Una alianza entre el Instituto Nacional del Tórax (INT), la biotecnológica Roche, el Movimiento 2030 y el Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (CENS) permitirá el desarrollo de un ecosistema digital en el área de oncología de este hospital de la Región Metropolitana. Su propósito es mejorar sus procesos clínicos y administrativos aumentando su capacidad de resolución.
La iniciativa está formada por tres plataformas tecnológicas que operarán bajo estándares internacionales de intercambio de información, y conforman un solo gran ecosistema digital para la gestión de flujos de trabajo y procesos internos. Su implementación permitirá apoyar con tecnología todo el proceso de atención de un paciente, desde la sospecha del diagnóstico hasta el término de la terapia.
“Nuestra principal expectativa es poder contar con tecnologías de información innovadoras que nos beneficien y repercutan positivamente en nuestros pacientes, que permita un mejor acceso a la información del estado de avance de su tratamiento y que les ayude a vincularse en una forma mucho más eficiente a la resolución de sus problemas de salud”, dijo el director del INT, Alberto Vargas.
El programa, denominado Healthtech Builders Lab (HBL), contempla la participación de cuatro startups: AIM Manager, Pegasi, Entelal y Snabb, todas creadas en Chile para apoyar la transformación digital de la salud. Estas fueron seleccionadas para implementar herramientas tecnológicas a medida de las necesidades del Instituto del Tórax.
Respecto a la decisión de integrar startups, Antonio Da Silva, gerente general de Roche Chile, expresó que esto “busca también servir de puente entre emprendedores y grandes empresas que quieran romper paradigmas y transformar la industria mediante la colaboración y cocreación. El trabajo en conjunto y en el largo plazo nos ayudará a crear sistemas de salud más resilientes y sustentables”.
En tanto, según destacó la directora del CENS, May Chomali, se trata de una experiencia innovadora, que permite evolucionar de la mirada convencional en la materia, y que podría constituir un modelo para que otros centros de salud nacionales puedan adoptar estas tecnologías en beneficio de sus procesos clínicos. “Este proyecto conecta la necesidad de un centro de salud, de sus pacientes y la capacidad de quienes pueden encontrar una solución”, apuntó la Dra. Chomali.
La representante del centro tecnológico de Corfo, apoyado por cinco universidades chilenas, agregó que “es una metodología de trabajo que, además, une a diversos actores en un trabajo colaborativo. Ninguno piensa que tiene la respuesta al problema, sino que ponen todos sus recursos para diseñar una solución de acuerdo con ese problema. No es traer la solución sin siquiera haber hablado con las personas que tienen los problemas. Creemos que este modelo puede ser adoptado por otros centros de salud”.
El programa HBL considera el desarrollo de tres plataformas que operan de manera conectada, para generar una gran plataforma interoperable, integrada al sistema de información del propio hospital. Así se busca generar el intercambio de datos, ayudando a hacer más eficiente todos los procesos clínicos y administrativos, apoyando la resolución de los casos.
Según destaca la directora de Innovación de CENS, Alejandra García, se trata de una iniciativa colaborativa pública, privada y académica que apunta a “acelerar la transformación digital de la salud chilena. Actualmente trabajamos en la etapa de desarrollo de los pilotos, que se extenderá hasta fines de este año”. Además, destacó el involucramiento de todas las áreas del INT en el proceso de diagnóstico y la mirada colaborativa de las compañías emergentes en el diseño de las plataformas.
Estas herramientas se enfocarán en todo el “viaje” del paciente durante su proceso de atención, partiendo por la sospecha, siguiendo por el diagnóstico y culminando con su tratamiento y el seguimiento. La idea es proporcionar herramientas que contribuyan a agilizar los períodos entre cada una de las etapas, por ejemplo, entre que el paciente tiene la sospecha de una enfermedad hasta la confirmación del diagnóstico o el inicio del tratamiento.
Para ello, las plataformas actuarán de manera coordinada, interoperable y bajo estándares internacionales de intercambio de información, en cuatro áreas: preparación de casos a asistencia al comité y definición del plan de tratamiento; seguimiento y comunicación con los pacientes y gestión de recursos y activos. Todos ellos conforman un ecosistema digital para la gestión de flujos de trabajo y procesos internos.
La metodología contempla el desarrollo de una etapa de levantamiento de información y diagnóstico, que permitirá el diseño de proyectos piloto para responder a cada una de las áreas en que se enfocarán las plataformas. “El gran desafío es que este ecosistema digital pueda mejorar efectivamente los procesos clínicos y aumentar la resolución de los casos”, puntualizó Alejandra García.
Según explica la directora de innovación del centro tecnológico de Corfo, se trata de un modelo de trabajo poco habitual en el ámbito de la salud, basado en la colaboración, el trabajo en equipo y la búsqueda de un propósito común.
“Esta metodología nos permite contar con una identificación clara del problema y sus posibles soluciones. Un aspecto importante es que el ecosistema está centrado en el paciente y esto también implica en la seguridad, confidencialidad y privacidad de sus datos”, señaló.
“Para nosotros el aporte del proyecto es fundamental para la transformación de un proceso que a veces puede ser muy complejo para nuestros pacientes, en algo que les haga sentir más acompañados en una etapa de muchos temores, angustia y desesperanza. Nos ayudará a estar más con ellos y, por otro lado, nos va a permitir guiarlos con transparencia por la vía más corta hacia su mejor tratamiento”, valoró Francisco Orlandi, jefe de la Unidad de Medicina oncológica del Instituto Nacional del Tórax.
