Científicos chilenos demuestran efectividad de tratamiento contra enfermedad de Chagas

Una reciente investigación elaborada por científicos chilenos, demostraron que el tratamiento con nifurtimox y Benznidazol incide en una menor evolución de compromiso cardíaco y reversión del daño en casos más leves en los pacientes con enfermedad de Chagas crónica (ECh).

La investigación, publicada en el Journal of Global Antimicrobial Resistance, presenta los resultados del seguimiento hecho durante diez años a casi 150 pacientes con esta enfermedad crónica procedentes de Choapa y Combarbalá tratados con los fármacos disponibles en el sistema público, los que generan una menor progresión hacia la miocardiopatía en comparación con una cohorte histórica no tratada, así como los resultados de EF/SM en los pacientes con ECG anormal que no progresaron y en los casos de ECD indeterminada que alteraron el ECG, sugieren un efecto beneficioso de nifurtimox.

“La evolución cardiológica de pacientes tratados con Nifurtimox después de 10 años –se realizó el 2009-, comparados con un grupo control, fue mejor de lo esperado. En primer término, sólo el 8% de quienes recibieron tratamiento desarrollaron un compromiso cardíaco, versus el 20% de quienes no lo recibieron. Luego, los que presentaron esa complicación de forma leve, mantuvieron ese daño, es decir, no progresó. Y los que tenían alteraciones electrocardiográficas menores revirtieron a la normalidad. Además, si bien los fármacos originaron efectos secundarios, estos fueron controlados de manera eficiente por los médicos tratantes en la mayoría de los casos”, declaró el Dr. Werner Apt del Laboratorio de Parasitología Básico-Clínico del Programa de Biología Celular y Molecular del ICBM.

Este estudio de largo aliento se desarrolló en localidades urbanas y rurales de las comunas de Illapel, Salamanca, Los Vilos, Canela y Combarbalá, y sus resultados son válidos tanto para Nifurtimox como para Benznidazol, ambos medicamentos disponibles en la red de salud pública y aceptados internacionalmente para el tratamiento de esta zoonosis. Así, demuestra la efectividad de estos tratamientos en los casos de enfermedad de Chagas crónica, al evitar el compromiso cardíaco de los pacientes y su progresión; además, la posible trasmisión congénita en las mujeres en edad fértil que hayan recibido la terapia.

“Estos resultados ratifican la importancia del tratamiento”, dice el doctor Apt. “A nivel global menos del 1% de las personas con esta enfermedad recibe terapia; esa cifra en Chile es menor al 2%. Por eso, es que creemos que se requiere de un cambio de conducta en las autoridades y profesionales de la salud respecto de este tema; es una obligación ética y moral mejorar la calidad de vida de estos pacientes”.

“Curación alternativa”

Los pacientes fueron evaluados dos veces al año durante una década, estudiando la presencia del parásito Trypanosoma cruzi en la sangre luego de recibir el tratamiento de dos meses con los medicamentos señalados. Para ello, los investigadores aplicaron las técnicas de PCR convencional o cualitativo y PCR en tiempo real o cuantitativo. “Al final de ese período, y a partir del primer o segundo año, más del 95% de los casos tenían PCR negativo, resultados que fueron corroborados en el extranjero, es decir, no se les encontró parásitos durante mucho tiempo, lo que es muy esperanzador”, añade la doctora Inés Zulantay.

“Si mediante diferentes exámenes no se detecta el parásito en la sangre a lo largo de 10 o 15 años, aunque la serología -o presencia de anticuerpos– a títulos bajos o decrecientes, evidencie resultados positivos, se considera que, de todas maneras, la persona está curada desde el punto de vista parasitológico.  Es la “curación alternativa”, porque negativiza o baja la carga parasitaria, al punto que no se produce patología; o, si esta existía, no evoluciona. Y eso es lo que nos interesa en Medicina: que el individuo esté sano”, agrega el doctor Apt.

Prevalencia y tratamiento

La región de Coquimbo registra una alta prevalencia de la enfermedad de Chagas, tanto en humanos como en animales domésticos y silvestres, constituyendo un importante problema de salud pública. Los investigadores resaltan que hace más de 50 años que se inició la detección de esta parasitosis.

“Hemos realizado pesquisas en sectores rurales de la provincia de Choapa, como Canela, Caimanes y Los Vilos. En la provincia del Limarí, vimos los primeros casos en niños de la Escuela América y Liceo Samuel Román Rojas de Combarbalá. Se trató con éxito a toda la población infantil infectada con fármacos que en esa época no estaban disponibles en la red de salud pública. También hemos realizado aportes significativos en el estudio de la enfermedad de Chagas congénita, determinando que el 4% de las mujeres en edad fértil del Choapa están infectadas y el 5% transmite la infección a sus recién nacidos. La mayoría de ellos fueron tratados”, relata el doctor Apt.

A nivel mundial, existen entre seis y ocho millones de personas infectadas con enfermedad de Chagas; en Chile, esa cifra bordea los 160 mil individuos. Del total de personas que tiene el parásito que la origina, Trypanosoma cruzi, solo un tercio presentará alteraciones al corazón a lo largo de los años. “Por eso es importante conocer, especialmente en zonas como la región de Coquimbo, quiénes están infectados para que reciban terapia y no vean comprometidos el corazón u otros órganos”, declaran los investigadores. Sin embargo, no todas las personas tienen acceso a terapia.

Para los autores del estudio, es importante que se realice una pesquisa oportuna, “especialmente en personas procedentes de áreas rurales alejadas de los centros asistenciales. Tenemos testimonios de muchas personas que, estando caracterizadas por nuestro equipo, aún esperan por terapia. Por otra parte, en Chile existen más de 12.000 mujeres en edad fértil que están infectadas y menos del 2% han sido tratadas.”, argumentan.

Otro punto que destacan es que la disminución de horas de Parasitología en los currículos de las carreras de Medicina de todo el país ha sido muy perjudicial. “Si las nuevas generaciones no conocen esta enfermedad, ¿cómo nuestra población podría beneficiarse de un tratamiento oportuno?”, sentencian.

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