La obesidad es una pandemia a nivel mundial. Según la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, un 31,2% de los chilenos vive con obesidad, un 39,8% sobrepeso y un 3,2% obesidad mórbida.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) menciona a la obesidad como uno de los principales factores de riesgo para numerosas enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares, así como algunos tipos de cáncer.
La doctora Ada Cuevas, nutrióloga del CAMMYN y miembro del Comité de Expertos de la World Obesity Federation (WOF), considera que a pesar de estas elevadas cifras y que es considerada una enfermedad por la OMS y otras organizaciones mundiales de salud, no se han tomado todas las estrategias necesarias para su prevención y tratamiento.
«Se ha avanzado bastante con el etiquetado de alimentos y programas que buscan incentivar una vida más saludable, como Elige Vivir Sano, pero estamos en deuda con el entrenamiento de los profesionales de la salud, principalmente de médicos de atención primaria, en el manejo de la obesidad y así aumentar la capacidad de abordar la obesidad en la atención primaria. Además, sería importante considerar otros parámetros para el diagnóstico de esta condición, principalmente la medición del perímetro abdominal, que es un mejor marcador de riesgo en personas con exceso de peso», explica.
Para ella es positivo que se esté discutiendo un proyecto de ley que situaría a la obesidad como una enfermedad crónica. «Pero es muy importante que salga pronto para que podamos mejorar las políticas públicas de prevención y tratamiento». Sin embargo, cree que es necesario que tanto las personas como los médicos en general la consideren como la enfermedad que es. «A nivel global, por esta causa fallecen 2,8 millones de personas, y en Chile en la actualidad una de cada once muertes es atribuible a los padecimientos del sobrepeso y obesidad», manifiesta la especialista.
Agrega que existen muchos mitos en torno a los fármacos. «La obesidad es una enfermedad que requiere tratamiento y seguimiento de por vida. Es como si un médico no tratara en forma permanente la hipertensión o la diabetes. Contamos con terapias seguras y eficaces aprobadas por la FDA y el ISP para poder ayudar a las personas».
La doctora Cuevas comenta que actualmente existen muchas más opciones disponibles que hace algunos años. Sin embargo, aclara que «los tratamientos son personalizados. No existe una terapia que le sirva a todos. Por eso es importante buscar la ayuda de un especialista en el área».
Agrega que se están usando nuevas clasificaciones de obesidad que permiten adaptar los tratamientos de obesidad a cada persona. Un estudio de la Clínica Mayo, publicado en Revista Obesity, estratificó la obesidad en cuatro fenotipos fisiopatológicos y conductuales: 1) “Hambre cerebral o cerebro hambriento”, que requiere una cantidad excesiva de calorías para sentirse satisfecho; 2) hambre emocional o comer hedónico, o sea, el deseo de comer para lidiar con emociones positivas y negativas; 3) intestino hambriento, donde la sensación de plenitud o saciedad tiene una corta duración y 4) quemador lento, donde la tasa metabólica está disminuida.
Para la especialista «esto permite indicarle a cada paciente el tratamiento específico que requiere de acuerdo con la causa de su obesidad, mejorando de esta manera la respuesta y los resultados en cuanto a la baja de peso».
Dentro de este contexto comenta que actualmente existen en Chile diferentes tratamientos farmacológicos que deben ser indicados por el médico según cada caso individual, considerando diferentes factores, incluidos la conducta de alimentación, composición corporal, edad, sexo, nivel de actividad, horarios, gustos y preferencias, factores culturales, económicos etc. Solo de esa manera el paciente será capaz de lograr una baja de peso que sea sostenible en el tiempo.
Destaca, además, que durante la pandemia han aumentado algunos tipos de trastorno de conductas alimentarias y el comer emocional lo que ha llevado a la gente a subir de peso. «Hay personas que están más ansiosas y si a eso sumamos una menor actividad física, tenemos una combinación que no es favorable para aquellos que ya sufrían algún tipo de problema de consumo excesivo de alimentos».
Para la doctora Cuevas es sumamente importante que las personas con obesidad adhieran a su tratamiento al igual que en otras enfermedades, sin descontinuarlo y que acudan regularmente a su médico tratante. «También es vital que se deje de estigmatizar a los pacientes con obesidad. Estas personas merecen nuestro respeto y todas las oportunidades que podamos brindarles para mejorar su salud».