Consejo Asesor en Salud Mental

Documental chileno sobre salud mental se encuentra recolectando fondos para su realización

“El dolor invisible” es el nuevo proyecto audiovisual de los realizadores chilenos Nathalie Bravo y Pablo Bravo. El documental, aborda cuestiones como qué está atravesando Chile en cuanto a salud mental, por qué cada día son más las personas que transitan por estados de sufrimiento psíquico, la eficiencia del sistema de salud chileno y si se justifica el nivel de medicación existente hoy en el país.

«La investigación de esta película es abordada desde la problematización crítica de los criterios biomédicos aplicados hoy en día en salud mental», explica Nathalie Bravo sobre la obra, que actualmente se encuentra en proceso de recolección de fondos.

El guion incluye conversaciones con distintos investigadores e investigadoras, organizaciones sociales y personas relacionadas al ámbito de salud mental, quienes aportan sus experiencias y conocimientos para la construcción de una mirada subjetiva y colectiva de los realizadores, que pretende dar luces dentro del difuso panorama en el debate de salud mental.

«Partimos por comprender visiones de tipo académico como también subjetivas, con la presencia de los relatos de las experiencias particulares de los personajes, situados en la cultura chilena, y su contexto sociopolítico y económico», comenta Pablo bravo.

El objetivo del film es visibilizar y profundizar en la problemática que atraviesa la salud mental en Chile, la que se ha acentuado en pandemia. «Asistiendo y conociendo distintas miradas, experiencias vitales, y tras una vasta recopilación de bibliografía, datos cuantitativos y cualitativos, es que nos planteamos presentar al público esta información a través del medio audiovisual, en este caso el cine documental”, explica.

Para articular el documental, se basaron en el cine directo, el cine etnográfico, el cine militante y la antropología visual, para esbozando y ejecutar los rodajes y entrevistas, donde se “buscó dar cabida a las voces silenciadas».

Los realizadores se planteaban el documental más allá de un insumo, la herramienta audiovisual más allá de un diario de campo, el cine más allá de la caricatura del personaje, otorgándole un valor reivindicativo a las experiencias en primera persona, que en la película se muestra con matices informativos, o sea dato duro, y aconteceres de la vida cotidiana, memorias personales.

Al comienzo de la investigación, los realizadores no tenían muy claro si sus hipótesis resultarían arrojar certezas, pero con el paso del tiempo y llevando una investigación interdisciplinar, entre la antropología médica, la psicología y las ciencias médicas, es que se adentraron en el terreno de la epistemología de las bases teóricas con que hoy se trabaja en salud mental en Chile.

«La verdad, nos hemos sorprendido muchísimo, y son bastante fuertes. Creemos que con esta película podemos aportar a que un público más amplio se entere de estos debates que nos atraviesan en distintos niveles como sociedad en general», dice.

La cinta «devela cosas que son difíciles de imaginar, pero cuando te ponen los datos sobre la mesa, son escandalosas. Buscamos entregar esta información de la manera más responsable y ética posible, a la vez con el empeño de que como sociedad comencemos a conversar y abordar, para que existan cambios profundos».

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