Actualmente, existe una noción de que estar embarazada no es sinónimo de enfermedad, sino un estado absolutamente natural de la mujer que, dado los cambios cardiovasculares, metabólicos y osteomusculares, solo requiere algunos cuidados necesarios específicos que las mujeres en etapa de gestación deben conocer.
Una alimentación saludable cuidará la salud de la madre y la del bebé durante esta etapa. Estos contribuirán a la formación, crecimiento y desarrollo del cerebro, la vista, el oído y todas las partes del cuerpo del bebé.
Además, durante el embarazo, el agua corporal total aumenta en forma significativa (7 litros aproximadamente), es por esto que se recomienda que la mujer embarazada ingiera entre seis y ocho vasos de líquido diarios. Es por esto que la profesional del Clínica Los Leones establece que el cuerpo tiene necesidades más proteicas para el crecimiento del útero, las mamas y el aumento del volumen de la sangre, que compensará las pérdidas de esta en el parto.
Por otra parte, el aumento del consumo de proteínas también es algo fundamental durante el embarazo. Son importantes para el crecimiento del útero, las mamas y para el aumento del volumen de sangre, ya que compensará las pérdidas sanguíneas durante el parto.
El ácido fólico es una vitamina B, hidrosoluble, que se encuentra de manera natural en variados alimentos tales como verduras, hojas verdes oscuras, jugos y frutas cítricas. La Dra. Aranguibel añade que en Chile además se le añade a la harina de trigo, por lo que 100 gramos de pan marraqueta aportan aproximadamente 0,2 miligramos de ácido fólico, que es la mitad de la ingesta diaria recomendada a las mujeres embarazadas”.
La Dra. Belkis Aranguibel señala que el consumo de ácido fólico es esencial para el óptimo desarrollo de los órganos fetales. El déficit de ácido fólico puede generar defectos congénitos del cerebro, como anencefalia, y de la columna vertebral, como espina bífida. Su consumo ideal es dos meses antes del comienzo del embarazo, hasta cumplir la semana 12 de gestación, donde se recomienda suplementar con multivitamínico de 400 microgramos de ácido fólico.
Sin embargo, la profesional advierte que existen algunas complicaciones que se pueden generar en esta etapa del embarazo, tales como: diabetes gestacional, hipertensión, problemas derivados de la implantación de la placenta, problemas de crecimiento del feto, accidentes cerebrovasculares debido al aumento de la presión, entre otros. Por lo mismo, Aranguibel enfatiza en que los controles prenatales serán fundamentales, donde recalca que las mujeres deberían cambiar sus hábitos de vida, inclusive, antes de concebir, puesto que no sólo contribuyen a mejorar la salud reproductiva sino también a preparar el organismo para la gestación.
En tanto, para el desarrollo de un buen embarazo, la profesional sugiere incorporar en la rutina diaria la realización de ejercicios de bajo impacto, tales como yoga, natación, entre otros, así como también considerar el hábito de consumir comida más saludable, para reducir la probabilidad de desarrollar enfermedades durante esta etapa.
Accidente cerebrovascular en el embarazo
Desde hace algún tiempo, los médicos han advertido que el embarazo tardío puede aumentar las posibilidades de tener un accidente cerebrovascular (ACV). Sin embargo, un estudio publicado por Journal of the American Medical Association (JAMA) Neurology señala que las adolescentes y jóvenes también tienen mayor riesgo de sufrir un ACV.
Al respecto, la ginecóloga de Clínica Los Leones explica que “un accidente cerebrovascular es una afección potencialmente mortal. Este se produce cuando se bloquea el flujo sanguíneo a parte del cerebro o cuando se rompe un vaso sanguíneo en el cerebro, esto puede generar que partes de este se dañen o mueran”.
Debido al embarazo, el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular aumenta. A pesar de que son poco frecuentes, la tasa ha aumentado en el último tiempo, lo que se convierte en una tendencia peligrosa. En Chile, el ataque cerebrovascular es una de las principales causas de muerte con más 9.004 fallecidos, según datos del Minsal, pese a esto la incidencia en el embarazo es menor, pero si es una situación altamente compleja. En este contexto, los resultados del estudio señalan que entre los 12 y 24 años de edad, la gestación multiplica por dos las probabilidades de sufrir un ACV hasta seis semanas después del parto en comparación con aquellas mujeres que no se encontraban embarazadas.
Estas probabilidades se deben a que más mujeres están presentando otros factores de riesgo de accidente cerebrovascular, tales como enfermedades cardíacas, sobrepeso y obesidad, hipertensión, además del uso de alcohol y drogas durante el embarazo.
Por otra parte, durante la gestación ocurren muchos cambios en el cuerpo, como un incremento en la coagulación de la sangre. “Además, después del nacimiento estos cambios se revierten rápidamente, lo que puede ocasionar un ACV” puntualiza la Dra. Aranguibel.
La profesional de Clínica Los Leones, Dra. Belkis Aranguibel, señala que la mejor forma de reducir un accidente cerebrovascular durante el embarazo es controlar los factores de riesgo, tales como la hipertensión y el colesterol alto, los que la mayoría de las veces, no presentan síntomas.
Un accidente cerebrovascular puede causar daños cerebrales permanentes, discapacidad a largo plazo e incluso, la muerte. También, la especialista hace mención a que es importante conocer los signos de alarma frente a un ACV y tomar medidas tempranas. Por otra parte, es fundamental recibir atención médica inmediata.
En este contexto, señala cuáles son los síntomas más frecuentes al momento de un accidente:
- Entumecimiento o debilidad repentina de la cara, brazo o la pierna (especialmente a un lado del cuerpo).
- Confusión repentina, dificultad para hablar o para entender el habla.
- Problemas repentinos para ver con uno o ambos ojos.
- Dificultad repentina para caminar, mareos, pérdida del equilibrio o coordinación.
- Dolor de cabeza severo y repentino sin causa conocida.