solo son efectivas en la etapa aguda, donde el patógeno puede ser eliminado. Según el investigador «el problema surge cuando el daño orgánico ya está hecho, por lo que no basta solamente eliminar al patógeno, sino que hay que prevenir que los órganos sean dañados». En este sentido, la etapa crónica requiere un tratamiento multidisciplinario, debido a que afecta también el funcionamiento de riñones y el sistema nervioso.

A juzgar por los resultados observados en animales de experimentación y en pequeños grupos de pacientes chagásicos, hay algunos antioxidantes conocidos de uso habitual, tales como las vitaminas C y E, “que mostraron un excelente resultado en la prevención de problemas cardíacos y lograron además la disminución de los principales indicadores de estrés oxidativo. Por lo tanto, no sería descabellado pensar más adelante en un futuro no muy lejano, la utilización de suplementos vitamínicos como parte de la terapia de tratamiento de pacientes chagásicos” finaliza el investigador.

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