El 51,1% de los profesionales y trabajadores de la salud sintió que ha necesitado apoyo psicológico durante la pandemia, indica el estudio “El impacto de la pandemia de COVID-19 en la salud mental de los trabajadores de la salud en Chile: datos iniciales de The Health Care Workers Study”, publicado recientemente en la Revista Médica de Chile como artículo especial.
La investigación, liderada por Rubén Alvarado, académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, e investigador principal del estudio a nivel internacional, y Jorge Ramírez, profesional de la misma casa de estudios, a partir del uso de escalas validadas, muestra que existe una elevada proporción de las personas del equipo de salud que presentan síntomas depresivos e ideación suicida, a niveles mayores encontrados en estudios previos en nuestro país.
Del estudio participaron 1.934 trabajadores de la salud, del cual tres cuartos eran mujeres con una edad promedio de 37,7 años. En cuanto al perfil, el 41,3% fueron médicos, 33,4% otros profesionales, 9,1% técnicos, y 10,1% trabajaban en gestión o áreas administrativas. La mayoría (85,3%) tenía un nivel de educación universitaria o superior. Respecto del lugar de trabajo, 48,2% laboraba en un hospital y 44,6% lo hacía en un centro de atención ambulatoria.
El estudio The Health Care Workers Study, es un estudio de cohorte, con evaluaciones a través de encuesta de autorreporte al inicio, a los 6 y 12 meses. Para la investigación en Chile, el proyecto contó con la participación del Colegio Médico de Chile, la Universidad Católica de Chile, la Universidad de O’Higgins y la Universidad Central
Problemas de salud mental e ideas suicidas
Al momento de aplicar la encuesta, el 31,3% de los encuestados presentó síntomas depresivos moderados a graves y el 5,6% tenía síntomas graves. La cifra preocupante fue que el 12,2% de los encuestados señaló tener el deseo de estar muerto/a. Esta cifra fue notoriamente más elevada en mujeres (13,6) respecto de los hombres (8,0%).
Respecto al apoyo psicológico, quienes manifestaron la necesidad de recibir apoyo tenían peores indicadores de salud mental. Solo un tercio de quienes indicaron necesitar de ayuda psicológica la obtuvo. El 17,3% recibió atención de forma presencial, el 68,8% solo a distancia (llamada telefónica, videollamada, por chat, etc.) y el 13,9% recibió atención híbrida.
Entre los que recibieron ayuda presencial, el 53,1% sentía que les ayudó “mucho” o “muchísimo”, cifra que fue de 60,5% entre quienes recibieron apoyo a distancia (datos no mostrados). Entre quienes refirieron el deseo de estar muerto, el 82,1% señaló que había sentido la necesidad de apoyo psicológico. Solo un tercio de quienes deseaban estar muertos tuvieron alguna forma de apoyo psicológico, en su mayoría a distancia.
“Existe un alto porcentaje de trabajadores de la salud con síntomas de malestar psicológico, depresión e ideas suicidas, similar a lo reportado en la mayoría de los estudios realizados en este tiempo, y bastante más alto que las cifras de prevalencia reportadas previo a la pandemia en nuestro país”, esbozaron los autores del estudio.
Dado los resultados, concluyeron que “los hallazgos aquí presentados confirman la urgencia de tomar medidas integrales que permitan abordar la salud mental del personal sanitario, tanto en la prevención como en la detección tratamiento, relevando la necesidad de un enfoque de género y un mayor énfasis en el cuidado de los equipos de atención primaria y de otros centros de atención ambulatoria. Igualmente, constituyen el punto inicial para un estudio de cohorte en curso que permitirá caracterizar el desarrollo del problema, en el contexto de una pandemia en plena evolución”.