La fitoterapia es la ciencia que estudia el uso de los productos vegetales con una finalidad terapéutica. Por medio de la medicina basada en evidencia, se utilizan plantas para aliviar los síntomas, prevenir enfermedad o restablecer el estado de salud mediante fitofármacos o fitomedicamentos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la importancia de las plantas medicinales en el tratamiento y prevención de múltiples enfermedades, en diversas partes del mundo, así como en Europa y Asia hay organismos que regulan el uso de fitomedicamentos para usos terapéuticos.
En Chile, la Sociedad Chilena de Fitoterapia (Sochifito), creada en 2007, tiene como objetivo promover, impulsar y desarrollar este tipo de terapia, concebida ésta como una disciplina moderna y con la consideración fundamental de que debe basarse en evidencias científicas.
“La fitoterapia actualmente tiene dos brazos. El primero viene del conocimiento ancestral y el empirismo étnico, donde se utilizan plantas con usos medicinales para tratar dolencias. La segunda rama es mucho más moderna y la OMS la llama fitomedicina, aquella que utiliza plantas con fines medicinales por medio del método científico”; explica Miguel Morales, presidente de la Sochifito y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Desde este aspecto, el también director del Programa de Farmacología Molecular y Clínica de la U. de Chile aclara que la fitoterapia moderna permite dosificar el medicamento para tratar una enfermedad como la depresión, por ejemplo, estableciendo una regularidad en los medicamentos que son administrados al paciente.
¿Cuál es la diferencia entre un medicamento de síntesis y un fitomedicamento?
El mecanismo de acción entre un fitofármaco y un medicamento de síntesis es el mismo. Ambos siguen procesos de farmacología (ensayos preclínicos y clínicos) para cumplir con los estándares definidos a nivel internacional y legislación nacional para tratar una enfermedad.
La diferencia está en que el medicamento de síntesis utiliza compuestos y la fitoterapia utiliza medicamentos en base a extractos de plantas que cumplen con los mismos requisitos que cumplen todos los laboratorios farmacéuticos cuando registran sus medicamentos.
¿Cómo ha avanzado la Fitoterapia en Chile?
Yo diría que mucho, porque actualmente alrededor del 30% de los medicamentos que hay en las farmacias son naturales. Ahí se presentan alternativas, por ejemplo, si usas diclofenaco o usas harpagophytum para aliviar un dolor muscular. Sin embargo, ahí entra en juego la misión del médico que lo va a administrar y si es que este tiene una formación holística amplia o si desconoce esta área terapéutica porque en las facultades de Medicina de nuestro país todavía es muy lento el proceso de enseñanza de estas temáticas.
¿Aún no se integra la fitoterapia en la formación de profesionales de la salud?
La formación en las facultades de medicina es un poco tarde y generalmente tienden a especializarse en otras áreas. Si el conocimiento no se entrega en las facultades de Medicina, desgraciadamente van a haber muchos médicos jóvenes que van a egresar y desconocer terapia. Cuando llega el paciente, el médico no entregará la opción de medicamentos naturales dado que en la asignatura de farmacología no se lo enseñaron.
Respecto al Covid-19, ¿se ha estudiado la fitoterapia para su tratamiento?
Hace unas semanas participé de una reunión con la Sociedad Española de Fitoterapia sobre el Covid-19 y la verdad es que con la información que hay no se puede proponer ninguna alternativa. Se puede bajar la fiebre o aliviar la migraña, por ejemplo, con fitoterapia, pero no hay un medicamento para tratar el Covid-19 en sí.
Considerando que la fitoterapia tiene un vínculo con el uso medicinal ancestral, ¿existe una relación entre el conocimiento indígena y la elaboración de fitomedicamentos?
En nuestro país hay muchos investigadores en las universidades que trabajan con extractos de plantas de origen autóctono y de origen también de nuestras etnias. Por ejemplo, la hierba del clavo que se utiliza bastante en la zona sur de nuestro país, especialmente por la etnia mapuche u otras como el boldo y el matico.
Si revisas las fuentes de información de Fondecyt, verás que es significativa la cantidad de investigadores que se han dedicado a estudiar extractos de plantas autóctonas usadas por las etnias. Ahora, el Ministerio de Salud dio un paso muy importante cuando dio la autorización para el uso a nivel primario de 103 plantas medicinales. Este fue un paso muy importante que dio el Ministerio de Salud cuando autorizó el uso de estas 103 plantas medicinales, muchas de origen ancestral, aunque aún hay un nicho por estudiar y determinar sus reales propiedades.