El investigador de la Universidad de Chile, Dr. Leandro Carreño del Programa de Inmunología del Instituto de Ciencias Biomédicas, se adjudicó el Proyecto Fondef IDeA I+D Genérico 2021, el cual tiene como objetivo generar las bases de lo que sería una terapia para tratar la alergia producida por el ácaro del polvo.
Esta patología es la segunda de mayor prevalencia a nivel mundial, luego de la alergia al polen. Los ácaros del polvo son pequeños animales microscópicos, (de 0.3 milímetros aproximadamente) emparentados a las arañas, (artrópodos) que habitan, preferentemente el interior de las casas y zonas de clima templado y humedad relativa alta.
Según explica el académico, esta investigación continúa el trabajo realizado en un proyecto previo con financiamiento Copec UC, “en el cual hemos identificado una formulación que puede ser útil para terapia contra alergias, basada en la activación de las células NKT para disminuir la inflamación”.
En este primer estudio “demostramos que es posible una prueba de este concepto en base a una proteína modelo como es la ovoalbúmina, pero ahora vamos a estudiarlo en el escenario que nos plantea la alergia al ácaro del polvo, que es la segunda de mayor prevalencia en el mundo, después de la del polen. Y siendo Chile un país con ciudades muy contaminadas, provoca problemas durante todo el año, por lo tanto, las implicancias que puede tener son bastante interesantes”, explica el académico.
Tratamiento terapéutico de la alergia
Las células Natural Killer T (NKT), son linfocitos especializados del sistema inmune capaces de participar en respuestas inmunes muy diversas. Estas células son “primas” de los linfocitos T convencionales, y también se desarrollan y seleccionan en el timo, pero sus características las ubican en la interfase entre la inmunidad innata y adaptativa. “Debido a que estas células responden muy rápido ante estímulos, tienen la capacidad de dirigir el sistema inmune hacia una respuesta pro-inflamatoria o, por el contrario, anti-inflamatoria”, detalla el Dr. Carreño.
En ese sentido, aclara que “en el laboratorio estamos utilizando un modelo de antígeno al ácaro del polvo, que es uno de los más comunes. Cuando se desata una alergia, uno lo que necesita es dejar de reaccionar a ese alérgeno, porque en ese caso se producen anticuerpos patogénicos, tipo IgE, que producen la alergia. Estamos viendo cómo se podría manipular esta respuesta para que se produzcan otro tipo de anticuerpos, que no son patogénicos, o incluso bajar el nivel o fuerza de esa respuesta de anticuerpos. Hemos visto que a través de la modulación de estas células NKT también se pueden inducir células T y B reguladoras, que podrían suprimir la respuesta específica a un determinado antígeno”.
La nueva terapia está basada en dos mecanismos: por una parte, la activación antiinflamatoria de la célula NKT mediante glicolípidos –moléculas resultantes de la unión covalente entre los azúcares y los lípidos, que forman parte de las membranas biológicas- y, por otra, la activación de las células T que reconocen específicamente a los componentes de la alergia.
“Lo que estamos haciendo es reeducar al sistema inmune para que, en vez de reaccionar al alérgeno de una forma indeseada, lo tolere, mediante una respuesta específica en la que está involucrada en la detección del alérgeno”. Este nuevo producto se basa en un compuesto sintetizado por investigadores de la Universidad de Connecticut, “con quienes colaboramos y participan de este proyecto, por lo tanto, tenemos posibilidad de tener propiedad intelectual compartida con ellos”, comenta.
Efectividad y duración
Para el estudio “realizaremos en modelo murino dos tipos de prueba. En primer término, para probar la efectividad del compuesto reduciendo la alergia al ácaro del polvo, una vez establecida. Y en segunda instancia, para analizar cuánto duran sus resultados: veremos si luego de un período bastante prolongado, de entre seis meses a un año, al inducir nuevamente esta alergia hay una respuesta apropiada del sistema inmune, mostrando que fue posible reprogramarlo gracias a esta terapia”, detalla el investigador.
Si al término de esta investigación los resultados son los esperados, se solicitará una patente para utilizar la terapia y, además, “comenzar la transferencia tecnológica y el levantamiento de recursos para hacer pruebas clínicas, contactando a algunas compañías capaces de fabricarlo en condiciones GMP tanto en Chile como en el extranjero”, puntualiza.