Las lipoproteínas HDL presentes en la sangre tienen la capacidad de trasportar el colesterol depositado en los macrófagos de las arterias hasta el hígado para que se pueda eliminar, ejerciendo de esta manera un mecanismo cardioprotector. La reducción de esta actividad también puede ayudar a predecir el riesgo de fallecimiento en pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST, tal y como ha señalado un nuevo trabajo publicado en Biomedicines por investigadores del CIBERDEM en el Instituto de Investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (IIB Sant Pau) de Barcelona y liderado por Francisco Blanco-Vaca.
Los investigadores han detectado que los pacientes infartados presentan una reducción importante en esta actividad de las HDL como “limpiadoras arteriales del colesterol”, lo que predice el riesgo de muerte en los siguientes dos años de seguimiento.
Asimismo, estos pacientes también presentan una elevada concentración de metabolitos en plasma procedentes de la microbiota intestinal, pero estos cambios no se asocian de forma independiente con la mortalidad, según concluye este estudio, que ha contado asimismo con la colaboración del Servicio de Cardiología y del Servicio de Urgencias del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) y la Plataforma de Metabolómica, un equipamiento compartido creado por la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona y el CIBERDEM.
Al respecto, la investigadora predoctoral y primera firmante del artículo, Marina Canyelles, incide que “los resultados sugieren que las estrategias terapéuticas dirigidas a mejorar el potencial cardioprotector de las HDL podrían contribuir a reducir la mortalidad en los pacientes infartados”.
Una muestra de 253 pacientes con seguimiento de dos años
Para realizar este trabajo, se siguió durante 2 años a 253 pacientes diagnosticados de infarto de miocardio en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en busca de eventos adversos cardiovasculares, muerte por cualquier causa o reingresos hospitalarios, mediante entrevista telefónica y / o revisión de registros médicos electrónicos.
El estudio se realizó con 35 pacientes que fallecieron durante el ingreso o durante el seguimiento, por lo que se buscó y comparó en este estudio con 36 pacientes de características similares (sexo, edad, tratamientos) que sobrevivieron.
Según explica el jefe de grupo del CIBERDEM en el IIB Sant Pau, Francisco Blanco-Vaca, “observamos que el flujo de salida del colesterol de los macrófagos disminuyó notablemente en los pacientes con infarto, y esta alteración se acentuó en los pacientes que murieron en el seguimiento, por lo que la determinación del flujo de colesterol de macrófagos con el plasma de estos pacientes ofreció información pronóstica”.