Uno de los grupos etarios más golpeados por el confinamiento social provocado por el Covid-19, han sido los niños. La obesidad infantil, producto del encierro y la falta de ejercicio físico al aire libre, está haciendo estragos en esta población, que en un 54% sufre sobrepeso y obesidad, sumando otras patologías, tan complejas, como la hipertensión y la diabetes tipo 2.
Desde 2018, “el mapa nutricional” elaborado por la JUNAEB viene evidenciado un nuevo problema de salud pública que es la obesidad infantil. La ausencia de los juegos al aire libre y la alta proliferación de entretenciones virtuales u online, han mantenido confinados a los menores dentro de sus casas o departamentos, producto del Covid-19, sin permitirles correr en libertad como antaño.
El mismo instrumento de medición en 2020, realizado en 8440 recintos escolares, que incluyó al 80,8 % de la enseñanza regular, y que contó con la ayuda de los padres para realizarla, arrojó que solo el 38,2% de los niños medidos tenían un rango de peso normal, un tema que se agrava, si consideramos que el 29% de la muestra tiene sobrepeso y el 25% obesidad, en cursos como Pre-kínder, Kínder, Primero básico, quinto básico y primero medio.
Al respecto, la especialista en Nutrición y Diabetes infantil del Hospital San Juan de Dios, Dra. Carolina Wong, mostró su preocupación por el aumento de diabetes tipo 2 donde el cuerpo del paciente no produce insulina o es resistente a la misma, provocando sed, orina frecuente, hambre, cansancio y visión borrosa.
“Tenemos pacientes de 12 años, que inician su enfermedad a la misma edad, progresivamente, sin una marcada confirmación, y uno los ve a los 14 años ya con la diabetes establecida. O sea, hoy día tenemos en tratamiento pacientes diabéticos, confirmados 2, de edad de menos de 15 años. Eso es alarmante”, comenta la especialista.
Sostiene que hace 30 años era impensado tener pacientes menores de 15 años con patologías como la hipertensión, la diabetes tipo 2, o con riesgos cardiovasculares altos; casos, hoy cada vez más frecuentes y riesgosos en los menores de edad.
“La diabetes tipo 2 en pacientes pediátricos es mucho más agresiva en complicaciones, en la forma de progresar a las complicaciones rápidamente y hablamos de nefropatías, que hay pacientes que llegan a diálisis, retinopatía y de accidentes vasculares mayores”, relata la Dra. Wong
Por eso, ante este llamado a la alerta y prevención, la nutricionista Francisca Fuentes, del Hospital San Juan de Dios, comenta que es importante que los padres o cuidadores estén pendientes del estilo de vida de niños, niñas y adolescentes, siendo un ejemplo para ellos.
“Los niños replican lo que hacen finalmente los padres, entonces si yo veo que mi papá está consumiendo bebidas o bebidas gaseosas con azúcar, obviamente el niño también lo va a querer hacer, y va a aprender eso desde chiquito, entonces para él va a ser muy distinto cambiar su umbral de dulzor y llegar hasta consumir agua solamente”, explica Fuentes.
Es importante poner atención en el peso y la talla de los niños y niñas, compartiendo con ellos los hábitos de alimentación sana y actividad física. Es importante que los adultos formen parte de las rutinas al aire libre de los menores para así alejarlos de una enfermedad silenciosa, que los puede acompañar por toda su vida, pero que aún se puede evitar con un buen control sano, aumentando la práctica de deportes y equilibrando la alimentación diaria.